Con la intención de aportar a los estudios urbanos, este artículo indaga en el papel que tiene la noción de bienestar de la niñez en el proceso de elección residencial. Desde una perspectiva bourdeana, se plantea que la adquisición de la vivienda de los residentes de un conjunto privado tipo club en la parroquia de Pomasqui del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), está inmersa en la constitución de estilos de vida distintivos. Mediante un abordaje con enfoque etnográfico, los resultados de la investigación indican que la elección residencial se basa en la apuesta por un estilo de vida constituido por elementos imbricados: el espacio habitacional como lugar de construcción del vínculo social y la seguridad, elementos importantes de la distinción. Proponemos que, en estos elementos imbricados, emerge la noción de la niñez y su bienestar como un factor que posibilita y empuja el proyecto habitacional de los residentes del conjunto “Nuevo Amanecer”.
With the aim of contributing to urban studies, this paper explores the role of the notion of children’s welfare in the process of residential choice. From a bourdean perspective, it is proposed that the acquisition of housing by residents of a private club-type gated community in the parish of Pomasqui in the Metropolitan District of Quito (DMQ) is immersed in the constitution of distinctive lifestyles. Thanks to the ethnographic approach, the results of the research indicate that the residential choice is based on the bet on a lifestyle constituted by imbricated elements: the living space as a place of construction of the social bond and security as an important factor of distinction. We propose that, in these intertwined elements, the notion of childhood and its welfare emerges as a factor that enables and drives the the residents’ housing project of the gated community ‘Nuevo Amanecer’.
En el conjunto cerrado Nuevo Amanecer, ubicado en la parroquia de Pomasqui en el noroccidente de Quito (Ecuador), es común observar a niños y niñas jugar con sus pares en la calle sin supervisión parental. Salvo por la piscina, ubicada en el espacio que la inmobiliaria denomina “club”, niños y niñas transitan libremente por el conjunto. Las cámaras de seguridad ubicadas estratégicamente vigilan constantemente la circulación de personas, vehículos y actividades.
Si bien las investigaciones desde la perspectiva de la violencia estructural han mostrado desde hace varias décadas que la desocupación de la calle por parte de niños y niñas responde a ideales burgueses sobre la niñez (
En varias latitudes estos estudios han arrojado luces sobre los proyectos de movilidad social que motivan a las clases medias a la adquisición de vivienda dentro de los conjuntos cerrados (
Los estudios realizados en la región se han enfocado en los conjuntos, barrios, cotos,
El artículo consta de tres secciones. En primer lugar, se detallan los métodos aplicados en la investigación, describiendo el enfoque etnográfico utilizado para la aproximación al objeto de estudio y realización de la investigación. A continuación, se hace un breve recuento del proceso urbano de Quito enfocado en el crecimiento de la ciudad hacia la periferia y la consolidación de proyectos habitacionales, especialmente en la zona de Pomasqui. La tercera y última sección, “Estilo de vida”, presenta y discute los resultados de la investigación.
Este artículo es parte de una investigación mayor (
En cuanto a la segunda técnica de recopilación de información primaria, se realizaron entrevistas a dos grupos de personas: profesionales del desarrollo urbano y residentes del conjunto cerrado. Los temas abordados con los profesionales de desarrollo urbano fueron: el crecimiento y expansión de Quito a las periferias y consolidación de conjuntos cerrados en el periurbano. Adicionalmente, con los residentes del conjunto se conversó sobre los aspectos relevantes para la elección residencial, el proceso de adquisición de la vivienda, las prácticas suscitadas en el espacio habitacional, además de los vínculos sociales entre residentes. En suma, se realizaron quince entrevistas.
Para la síntesis de los datos, los nombres de los entrevistadas han sido cambiados y el nombre del conjunto ha sido reemplazado. Los datos de las entrevistas han sido articulados con datos extraídos de observaciones de campo con el fin de codificar y dar cuenta de los elementos que componen los estilos de vida de quienes residen en el conjunto cerrado. Todas las entrevistas se realizaron bajo el principio de consentimiento informado.
