jats4r Conversion Vendor guri 1.0.0 5596 QUID 16. Revista del Área de Estudios Urbanos QUID 16 2250-4060 Área de Estudios Urbanos Argentina quid16@sociales.uba.ar Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales, Instituto de Investigaciones Gino Germani 10.62174/quid16.i21_a501 Urbanidades Reseña de libro. “Argentina en llamas. Voces urgentes para una ecología política del fuego” Book review. ‘Argentina en llamas. Voces urgentes para una ecología política del fuego’ 0000-0003-0153-7064 Bautista María Victoria victoria.bautista@uner.edu.ar Administración de proyecto Visualización Redacción - preparación del borrador original Redacción - revisión y edición 0000-0001-7509-5145 Feü Lelis Ailín lelisfeu@gmail.com Metodología Visualización Redacción - preparación del borrador original Redacción - revisión y edición Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos https://ror.org/01wgfva68 , Argentina Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco https://ror.org/022g6pv04 , Argentina Universidad Nacional de la Patagonia Austral https://ror.org/023f76417 , Argentina Instituto Geográfico de la Patagonia, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco , Argentina Enero-Junio 2024 21 a501 Wertheimer, Marina; y Fernández Bouzo, Soledad -coord- (2023). Argentina en llamas. Voces urgentes para una ecología política del fuego (1ra ed). Buenos Aires: Editorial El Colectivo. Colección Chico Mendes; 270 p.; 22 x 15 cm; ISBN 978-987-8484-28-0Texto libre preliminar 22 4 2024 26 4 2024 https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

El libro Argentina en llamas. Voces urgentes para una ecología política del fuego, coordinado por Marina Wertheimer y Soledad Fernández Bouzo, fue publicado en 2023 por la editorial El Colectivo (Buenos Aires). Es un material que recopila, en distintos formatos, casos que se vinculan con la conflictividad del fuego y las tensiones que se generan en torno a éste a lo largo de Argentina —aunque también incluye un abordaje en territorio boliviano—, en un recorte temporal que inicia en 2020. Se trata de casos desde los cuales se pueden trazar paralelismos en relación con las expresiones territoriales, usos, concepciones y emociones que moviliza el fuego y los intereses que activan o combaten las llamas. En suma, el material es una invitación a interpelar y resignificar conductas con raigambre colectiva, así como una oportunidad para hacer explícito que la pluralidad también es inherente a lo que podemos nombrar los fuegos: los hay arrasadores, especuladores, destructores de biodiversidad; pero también arraigados culturalmente y contenidos por colectivos y colectivas que procuran la sostenibilidad de lo vivo.

Esta diversidad resulta vertebradora y se traduce en la multiplicidad de formas expresivas que condensa el libro. Compila poco menos de veinte trabajos, mixturando casos testigo de investigaciones, poesía, reflexiones de profesionales y activistas, relatos de brigadas autoconvocadas. Así, se balancean la rigurosidad en la construcción de datos, el análisis crítico y la expresividad emotiva, con formas precisas, gráficas y sensibles, capaces de nombrar lo urgente y de argumentar la necesidad de su abordaje inmediato e integral. Y esta adjetivación deviene de la propuesta de mirar los incendios con gafas ecofeministas para evidenciar los impactos diferenciados que las prácticas arrasadoras imprimen sobre los cuerpos y condiciones de vida de mujeres e identidades feminizadas; al tiempo que ponen la atención en la sobrecarga que ello implica, tanto como en la capacidad inventiva de quienes se organizan para aplacar los focos y re-existir entre y más allá de las cenizas.

El hecho de que sea un libro escrito “al calor” de esta verdadera ola incendiaria que enrojeció la región en plena pandemia, resulta un esfuerzo destacable y admirable. Escribir sobre lo urgente supone ciertos riesgos que las coordinadoras y les autores no solo asumieron, sino que trascendieron ampliamente, al formular preguntas incisivas e impostergables y al ensayar respuestas que entretejen una pluralidad de voces situadas y comprometidas con el bienestar colectivo. En muchas de ellas se entrevé, sin claroscuros, la apuesta por movilizar los cuerpos, los saberes y los haceres —o incluso aprender nuevos— a contracorriente de un contexto que cristalizaba formas de comprender el cuidado más vinculado a acciones y responsabilidades de corte individual. Mas no encontraron allí contradicción, sino continuidad: el cuidado de une misme es insuficiente frente a la devastación de la biodiversidad.

