En este artículo analizo el proceso de definición del área natural protegida y sitio Ramsar laguna de Llancanelo (Mendoza) como una expresión contemporánea de la acumulación por desposesión. Me interesa poner en discusión la idea de que el despojo asume siempre formas de violencia directa, explícitas y coercitivas. La primera parte del escrito retoma los puntos más destacados de los debates teóricos sobre la persistencia de la acumulación originaria, y recupera la propuesta de autores marxistas contemporáneos que discuten su estricta correspondencia al momento fundacional del capitalismo. Luego, con el propósito de ubicar el caso de análisis en un contexto más amplio, se presenta la conformación territorial de la provincia de Mendoza, del departamento de Malargüe y de Llancanelo, en relación a la explotación petrolera y a la conservación. Finalmente, se aborda en detalle el proceso de definición del área protegida como punto de inflexión de un conflicto de más amplio alcance, destacando el rol de los actores sociales involucrados y los criterios que se impusieron al momento de definirla. Se concluye que la desposesión fue enmascarada porque (i) la conservación de la biodiversidad forma parte de las demandas socioambientales de la época, por lo que suele asumir altos niveles de aceptación social y, en este sentido, la existencia del área protegida no fue cuestionada; (ii) las negociaciones que establecieron los límites del área de conservación se encauzaron en espacios colectivos, en los cuales participaron actores sociales con desiguales dotaciones de poder; y (iii) el área protegida se amplió a la vez que se habilitaron los proyectos petroleros en la zona.
In this article I analyze the process that stablished the limits of the natural protected area and Ramsar site Laguna de Llancanelo (Mendoza) as a contemporary expression of accumulation through dispossession. I am interested in discussing the idea that dispossession always assumes forms of direct, explicit and coercive violence. The first part of the article addresses the most salient points of the theoretical discussions about the persistence of original accumulation, recovering the proposal of contemporary Marxist authors who discuss its correspondence only to the origins of capitalism. Then, with the purpose of placing the case of analysis in a broader context, the territorial conformation of the province of Mendoza, the department of Malargüe and Llancanelo is presented, particularly in relation to oil exploitation and conservation. Finally, the process of defining the protected area as a turning point in a broader conflict is discussed in detail, highlighting the role of the social actors involved and the criteria used to define it. It is concluded that the dispossession was masked because (i) biodiversity conservation was part of the actual socio-environmental demands, and therefore usually assumed high levels of social acceptance; in this sense, the existence of the protected area was not questioned; (ii) the negotiations that established the limits of the conservation area were channeled in collective spaces, in which social actors with unequal power endowments participated; and (iii) the protected area was expanded at the same time that oil projects were enabled in the area.
En ocasiones, la naturaleza latinoamericana y caribeña se retrata como inabarcable, exuberante, “ingobernable”. Así puede apreciarse en el largometraje
Así, en tanto la acumulación por medios extraeconómicos —esto es, violentos y coercitivos— es parte de la actualidad del capitalismo, en este escrito me pregunto si asume de manera invariable una expresión descarnada o explícita, o si bajo ciertas circunstancias dicha violencia puede enmascararse y aun así conseguir su objetivo: crear o recrear las condiciones para la reproducción del capital. Desde esta óptica, analizo el proceso que definió los límites del área natural protegida y sitio Ramsar laguna de Llancanelo, ubicada en Malargüe, Mendoza. Dicho proceso, que se extendió entre los años 2005 y 2007, estuvo protagonizado por el gobierno provincial, la empresa Repsol-YPF y la ONG Oikos Red Ambiental; y se encauzó en dos ámbitos de negociaciones distintos: el Consejo Asesor de Desarrollo Sustentable de la provincia y una mesa de diálogo creada por iniciativa de Oikos. La delimitación del área de conservación constituyó el momento más álgido de un conflicto más extenso, surgido a fines de la década de 1990, debido a la reactivación de la explotación petrolera en las inmediaciones de Llancanelo. Establecer los límites de la reserva fue clave porque la