Se realizaron mapas de la zona de Pomasqui, en los cuales se identificaron los conjuntos cerrados existentes en las avenidas principales que conectan a la parroquia con Quito, la avenida Manuel Córdova Galarza (MCG) y la avenida Simón Bolívar, evidenciando una fuerte consolidación de viviendas adosadas privadas tipo conjunto de dos y tres pisos en una de las avenidas más antiguas (MCG). Con respecto a la consolidación de conjuntos cerrados, se ha prestado especial atención a la consolidación de conjuntos tipo club, proyectos instaurados en la última década.
Con referencia a las fuentes secundarias, tanto los planes de ordenamiento de estas parroquias (Pomasqui, San Antonio y Calacalí) como la documentación acerca de las transformaciones inmobiliarias en el DMQ (
Para la selección del caso de estudio, nos enfocamos en los valles de Quito (Tumbaco, Cumbayá y Pomasqui) debido a que, desde la década de los ochenta, estas zonas transforman el uso del suelo, pasando de terrenos agrícolas a viviendas unifamiliares, urbanizaciones y condominios (
Similar a otras ciudades de la región, la renovación urbana de Quito se consolidó en la década del setenta gracias al impulso modernizador fomentado desde un proyecto de desarrollo capitalista sostenido por el boom petrolero y puesto en marcha por los gobiernos militares de la época (
En los años setenta, se fomentó la consolidación de barrios en el noroccidente de Quito. Este proceso fue impulsado por la concesión de créditos hipotecarios para la construcción de vivienda y nuevas vías de acceso en el norte de la ciudad (
De forma similar a otras ciudades de la región, Torres (
Según Durán y colegas (
Mientras que en los valles del este la urbanización estuvo dirigida a clases medias altas y altas, en los valles del noroccidente, como Pomasqui, el suelo fue urbanizado por mutualistas que promovieron la construcción de condominios y conjuntos cerrados para clases menos acomodadas y populares (
A comienzos de los años 2000, Quito pasó de una ciudad longitudinal con un centro que estructura las relaciones socioeconómicas de la ciudad, a una policéntrica en la que se construyeron conjuntos dormitorio cercados que no rompieron la dependencia con el centro-norte de la ciudad en donde se concentran los servicios (
A lo largo del siglo XXI, la industria inmobiliaria se ha transformado, los desarrolladores se han enfocado en construir casas y departamentos en propiedad horizontal dejando de lado las urbanizaciones que ofertan terrenos. Según Salazar (
Según Granda (
Respecto al uso y división del suelo, en el mapa de la
El río Monjas divide de manera espacial a la parroquia en dos grandes bloques; el primero corresponde a los asentamientos humanos de Pomasqui Central y Pusuquí y el otro gran bloque corresponde a los poblados de La Pampa y Santa Rosa (
Mapa división bloques residenciales de la parroquia de Pomasqui
En la zona de Pomasqui Central, encontramos principalmente barrios tradicionales con viviendas patrimoniales, mientras que en la zona de Pusuquí, La Pampa y Santa Rosa se han consolidado urbanizaciones y conjuntos privados. Podemos encontrar también barrios y asentamientos informales desarrollados en zonas de riesgo como el cerro Casitahua en los márgenes del Río Monjas y en los bordes de las quebradas.
En Pusuquí y en todo el trazado de la avenida MCG hasta llegar a San Antonio, se han multiplicado los conjuntos privados con servicio de guardianía, áreas verdes, área infantil, canchas, parqueaderos y viviendas de dos y tres pisos. Viviendas adosadas, con una extensión desde 70 m2 hasta 120 m2, con un valor desde $ 50.000 USD hasta $ 70.000 USD dependiendo las características de la casa, siendo el costo aproximado de $ 500 USD por m2. En La Pampa y Santa Rosa, encontramos urbanizaciones privadas con viviendas unifamiliares, con piscina, construidas en terrenos de 300 m2 en adelante, con un costo aproximado desde $ 700 USD por m2, es decir el costo de la vivienda va desde $ 330.000 USD según las características de la casa.