Sobre ello versa el prólogo del libro escrito por el médico argentino Damián Verseñazzi, referente indiscutido de la salud socioambiental. Desde esta perspectiva es que propone observar los incendios al enfatizar sus impactos “en la salud de nuestras comunidades” (Wertheimer y Fernández Bouzo, 2023, p. 11). Mas esta salud, afirma, fue (y continúa siendo) defendida, reivindicada y cuidada por una diversidad de estrategias individuales y colectivas emergidas, justamente, de esas comunidades. Así, con la descripción precisa de lo que da por llamar geopolítica de la enfermedad, explicita el nexo causal entre sintomatologías humanas y territoriales, al tiempo que realza la “construcción social de la salud”, dejando en claro que las prácticas de resistencia y re-existencia de las comunidades pueden restaurar la salud de los territorios.

La introducción estuvo a cargo de las coordinadoras Marina Wertheimer y Soledad Fernández Bouzo, quienes inician el texto aportando datos que conectan la problemática de los incendios en nuestro país no solo con alteraciones climáticas contemporáneas, sino también con situaciones idénticas a escala global. Las cifras aportadas respecto de las hectáreas bajo llamas resultan contundentes y, al mismo tiempo, estremecedoras. Pero el interés que reviste este apartado no tiene que ver solamente con la capacidad de cuantificar y generar conexiones objetivas entre fenómenos en diversas latitudes. También se advierte como un gran acierto la reflexión sobre la afectación subjetiva de la población urbana. Esto es, cómo y cuándo la combinación de calor, humo y cenizas genera condiciones de posibilidad para abandonar la arraigada “negación ecológica” (2023, p. 17). Otro punto que se destaca es el esfuerzo por convidar claves analíticas recientemente acuñadas no solo en la academia sino, fundamentalmente, en movimientos territoriales, para nombrar e interpelar sentidos que subyacen a estos procesos. Una particularidad de la propuesta en su conjunto es la de leer y transversalizar el abordaje de la problemática en cuestión desde nociones recogidas de la ecología política feminista latinoamericana, la economía feminista y el ecofeminismo crítico (2023, p. 22), tales como el conflicto capital/vida (Pérez Orozco, 2014), la feminización de los trabajos reproductivos que imponen las “externalidades negativas” de las actividades extractivas, inter y ecodependencia (Herrero, 2013) y agua-cuerpo-territorio (Zaragocín, 2018).

¡Alerta Brigadista! es el título del posteo que Yeni Villafañe dedicó para recordar y reconstruir el inicio de una colectividad cordobesa de brigadistas que surgió enlazando ambientalismo y feminismo: Fuegas. En el relato, identifica la existencia de un sesgo patriarcal en su ámbito de incumbencia, al tiempo que celebra el accionar colectivo en torno a su transformación, que condensa en un contundente “lo estamos cambiando” (Wertheimer y Fernández Bouzo, 2023, p. 31). De manera complementaria, se destaca la concepción del fuego no como un fenómeno externo y destructivo, sino como un elemento susceptible de generar identificación: “somos el fuego paulatino que quema todo lo que hay que quemar” (2023, p. 31).

En el siguiente capítulo, Mariana Schmidt y Malena Castilla nos llevan al norte argentino, específicamente a las provincias de Chaco y Salta, para adentrarnos en un análisis del fenómeno incendiario como una práctica más del engranaje de la expansión de la llamada frontera productiva del agronegocio —al que adjudican transformaciones territoriales y ambientales desde principios del nuevo milenio, construyendo datos que así lo respaldan—. Su investigación adscribe a caracterizar el período abordado como una “piro-pandemia” (Pyne, 2021) y, dentro de sus objetivos, se destaca el de desentrañar los actores responsables por la existencia y/o propagación del fuego, así como los principales afectados. Esta búsqueda va en detrimento de aquellos discursos que, en reiteradas oportunidades, delegaron en la lluvia la capacidad de extinguir los focos ígneos; para poner la atención en la responsabilidad humana —causas antrópicas— sobre la aparición de los focos y su persistencia, tanto como en la inefectividad de los procesos de sofocamiento, extinción y monitoreo (Wertheimer y Fernández Bouzo, 2023, p. 57).