Para finalizar, quisiera mencionar que los temas aquí abordados forman parte de mi tesis doctoral, denominada
En los últimos tiempos, los debates sobre el extractivismo se dieron a la par de las discusiones acerca de las formas coercitivas o violentas de acumulación del capital, es decir, mediante medios extraeconómicos (
Marx analiza el proceso histórico de la acumulación originaria, refiriéndose a la experiencia inglesa, en el Cap. XXIV, del Tomo I, de
Más tarde, otros pensadores marxistas dieron continuidad al análisis de la acumulación originaria. Lenin, por su parte, la define explícitamente como la prehistoria del capital, con lo cual los métodos violentos corresponden solo al momento histórico de surgimiento de las relaciones sociales capitalistas, de allí su carácter primitivo. Una vez consumado el despojo, el capital se reproduce de manera ampliada, es decir, mediante las relaciones mercantiles en cuanto tales, a través de los vínculos capital-trabajo asalariado. Sin negar esta condición histórica, Luxemburgo —en relación a sus escritos sobre imperialismo— afirma que la acumulación de capital se encarrila por dos vías. Por un lado, mediante un proceso fundamentalmente económico, donde reinan la paz, la propiedad y la igualdad; y por el otro, a través de los vínculos entre el capital y las formas no capitalistas (por ejemplo, la política colonial, los sistemas de crédito internacionales, las guerras), sustentados en el engaño, la opresión y la rapiña. Donde predominan las leyes “armoniosas” del mercado, no queda espacio para las vías violentas de acumulación; en consecuencia, esta última sería externa al modo de producción capitalista. Si bien es discutible que en los sistemas capitalistas maduros no haya espacio para la acumulación vía medios extraeconómicos, Luxemburgo advierte sobre la convivencia de las dos lógicas de acumulación mencionadas, y, con ello, plantea la posibilidad de un diálogo más efectivo con el horizonte contemporáneo sobre las formas de acumulación capitalista (
A diferencia de estas primeras formulaciones, actualmente se afirma que la acumulación primitiva no solamente designa el paso del modo de producción feudal al capitalismo, ni que le resulta externa, sino que conforma el motor de la producción capitalista y que es inherente a su desenvolvimiento; de allí que la violencia, la rapiña y el fraude la acompañan a lo largo y ancho de su geografía histórica (
Ahora bien, la división y el enfrentamiento no solo se produce entre trabajo y capital, sino también entre capital y naturaleza (
En tanto la violencia sea explícita, como cuando se expulsan personas que habitan un determinado territorio y se destruyen sus medios de vida para crear un área protegida, no hay duda de que la conservación puede incluirse en el repertorio de la desposesión (
Finalmente, aunque de manera más indirecta, enfoques y perspectivas teóricas de gran actualidad, aunadas en una crítica contundente a la división moderna entre naturaleza y sociedad, sostienen que es posible, aun en un planeta destruido, relacionarlos de maneras no antropocéntricas ni utilitarias con las otras especies con las que compartimos y construimos este mundo (
Sin ser exhaustivos, estos elementos —en conjunto— permiten sostener que la conservación de la naturaleza simboliza un valor relevante para las demandas sociales contemporáneas y, en tal sentido, resulta posible ampliar las indagaciones acerca de las fisonomías actuales del despojo.
La provincia de Mendoza se ubica en el centro oeste argentino y se caracteriza por su clima árido y niveles de precipitaciones exiguos (
La mayoría de la producción petrolera de Mendoza proviene de Malargüe. Los inicios de esta actividad allí se remontan a principios del siglo
Malargüe también alberga la mayor cantidad de áreas protegidas naturales por departamento. En la zona de planicies se encuentran las dos de mayor extensión: por un lado, Payunia, que cubre aproximadamente 665.000 hectáreas, conformada por amplias llanuras volcánicas; y por el otro, Llancanelo, cuyas 89.000 hectáreas incluyen una formación lacunar salina, con importante presencia de avifauna, y declarada sitio Ramsar en el año 1995. Luego, en dirección a la cordillera de Los Andes, se encuentran Caverna de las Brujas, de aproximadamente 450 hectáreas, y compuesta por un paisaje subterráneo de estalactitas y estalagmitas; y Castillos de Pincheira, un conjunto de formaciones rocosas producto de antiguas erupciones volcánicas y de la erosión prolongada del agua y el viento, que se extiende por 650 hectáreas (Ministerio de Energía y Ambiente. Gobierno de Mendoza, 2023).