La parroquia es considerada por sus habitantes como un lugar tranquilo para vivir. Por su clima primaveral cálido y seco, es atractiva como zona de descanso de fin de semana y de vivienda permanente para quienes buscan tranquilidad, características que provocaron que se dé una presión de desarrollo urbano (
El artículo sostiene que la elección residencial está inmersa en la constitución de estilos de vida distintivos, los cuales se producen y reproducen en base a unas prácticas de percepción y apreciación, conscientes o no. Estas prácticas implican la búsqueda de estilos de vida homogéneos, los cuales definen cercanía y distancia en el espacio residencial y social; y, por ende, conlleva a la autosegregación y distinción. Cuando hablamos de distinción es importante comprender la existencia de otro que, de acuerdo con los testimonios recogidos en esta investigación, es representado como el temor a los peligros urbanos que están por fuera de los muros, particularmente el miedo al delito, agresiones, secuestros y lugares abiertos sin control para el tránsito.
Desde la perspectiva Bourdeana, esta investigación plantea que los estilos de vida se componen de un conjunto de prácticas (habitus) que funcionan como un sistema de clasificación con base en el gusto. Bourdieu (
Sugerimos que los conjuntos cerrados con casa club en Pomasqui son una alternativa de vivienda para clases medias con poder adquisitivo, estos han sido una opción para quienes buscan espacios amplios, seguridad, tranquilidad y zonas de recreación para el bienestar familiar lejos de la caótica ciudad, pero que son accesibles para una clase media pujante, a diferencia de viviendas de similares características en zonas y barrios “exclusivos” de otros valles y zonas residenciales en el DMQ.
En el conjunto Nuevo Amanecer, el costo de una vivienda en obra gris (casas concluidas, pero sin acabados) va desde los $ 114.900 USD. Considerando que el salario mínimo a inicios del año 2020 en Ecuador era de $ 400 USD, para poder acceder a una vivienda de dichas características, las cabezas de hogar deben contar con un sueldo superior al salario básico o acceder a un crédito hipotecario. Para reservar una vivienda se debe pagar un abono de $ 5000 USD (en la mayoría de los casos), y el resto es costeado con instituciones financieras. De los entrevistados 53,3% adquirió su casa con un préstamo hipotecario; 26,6% son arrendatarios; 13,3% no respondió y 6,6 % lo hizo de contado.
En esta investigación hemos clasificado la elección de los residentes del conjunto Nuevo Amanecer como gustos de lujo, entendiendo que la adquisición de una casa club con piscina, área BBQ, cancha y una entrada con un diseño elegante y seguridad veinticuatro horas simbolizan servicios y aspiraciones de un estilo de vida cómodo, lujoso, confortable, ordenado y cálido en relación con otros conjuntos privados del mismo sector. Al respecto, una de las entrevistadas nos comenta “se tiene un buen estilo de vida, hasta consideraría que es un poco lujoso con relación a otros conjuntos” (
En base a la información recopilada, proponemos que el estilo de vida se compone por dos elementos: el espacio habitacional como lugar de construcción del vínculo social y la seguridad, elementos que componen el estilo de vida distintivo y son descritos a continuación.
Los residentes de Nuevo Amanecer señalan que la elección del conjunto se realiza en base a la búsqueda de un lugar con menos contaminación, tranquilo para el descanso, con espacios verdes (
Esto denota que los padres buscan una vivienda en la cual la niñez pueda socializar con gente igual en términos de clase, es decir, que establezcan vínculos sociales con gente "como uno”. Al respecto, Martina nos cuenta: “aquí es mucho más factible que los niños salgan y se conozcan con seguridad” (
Por otra parte, la distribución del espacio habitacional también permite la constitución del vínculo social entre vecinos. El conjunto cuenta con viviendas unifamiliares adosadas, divididas en varias calles, en cada calle podemos encontrar alrededor de veinte casas. Cada casa cuenta con dos parqueaderos frontales y jardineras, diseño que constituye al espacio como vínculo social, así lo afirma Peter “se generan espacios de encuentro, es muy complicado no encontrarte con el vecino, en algún momento conversar, incluso a veces vienes del trabajo y están ahí, nos encontramos ahí, conversamos del día, de algunas cosas, nos echamos unas risas” (