El apartado que sigue es un escrito de Gabriela Cabezón Cámara titulado Yo vi morir. Con tres palabras, la autora resume lo que lejos está de ser una escena aislada, para erigirse en un ciclo del que puede rastrear origen, pero al que, tristemente, no puede avizorar fin. Iniciando por imágenes que espejan el dolor y la muerte de la vida animal, vegetal y humana, que se pierde en cada incendio arrasador, hilvana estos episodios con otras tantas consecuencias de la actividad productiva sobre la naturaleza y los cuerpos. Así, desemboca en la responsabilidad de la política respecto de esta forma de relacionamiento generalizado con los llamados “recursos naturales”, de negación respecto de “la fuente de vida”, y de su entrega como el consenso donde se sutura “la grieta”.

Nuevamente observando suelo norteño, pero ahora en Misiones, el artículo siguiente es autoría de Delia Ramírez y versa sobre las plantaciones forestales en dicha provincia bajo la sugerente metáfora de “un ejército en llamas” —inspirada en una imagen de Eduardo Galeano—. Particularmente, se centra en la experiencia de lo que denomina como dos comunidades “subalternas”, rural e indígena respectivamente. Su abordaje parte del arrinconamiento de las mismas por monocultivo de pinos —promovido por capital privado, pero con fuerte respaldo estatal—, una especie implantada que no solo es altamente inflamable, sino que también consume y contamina el agua que allí tanto escasea para el sostenimiento de la vida. De este modo, las problemáticas del fuego y el agua se enlazan en la investigación, que subraya la organización y acción colectivas como motor de defensa del territorio y las vidas a él ligadas.

La pluralidad de vidas y de ejercicios del vivir es parte basal de la propuesta de Julieta Quirós al acuñar el concepto de eco-etno-cidios que nombra el capítulo sobre la vida rural en el campo cordobés. Con éste, inicia una serie de aportes dedicados a observar distintas dinámicas presentes en la provincia de Córdoba. Bajo la premisa de construir y reivindicar un ambientalismo “inclusivo de lo humano”, la autora sostiene la necesidad de visibilizar que todo “ecocidio” implica, a su vez, “etnocidios”: cuando “se mata o deja morir” (2023, p. 96) bosques nativos, hay identidades y tradiciones culturales a ellos anclados que comparten ese destino. Luego de realizar una descripción exhaustiva de la pluriactividad que caracteriza a las economías domésticas de una porción del Valle de Traslasierra, sobre todo ligadas a actividades agropecuarias, deja claro cómo esas formas de vida son socavadas por los incendios. Así, propone comprender que en el monte se imbrican diferentes expresiones de “lo nativo”, adjetivadas como natural y humano; y que ambas expresiones deberían converger y defenderse con igual fuerza.

Luego de estos trabajos de investigación, irrumpe una crónica de Mariano Pagnucco encabezada por un título que alimenta la incomodidad y la urgencia de revisar prioridades en la era de las redes sociales. Que se prenda fuego el mundo mientras pueda sacarme selfies es un texto que ubica, a quienes lo leemos, en las particularidades del territorio cordobés visto con ojos de turista. Con esta impronta, cuestiona, justamente, las concepciones y prácticas que solapa ese turismo que ve a la naturaleza como “decorado natural” (2023, p. 109), al que no duda en adjetivar como extractivista. Pero también reivindica la potencia de pasar de “estar de más”, a sumar hilvanes en el tejido colectivo de redes que procuran mantener viva la vida “también el resto del año” (2023, p. 112).

Joaquín Deon, seguidamente, nos acerca parte de su trabajo doctoral, realizado en las sierras cordobesas, donde analiza el proceso de organización social que surge a partir de los incendios y el cambio de lógicas en el uso de la tierra. A partir del trabajo de campo, propone distinguir dos formas de uso del fuego: las “históricas”, vinculadas a facilitar prácticas agrícolas; y las nuevas, “(neo)coloniales”, que se configuran como antesala al desalojo de poblaciones y, en consecuencia, colaboran en función del acaparamiento de tierras. Según el autor, el fuego se usa, en este último caso, como una herramienta de despojo territorial de las poblaciones locales, con lógicas extractivistas, inmobiliarias y mineras. En este sentido, aborda las transformaciones legales y territoriales con una lógica histórica desde los años noventa hasta el 2020. También evidencia cómo las poblaciones se organizan colectivamente para hacer frentes de lucha, tanto al fuego como a las formas de despojo territorial. Asimismo, analiza cómo las instituciones estatales vinculadas al combate del fuego terminan siendo funcionales a las lógicas extractivistas, primando la idea de “montes despoblados”, como si eso fuera justificación para que el fuego pueda avanzar.