Por su parte, Llancanelo, se ubica a 400 km de la ciudad de Mendoza y a 75 km de la cabecera departamental. La explotación petrolera se remonta a comienzos del siglo pasado, momento en que YPF descubrió el yacimiento (
En relación a sus características ambientales y ecológicas, Llancanelo comprende una formación lacunar salina —de ambiente semi-desértico— emplazada en una depresión al pie de los Andes Centrales, a 1.300 msnm, perteneciente a la región fitogeográfica de La Payunia (
En definitiva, en Llancanelo confluye el desarrollo de una actividad extractiva con alto impacto en un área ambientalmente sensible con relevantes valores para la conservación. Este solapamiento generó un conflicto que se extendió desde fines de los años noventa hasta el año 2010 (aproximadamente), durante el cual tuvo lugar una subetapa particular en la que se definieron los límites del área protegida. Este proceso es el que abordo en el siguiente apartado, con el propósito de plantear que la desposesión puede asumir formas menos violentas y explícitas cuando está asociada a proyectos conservacionistas, pues estos sirven para enmascararla.
El proceso que estableció los límites del área natural protegida laguna de Llancanelo puede ser leído como una expresión de la actual acumulación por desposesión, aunque presenta algunas particularidades que lo desmarcan de su carácter violento. En otras palabras, el despojo se presentó enmascarado porque: (i) las acciones destinadas a la conservación de la biodiversidad ostentan una amplia legitimidad social; (ii) la definición de los límites del área protegida se encauzó en espacios de diálogo, pretendidamente plurales y democráticos; (iii) dichos límites resultaron de una homogeneización de los distintos usos del territorio, lo que permitió paradójica y simultáneamente ampliar el área de conservación y reactivar la explotación petrolera. Como se dijo, este momento fue el punto de inflexión de un conflicto más amplio que comenzó a fines de la década de 1990, por lo cual es preciso establecer las condiciones y eventos que derivaron en la problemática de los límites en particular.
La
El pozo experimental resultó exitoso, por lo que, en mayo del año 2000, la petrolera presentó un nuevo proyecto para la explotación de ocho pozos adicionales con la misma técnica, esta vez mediante una MGIA. El dictamen técnico, elaborado por el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA)
Este conjunto de hechos fue denunciado por Oikos Red Ambiental, una ONG local de reciente formación por aquellos años, mediante la elaboración de un informe que envió a la comisión de medioambiente de la legislatura provincial, al Defensor del Pueblo de la Nación, a Fiscalía de Estado y a medios periodísticos (
De esta manera, el proceso conflictivo llegó a su punto de inflexión. Los eventos que tuvieron lugar
La sentencia de la Corte dictaminó establecer los límites biológicos de la reserva, considerando que debían acoplarse a los del ecosistema del humedal, lo que alcanzaba un área de 150.000 hectáreas aproximadamente. Un grupo de pobladores percibió esta definición como una amenaza sobre sus propiedades:
esa área biológica era un absurdo por varias razones. Los puesteros de la laguna estaban de acuerdo con la ampliación del área protegida siempre y cuando no interrumpiera a los dueños sus derechos y a los que no eran dueños pero que tenían derechos adquiridos a través de generaciones, no perder los derechos posesorios que tenían…conservar, pero sin perder los derechos (Entrevista realizada a poblador de Llancanelo, 2013).
La idea de “conservar sin perder derechos” se extendió también al bloque de concesión. Es decir, en caso de haberse expropiado campos privados, se debería haber prohibido, también, la explotación petrolera. Así, tras varios meses de negociaciones al interior del Consejo, se consensuó que el área protegida se definiera dejando al margen las zonas modificadas por la acción antrópica, en función de lo cual se extendía sólo a 89.000 hectáreas, de aquellas 150.000. Uno de sus miembros lo explicaba de esta manera:
[El límite administrativo de la reserva] se achica en base a los criterios de uso, todo lo que tiene que ver con los campos privados, con las zonas modificadas, todo eso. Empezamos a sacar todo lo artificializado, o modificado, entonces nos empezó a quedar una reserva más geométrica. Claro, porque tienen que ver los alambrados, el área de concesión, los caminos, las rutas…el límite biológico es como más suave, el administrativo tiene picos, porque bueno, ahí fue por descarte que empezamos a sacar el criterio de uso, de modificación y de ambientes que no pueden volver a lo natural…entonces empezamos a sacar todo eso, y nos quedó esa reserva de 90.000 ha, bien deforme (Entrevista realizada a miembro del Consejo de Desarrollo Sustentable, 2013).