La distribución del espacio y socialización permite que se genere un vínculo cercano basado en la colaboración y confianza para quien lo necesite, una de las entrevistadas señala:
La relación con los vecinos es en confianza, obviamente hay límites, aquí hay mucha más comunicación, más apoyo, como qué necesitas alguna cuestión, así sea que se te acabó una taza de azúcar y no tengas, los vecinos son súper colaboradores […] es el hecho de vivir en comunidad y de apoyar en lo que necesiten (
El hecho de la confianza entre residentes posibilita que los más pequeños puedan acudir al parque en compañía de sus vecinos en el caso de que sus padres no puedan acompañarlos. Martina señala: “yo creo que con mis vecinos he experimentado el hecho de la confianza de ser vecinos y poder mandar a los niños, jugar entre ellos” (
Ricky señala que el club no fue el motivo principal que los llevó a su esposa y a él a comprar la casa e indica “uno siempre piensa en función de sus hijos, entonces lo que les gusta a ellos nos gusta a nosotros, aquí ellos todos los días tienen espacio para jugar, sino es aquí [área verde frontal de la casa] es en el área comunal, pero hay buena acogida por parte de ellos” (
Los conjuntos cerrados con casa club se caracterizan por tener un área social que cuenta con piscina, área BBQ, gimnasio, juegos infantiles, cancha de fútbol y un salón comunal. Los residentes señalan que en el salón se realizan eventos sociales, actividades en días festivos, bailoterapia y asambleas. Como cualquier club, es un espacio privado al cual se puede acceder siempre y cuando los residentes se encuentren al día con el pago de las alícuotas. El ingreso es controlado por un lector digital al que tienen acceso quienes están al día con sus cuotas, personas mayores de quince años y niños acompañados por personas adultas.
La inmobiliaria vende a sus residentes la casa con un club, ofreciéndoles comodidad y calidad de vida en todo momento. Sin embargo, Miriam indica que el término “club” está mal utilizado señalando que:
Primero recalcar que no es un club, no sé por qué dicen que es un club, pero no es un club porque tienes otro tipo de membresía, yo creo que el término o el concepto está mal generado, es simplemente un conjunto habitacional con un salón comunal, y tienes acceso a un mini gimnasio, pero no más (
El testimonio de la entrevistada revela que hay un reconocimiento de que no se pertenece a la élite, pero que se pertenece a un grupo homogéneo de clase media acomodada con la posibilidad de costear y compartir ciertos servicios para la recreación y comodidad de su familia, entre ellos una piscina privada, hacemos énfasis aquí en lo mencionado por Peter, “[...] lo que se obtiene en beneficio del conjunto se logra con el esfuerzo y cooperación de todos” (
Para los residentes de Nuevo Amanecer, las áreas sociales son importantes debido a que no tienen la necesidad de salir en caso de que busquen un espacio de recreación, relajación y descanso, los servicios del club están disponibles a diario en el caso que lo requieran. Catalina menciona que disfruta mucho del salón comunal debido a que cuentan con un profesor de bailoterapia y señala que la facilidad se da porque: “no tengo que salir, no corro peligro, no tengo que sacar el carro, camino y en dos minutos ya estoy ahí [salón comunal]” (
El vivir en comunidad en un conjunto cerrado implica que sus residentes aporten con un valor mensual (alícuota) para el mantenimiento de las áreas comunales, gestión de los espacios, actividades y servicios. Miriam señala “además el saludo por puro tema de educación también es el hecho de vivir en comunidad” (
Por otro lado, en términos de reproducción social, hay familias que han adquirido su casa en el conjunto cerrado debido a que ya tenían familiares y buenos amigos que vivían ahí, y señalan que uno de los motivos para adquirir la casa fue ver que era un lugar tranquilo y con personas conocidas, es decir un mundo previamente familiar. Cabe acotar que la constitución del vínculo social está dada por el reconocimiento del otro como un igual en quien se puede confiar y buscar ayuda en todo momento, además del control del espacio que genera confianza para que la socialización entre niños sea segura. También, el vínculo es posible debido al saludo, conversaciones espontáneas que surgen en el espacio habitacional y las actividades que se practican en el salón comunal. Adicionalmente, hay un mutuo acuerdo entre residentes para con el cuidado y mantenimiento de los espacios de uso común.