Soy del Monte es una poesía de Sol Altamira, integrante de la Brigada Forestal Colibrí. Con este escrito, busca expresar el sentir del monte y lo que lo habita cuando arrasa el fuego. Es una forma potente y sensible de expresión sobre el dolor y la angustia que causa el fuego que destruye todo a su paso.

El siguiente capítulo nos ubica en la ciudad de Rosario con los incendios de 2020-2021 sobre el delta del Río Paraná, en contexto de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) por la pandemia del COVID-19. Melisa Argento es quien escribe sobre la organización y demanda emergente ante la presencia de nubes de humo en plena ciudad que contaminaban el aire rosarino y multiplicaban los riesgos para la población. La autora señala cómo los focos de incendio registrados en febrero de 2020 se vieron aumentados de forma intencional, aprovechando la restringida circulación social; al tiempo que advierte cómo la población igualmente salió a la calle, movilizada, pese a las medidas de aislamiento, enfrentando miedos al contagio, pero, sobre todo, cansada. Bajo la consigna “¡basta de quemas!”, se formó un movimiento centrado en la necesidad social del cuidado y la salud, entendiendo que el ecosistema humedal resulta imprescindible para la reproducción de las vidas y que puede sintetizarse en otra consigna: “todos somos humedal”.

Mercedes Pombo nos acerca, en formato de publicación de Instagram, la voz de lucha y denuncia de Jóvenes Por El Clima Argentina (JOCA), quienes ponen a circular que “todo fuego es político”. Este escrito emerge en contexto del incendio que, en el noroeste del Chubut, arrasó con bosque y doscientas casas en Lago Puelo, dejando un gran número de evacuados. Lejos de adjetivar este acontecimiento como una tragedia, denuncia la existencia de claros responsables que gozan de la complicidad de la justicia, movidos por intereses muy distintos al bienestar del pueblo.

Sin fuego no hay isla es un trabajo de Brián Ferrero, Adriana Millán y Bibiana Bilbao que aborda los diferentes usos del fuego, resaltando las prácticas tradicionales de habitantes isleños del Río Paraná. Observando particularmente parte del delta superior de la provincia de Santa Fe, les autores mencionan que el fuego tiene acepciones diferentes: “quema”, “incendio” y “fuego” representan conceptos y prácticas distintas. Así, las “quemas” suelen ser usadas como parte de la gestión productiva del territorio isleño que llevan adelante sus habitantes. Pero advierten que, desde hace un tiempo, se viene consolidando la homogeneización tanto de las prácticas como de las concepciones del fuego que ha desembocado en la criminalización de las prácticas territoriales tradicionales y de los habitantes isleños. En este sentido, les autores reconocen la importancia que tienen los saberes territorializados sobre el suelo y su productividad, incluso en la gestión de los fuegos y el combate de incendios.

El siguiente apartado recupera otro relato en formato publicación de red social, de la brigadista forestal Yeni Villafañe. En él condensa sentires ante el combate del fuego en territorio cordobés en octubre del 2021. Es un relato de dolor, pero también de lucha: desde la experiencia y el riesgo que implican los territorios del fuego, habla de la organización y la resistencia por sostener los territorios de la vida y del monte.

Luego, el escrito de Florencia Yanniello, nos acerca la problemática de los incendios de la Comarca Andina del Paralelo 42 (Río Negro y Chubut) a inicios de 2021 y los del Parque Nacional Nahuel Huapi en diciembre del mismo año, como casos testigos vinculados al cambio climático y el extractivismo. Su recorrido analiza causas, saldos y perspectivas futuras. En relación con las causas, a diferencia de los casos trabajados en los capítulos anteriores, se sostiene que, en la Patagonia, el fuego no es utilizado como un recurso de gestión de pasturas ni de bosques, por lo que su aparición con regularidad como en los últimos años se vincula a causas humanas. En el capítulo se analiza la diferenciación de fuegos de interfase o de “zonas intangibles”, es decir, en aquellas que no tienen población. Los incendios registrados en la Comarca, además de quemar bosque nativo, como en los casos de El Hoyo y Lago Puelo, el monocultivo de pino hizo que la propagación fuera más veloz, afectando centeneras de casas, cobrándose tres vidas humanas y dejando inutilizados el tendido eléctrico y la red de agua potable. En ambos casos, la organización comunitaria fue inmediata, tal vez porque también socialmente el ambiente estaba tenso previo a los fuegos debido a las manifestaciones en contra de la megaminería y el contexto de crisis económica. La autora analiza cómo, en simultáneo, hubo una competencia por la instalación en la agenda de la temática ambiental: a pesar de su complejidad, funciona generando “comunidad”. Los límites jurisdiccionales pasan a segundo plano para ocuparse de la preocupación común. Así, hubo voluntarios para donaciones, para trabajos de reconstrucción, para logística, para las guardias de ceniza y para el combate del fuego. En relación con las perspectivas futuras, aunque con un panorama poco alentador, se analiza la necesidad de la gestión del material combustible, de la capacitación, formación y equipamiento de quienes combaten, de la instrucción de los pobladores en mantener sus casas limpias alrededor y del trabajo en las legislaciones de Parques Nacionales que permitan hacer gestión del material combustible.