Toda porción del territorio impactada por la actividad humana (desde la explotación petrolera, los campos privados y superficiarios hasta los caminos) fue el criterio que orientó el establecimiento de los límites del área protegida. Para uno de los miembros del Consejo, esto supuso un criterio de “ecuanimidad” frente a lo que hubiera sido un criterio de “ultranza”:
[El límite biológico] hubiera significado la expropiación de todos los pedacitos de campos que quedaban dentro de la reserva, y chau, afuera todo el mundo. Y ese no fue el sentido. Y con ese mismo criterio se pensó
El otro espacio de negociaciones, cuyo funcionamiento se produjo de manera paralela al Consejo, fue una mesa de diálogo propuesta por Oikos a Repsol-YPF y al gobierno provincial con el propósito, también, de acordar la fisonomía del área protegida. Ni bien iniciaron las negociaciones, la empresa presentó un mapa para resolver rápidamente la cuestión, ante el cual la ONG se opuso:
resolvía el tema con una cancha muy inclinada hacia la empresa. Era un mapa que tenía una serie de curvas, contra curvas, se metía por la reserva, no se metía por la reserva, era una geometría tan complicada, que era sin lugar a dudas beneficioso para la empresa porque le permitía seguir explorando dentro del área de conservación, pero estando jurídicamente fuera de los límites. Con lo cual se intentó imponer ese mapa (Entrevista realizada a representante de Oikos, 2012)
Ambos espacios de diálogo se movieron al ritmo de la fuerte presión ejercida por la petrolera y el gobierno provincial para imponer un mapa con zonas liberadas a la explotación petrolera. En este contexto, Oikos quedó aislado en sus reclamos, por lo que se retiró del Consejo y también disolvió la mesa de diálogo:
Llegó un momento en que el mapa era intolerable. Entonces ahí, después de discutir mucho y ver que estaban cerrados en eso, y cuando empezaron las acusaciones de que nosotros estábamos subvirtiendo el proceso, que estábamos en contra, dijimos bueno basta y nos fuimos (Entrevista realizada a representante de Oikos, 2012).
Llegados al punto en el cual se había impuesto el mapa del Consejo, durante el año 2006, el conflicto pasó a un estado de latencia. Recién a principios del año 2007 se retomó el diálogo entre Oikos, Repsol-YPF, el gobierno provincial, y, en esta ocasión, el Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburíferos (SUPEH). Ante la posibilidad de una nueva presentación judicial por parte de la ONG, la empresa buscó asegurar el visto bueno del mapa que, luego de algunas negociaciones, consiguió. Sin embargo, a mediados del año 2007, durante la sesión legislativa que sancionaría la norma de los límites de Llancanelo, quedó en evidencia la diferencia entre el mapa que contaba con el aval de la ONG y aquel otro surgido del Consejo, lo que produjo confrontaciones entre quienes participaban de la sesión, por lo que finalmente se levantó y no pudo aprobarse la ley. Para ello hubo que esperar hasta el mes de noviembre, cuando finalmente se consiguió la sanción de la
Cabe destacar que el mapa que queda refrendado en la ley sufrió algunas modificaciones, no fue el surgido en el seno del Consejo ni el avalado por Oikos. Al respecto, el representante de la ONG afirmaba:
en el camino, la picardía del gobierno, le introdujeron algunas pequeñas modificaciones, que no es el mapa de ellos [el del Consejo] ni tampoco el nuestro, pero de todas maneras ese mapa sí le agrega algunos pedacitos de terreno al bloque de concesión […] fue el gobierno probablemente, no lo sabremos nunca, bajo el consejo de la empresa, que le habrá dicho, bueno retocame acá, haceme acá. Así que intuyo que la gente misma de Repsol haya sugerido ciertos retoques. Pero bueno, así salió, y salió bajo la
Luego de todos estos años de resistencia y desgaste, el aislamiento en los reclamos, la ausencia de aliados y —sancionada la ley— Oikos decidió no accionar sobre esa última modificación que se realizó sobre el mapa del área protegida. Por su parte, el contexto provincial en relación a las demandas ambientales había cambiado. En el año 2007 se sancionó la
Ya sin resistencias y cuestionamientos, y con las condiciones legales para avanzar con la explotación petrolera en Llancanelo, Repsol-YPF presentó, en el año 2009, un nuevo proyecto para explotar otros 25 pozos. En esta ocasión, algunas tímidas críticas y advertencias provinieron de parte de la comunidad científica y de algunos pobladores locales, pero rápidamente la empresa consiguió la aprobación de dicho proyecto. A partir de ese momento y hasta la actualidad, la explotación petrolera se ha llevado adelante sin conflictos; sólo, de manera esporádica, han surgido tensiones con algunos propietarios de campos cercanos a los pozos petroleros, pero no por problemas ambientales, sino más bien por demandas de derechos territoriales.