A partir de la información recopilada, se puede sugerir que el miedo al delito, agresiones, secuestros y lugares abiertos sin control para el tránsito conforman un sentido de inseguridad urbana. Este es un imaginario recurrente para los residentes. Investigaciones previas sobre el imaginario del miedo en espacios urbanos identifican que este se entreteje con la sensación de seguridad, las cuales se materializan en la arquitectura, diseño y tecnologías de los conjuntos cerrados (
El sentimiento de inseguridad es provocado por el miedo al delito, también “el miedo estaría relacionado con las características sociales […] del entorno urbano” (
El amurallamiento permite que el conjunto sea un espacio seguro para quienes se encuentran dentro, pero también representa el distanciamiento material y simbólico con el “otro”, es así como se construye un adentro seguro y un afuera peligroso. Tal como afirma Daniela:
Estilo de vida, el más confortable digo yo, porque tiene toda la seguridad, el ingreso es controlado, puertas con control remoto, la guardianía que es muy importante, tienen todo el entorno cercado para evitar la delincuencia, que es lo más importante que nos ofrece la seguridad de vivir aquí (
Para Bourdieu (
En las observaciones de campo, fue posible identificar el libre transitar de los niños a todas horas, incluso hasta altas horas de la noche sin supervisión. Se pudo observar también que sus pertenencias como los juguetes y bicicletas no tenían un lugar específico, sino que estos se encontraban en las calles del conjunto. Una de las entrevistadas señala que hay tanta confianza entre residentes que, si a alguien se le cae o se le olvida el celular en el área común, inmediatamente se le entrega al guardia para que sea devuelto al propietario (
Algo que llama la atención es cómo la publicidad que realiza la inmobiliaria es reproducida en la práctica de los residentes (
De ello resulta necesario decir que la compra o alquiler de una vivienda en un conjunto cerrado es una opción que brinda paz y seguridad por encontrarse lejos de los peligros urbanos. Por otra parte, la estética de la seguridad materializada en tecnología avanzada ha sido una herramienta para evitar el delito y la criminalidad, así como también una forma de sosiego para las familias, al tiempo que materializa y estiliza el proceso de distinción. Finalmente, la percepción del vecino como igual asegura la confianza entre residentes.
Los estudios urbanos señalan que las residencias privadas son espacios auto segregados, homogéneos y equipados con servicios para ocio y recreación en el interior, y que marcan una diferencia tanto en el espacio urbano como la forma de vida en la ciudad. En contraste con investigaciones anteriores que se han enfocado en la materialidad de los espacios habitacionales privados y la pertenencia a las élites, este trabajo se ha enfocado en conocer cuáles son los elementos que constituyen el estilo de vida distintivo, en el cual la noción del bienestar y seguridad de la niñez tiene un papel importante.
Esta investigación encontró que los estilos de vida se constituyen a partir del habitus y gusto, como significaciones, representaciones, percepciones, apreciaciones y prácticas que emergen en el espacio posibilitando el vínculo social, creando y recreando un estilo de vida distintivo en torno a las formas de habitar en un conjunto cerrado erigido en percepciones de seguridad.
En la sección anterior se describió cómo el proceso de elección de una vivienda está anclado a la búsqueda de distinción, que si bien apela a un estilo de vida lujoso reconoce la no pertenencia a las élites. Este hallazgo hace eco de investigaciones realizadas en contextos diversos sobre la relación entre conjuntos cerrados y clases medias (
Si bien este hallazgo difiere de la tendencia que ha identificado la vida en los conjuntos cerrados como un indicador de pertenencia a las élites (
Por ejemplo, Giglia (
De otro lado, en el conjunto Nuevo Amanecer las relaciones sociales se basan en vínculos fuertes de amistad y familiaridad entre vecinos, relaciones que están constituidas por el saludo, conversaciones espontáneas y el espacio, pero también por el reconocimiento de prácticas similares que son fundamentales para confiar el cuidado y seguridad de los hijos. Este hallazgo tiene dos implicaciones. Primero, la noción de bienestar de la niñez es el motivo principal para crear una especie de comunidad basada en la confianza con redes de apoyo entre residentes. Segundo, la noción de bienestar de la niñez no se trata únicamente de una motivación para poner en marcha la elección residencial, también justifica el proyecto de movilidad social.