Memorias del fuego patagónico es un relato publicado originalmente en el portal Democracia Ambiental Activa por Gioia Claro que aborda el incendio de la Comarca Andina del Paralelo 42 a dos años de su acontecimiento. Este texto habla en primera persona del dolor y la pérdida causadas por el fuego y lo que genera el recuerdo de ese traumático acontecimiento. En el relato se hilvanan: el miedo ante los despliegues policiales en medio de los trabajos de reconstrucción, la apreciación sobre una justicia que no alcanza y los problemas que surgen luego de las cenizas. Este texto nos acerca, también, a la intencionalidad de los fuegos en función de intereses inmobiliarios, extractivistas, forestales y/o políticos; análisis al que suma la negligencia del Estado y el poco reconocimiento del trabajo de brigadistas a pesar del riesgo que conlleva y la labor que implica para con la sociedad y el ambiente.

El último capítulo nos acerca a territorio boliviano mediante el trabajo de Marielle Cauthin Ayala, quien titula su escrito Negocios Que Arden. Incendios forestales y agroexportaciones en Bolivia. El escrito aborda la regularidad que tomaron los incendios desde 2019 en los bosques: de ser las quemas tradicionales del invierno seco (“chaqueos”), pasaron a ser focos de incendios forestales, adjetivados como “crímenes a la naturaleza”. Marielle analiza que los megaincendios son una manera de “limpiar” la tierra no solo de la vida humana, sino de cualquier tipo de vida. El fuego es usado como estrategia capitalista de despojo en su matriz extractivista: amplía fronteras agrícolas y pecuarias con el objetivo de generar commodities para exportación. Así, el trabajo menciona cómo los gobiernos colaboran en este sentido, ya que han desprovisto de las legislaciones existentes de protección de bosques y biodiversidad, así como habían desfinanciado las Áreas Protegidas y reducido las sanciones contra el delito de incendios. El capítulo cierra haciendo hincapié en la necesidad de regular el comercio de agrocommodities ya que, de lo contrario, sucede lo que hasta el momento termina siendo un incentivo para la destrucción de los bosques y sus entornos, sumando vulnerabilidad frente al cambio climático.

Al culminar las contribuciones, se ofrece una reseña de cada une de les autores que participan del libro, lo que permite tener un acercamiento a sus trayectorias de vida y profesionales y establecer rápidamente la conexión con lo que eligieron compartir en este volumen. Del apartado final, consideramos necesario destacar —y celebrar— la referencia a actores colectivos, en cuyas experiencias y procesos compartidos echan raíces quienes aportaron a la creación de esta obra plural, que es una referencia ineludible para les que bregamos por hacernos eco de y amplificar estas voces profundamente comprometidas con sus agua-cuerpos-territorios.

Referencias bibliográficas Pérez OrozcoA. Subversión feminista de la economía: aportes para un debate sobre el conflicto capital-vida Traficantes de Sueños 2014 HerreroY. Miradas ecofeministas para transitar un mundo justo y sostenible Revista De Economía Crítica 2013 Pensar la transición (I) 16 2013-5254 PyneS. Welcome to the Pyrocene. Grist 2021 http://grist.org/wildfires/welcometothepyrocene/ WertheimerM. Fernández BouzoS. Argentina en llamas. Voces urgentes para una ecología política del fuego. El Colectivo Buenos Aires 2023 ZaragocínS. Espacios acuáticos desde una descolonialidad hemisférica feminista. La mujer resistencia: apropiación del agua, territorios en conflicto y atentados contra la vida. 2018 10 V

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