En este artículo me propuse poner en diálogo los enfoques contemporáneos sobre la acumulación por desposesión y la conservación de la biodiversidad, a la luz del proceso que definió los límites del área natural protegida laguna de Llancanelo. ¿Cómo es posible que la creación de un área natural protegida asuma una modalidad violenta, engañosa, fraudulenta si el cuidado de la naturaleza ostenta una amplia aceptación social y su definición se encarrila por espacios de negociación colectivos y democráticos?
La delimitación del área protegida Llancanelo permitió ampliar de 40.000 a 90.000 hectáreas la reserva, respetar los derechos de los propietarios de los campos aledaños y permitir la explotación petrolera. Este resultado parece indicar que con el establecimiento del área protegida todos ganaron (
Marx señaló que la acumulación originaria ha quedado inscripta en los anales de la historia con trazos indelebles de sangre y fuego. Si bien esa violencia descarnada no ha desaparecido (abundan multiplicidad de ejemplos alrededor del planeta), quizás sea momento de contemplar, también, aquellas modalidades de desposesión más escurridizas, de violencias enmascaradas, de resguardo de la condición subterránea del despojo. Las que resultan difíciles de aprehender y distinguir, pero que, aun así, permiten mantener en funcionamiento el engranaje fundamental del capitalismo.
Durante el siglo
Un ejemplo clásico de este esquema son las reservas MAB (
Las zonas irrigadas se denominan también oasis, y se ubican en el norte (cuenca del río Mendoza); en el centro (cuenca del río Tunuyán); y en el sur (cuenca de los ríos Diamante y Atuel) de la provincia. A las áreas no irrigadas, por su parte, suele denominárseles desiertos, lo que no retomaré en este artículo por su carga política peyorativa.
El mercado local de hidrocarburos, por su parte, experimentó transformaciones de envergadura durante la dictadura cívico-militar de 1976 con la entrada masiva de capitales privados. Para más detalles sobre este tema en particular, consultar (
Cabe mencionar que, en este artículo así como en la tesis doctoral de la que se desprende, no se abordó de manera central la producción ganadera de la zona. Esto se explica porque el caso de estudio, el análisis del conflicto por explotación petrolera en Llancanelo, no tuvo a los productores pecuarios como protagonistas centrales.
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Las disposiciones generales y los procedimientos del impacto ambiental se regulan por el
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Se destaca la denuncia realizada por el Departamento General de Irrigación (DGI), quien, embestido en su función de Policía del Agua, realizó inspecciones en la zona y corroboró la presencia de petróleo (trescientas veces superior a los parámetros permitidos) en un pozo de agua que abastecía a la empresa.
Quisiera agradecer a las personas que colaboraron en la investigación que originó este artículo: habitantes de Llancanelo y Malargüe, representantes de Oikos Red Ambiental, guardaparques, científicos y expertos. En particular también agradezco a Romina Sales y Julia Astegiano por ser las primeras lectoras de este manuscrito.