Se ha mostrado que el bienestar de la niñez del conjunto Nuevo Amanecer simboliza seguridad y tranquilidad en el espacio residencial, este descubrimiento parecería similar al de Camus (
Los hallazgos descritos sobre el miedo e inseguridad relacionado con el temor al delito, actividades ilegales como la venta de drogas e inseguridad al salir del conjunto, hacen eco de los resultados obtenidos por Martínez (
Por otro lado, Martínez (
Para terminar, en los residentes de Nuevo Amanecer la distinción está dada por tres motivos, primero porque la adquisición de una vivienda tipo club con diseño de vanguardia recrea estilos de vida lujosos que permiten el ascenso en el espacio social; segundo porque se constituyen vínculos sociales fuertes suscitados en el espacio con base en la confianza, reconociendo al vecino como un igual. Finalmente, porque la sensación de seguridad emerge en el libre transitar de los niños y los elementos estéticos de seguridad del conjunto.
Los resultados de esta investigación dieron a conocer que la elección residencial de un conjunto cerrado en Pomasqui es motivada por la búsqueda de bienestar, seguridad y socialización de la niñez en un espacio protegido, homogéneo y autónomo; motivaciones que justifican el proceso de movilidad social respecto a la elección residencial. Este hallazgo es significativo por la importancia que tiene la niñez, ya que la pone en el centro para la construcción de lazos de vecindad basados en la confianza y reciprocidad; además, su libre transitar es un referente de seguridad para quienes residen en el conjunto.
El enfoque bourdeano nos ha permitido conocer los estilos de vida de los residentes de Nuevo Amanecer y clasificarlos como distinguidos. Sus gustos, motivaciones, prácticas, socialización de subjetividades y elecciones aparecen como elementos que se constituyen en el espacio habitacional y permiten la construcción del vínculo social. Asimismo, la sensación de seguridad aparece como valor desde el cual se puede construir la confianza entre residentes. Cabe recalcar que la distinción está dada siempre con la construcción material y simbólica del “otro”. Para el caso de estudio, este “otro” ha sido representado por los residentes de Nuevo Amanecer por la inseguridad de los peligros urbanos que se encuentran por fuera de los muros, es así como el conjunto cerrado es significado como un lugar seguro y tranquilo frente a la caótica ciudad.
Los hallazgos de la investigación también han indicado que el habitar en un conjunto cerrado como clase media representa un estilo de vida compartido con ciertas comodidades para el ocio y descanso. Además, simboliza un estilo de vida basado en la confianza y apoyo entre residentes, en el cual el cuidado de las áreas comunales y pago de los servicios se realiza con la colaboración de todos.
Al estar limitada a la construcción homogénea del grupo de residentes, este estudio carece de información sobre posibles problemas de cohabitación causados por el no pago de las alícuotas y el no acatamiento de la reglamentación a la que se encuentran sujetos quienes residen en conjuntos cerrados, lugares en los cuales la falta de compromiso de todos los residentes representa un obstáculo para la construcción homogénea y armónica del grupo. Para futuras investigaciones, se recomienda enfocarse en conocer los obstáculos que interfieren en la constitución homogénea del grupo.
Más detalles sobre la publicidad que hacen las inmobiliarias ayudaría a comprender de manera extensa cómo se constituyen los imaginarios de los residentes y futuros compradores a partir de discursos, imágenes y referentes del mercado inmobiliario; para futuros estudios se debería tener en cuenta la incidencia de la publicidad en los estilos de vida de quienes residen en conjuntos cerrados.
Para concluir, el estudio es significativo por su enfoque en los estilos de vida distintivos de clase media basados en la elección residencial como un proyecto de ascenso social conscientemente inconsciente que permite la socialización homogénea en un espacio auto protegido en el cual la niñez es el motor para la adquisición de la vivienda y construcción de la convivencia. Los resultados aquí encontrados aportan a la literatura existente en la medida que son los hijos la encarnación de seguridad, hallazgo que podría ser de utilidad para una forma específica de planificación urbana de espacios seguros en la ciudad.
De acuerdo al Informe Regional de Desarrollo Humano (2013-2014) en el año 2012 “el porcentaje por robo en el Ecuador es del 25.19%, esto quiere decir que 25 de cada 100 ecuatorianos fueron víctimas de robo” (