Las problemáticas del hábitat asociadas al riesgo ambiental han tenido gran relevancia en las ciudades latinoamericanas. En las últimas décadas, particularmente en los aglomerados urbanos más poblados de la provincia de Buenos Aires, se han registrado diversos tipos de intervenciones por parte del Estado en relación a estos conflictos. Las relocalizaciones aparecen como respuesta cuando aparentemente no existe otra alternativa para mejorar las condiciones de vida de una población que tiene un grado de exposición alto a diversos tipos de riesgos ambientales, ¿es esta la única razón que puede dar origen a este tipo de intervenciones? Observamos que en un alto número de ocasiones los intereses de sectores ajenos a la problemática ambiental se ven implicados en estos procesos por lo que sería erróneo plantear que el origen de estas políticas se produzca de manera unívoca. En este trabajo se propone el análisis de dos casos, el barrio Toba en el Gran La Plata y la villa 21-24 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En base a este análisis se propone una protoherramienta que permita evaluar este tipo de intervenciones de manera sistémica a fin de arribar a una comprensión compleja del rol y la injerencia de los diferentes actores participantes en estos procesos y el nivel de agresividad al que se ve expuesta la población afectada por tal proceso.
Habitat problems associated with environmental risk have been highly relevant in Latin American cities. In recent decades, particularly in the most populated urban areas of the Province of Buenos Aires, various types of interventions have been registered by the state in relation to these problems. Relocations appear as a response when apparently there is no other alternative to improve the living conditions of a population that has a high degree of exposure to various types of environmental risks. Is this the only reason that can give rise to this type of intervention? We observe that on a high number of occasions the interests of sectors outside the environmental problem are involved in these processes, so it would be wrong to state that the origin of these policies is given in a univocal way. In this article we propose the analysis of two cases, the Toba neighborhood and the village 21-24 in the Autonomous City of Buenos Aires. Based on this analysis, a proto-tool is proposed that allows evaluating this type of intervention in a systematic way in order to arrive at a complex understanding of the role and interference of the different actors participating in these processes and level of aggressiveness to which it is applied the population affected by such a process is exposed.
Es innegable que la “cuestión ambiental” está en agenda. Surgida por el reconocimiento de la crisis socioambiental emergente, puede decirse que se encuentra, en mayor o menor medida, en la discusión internacional desde la década del 70, a partir de la primera Cumbre Ambiental Mundial, realizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1972, en Estocolmo, Suecia. A partir de allí, se vienen articulando interpretaciones múltiples acerca de sus orígenes y efectos en el modo de vida actual. Ciertamente, ya nadie cuestiona la génesis antrópica de la contaminación ambiental ligada con la emisión de gases y la explotación desmedida de bienes comunes. Esta dinámica extractivista
La visibilización de la temática ambiental tiene reflejo en el contexto local, al menos en dos sentidos. Por una parte, la generación de leyes y reglamentaciones ligadas a lo ambiental y sus efectos en el hábitat. Por otra parte, en cierta presencia de voces de alarma y reclamo ante la tendencia a la exposición a situaciones del referido como “riesgo ambiental”, según definimos más abajo, sobre todo, en el ámbito urbano (
Es así que esta problemática y exposición se agudiza cuando las condiciones habitacionales están marcadas por la precariedad. La crisis ambiental dialoga directamente con la crisis habitacional; en grandes urbes como Buenos Aires, caracterizadas tanto por la falta de planificación como por la expansión de la mancha urbana, es necesario considerar, entonces, la cuestión del hábitat en relación con el sufrimiento ambiental (
Asimismo, es indispensable tener en cuenta los procesos de relocalización, que implican una interacción de múltiples actores sociales, redefiniendo la problemática tanto a nivel urbano como dentro de la referida problemática ambiental. En este sentido, se organizan relocalizaciones por parte del actor estatal, dentro de situaciones relacionadas con los llamados
Partimos de la mirada presente en los estudios ambientales, ligada a la noción de
En el presente escrito, se problematizan los procesos de relocalizaciones de poblaciones urbanas situadas en áreas que se encuentran expuestas a las definidas como
El escrito se organiza como sigue: en el primer apartado, realizamos una apretada síntesis de lo referente a la coyuntura y riesgos asociados a cuestiones ambientales, tomando las nociones básicas del campo; luego, recorremos los conceptos clave para comprender la dinámica de relocalizaciones presentes en los estudios urbanos y la relación de estas con el riesgo ambiental. En tercer lugar, se exponen los criterios metodológicos para la construcción de la protoherramienta propuesta. Se recorren los casos testigo basando el análisis en la metodología propuesta. En cuarto lugar, se presenta el proceso de elaboración de las matrices que sintetizan la información recabada. Finalmente, presentamos unas palabras de cierre a modo de apertura a futuras indagaciones.
En la actualidad, la problemática y “cuestión ambiental” es parte de la agenda pública.
Hace ya décadas que varios autores refieren a la explotación de la naturaleza y la contaminación como síntomas de una crisis civilizatoria (
Asimismo, es clave comprender que el extractivismo no se produce solo a nivel del modo de producción y explotación de bienes en estos territorios antes considerados improductivos. El desarrollo actual de las ciudades, en un mundo crecientemente urbanizado, está, también, marcado por el extractivismo urbano como lógica de expansión. Concretamente, en ciudades como Buenos Aires, por ejemplo, los grandes emprendimientos inmobiliarios están a la orden del día, en superposición y conflicto directo con situaciones de suma precariedad habitacional. En el marco de la pandemia COVID-19, durante el año 2020 se volvieron aún más palpables los diversos intereses enfrentados, el conflicto implicado en este tipo de desarrollo urbano,
Tal como hemos planteado ya, dentro de los estudios estadísticos de riesgo, se reconocen al menos tres “componentes humanos” del riesgo: vulnerabilidad, exposición y respuesta (Dean 1999, citado en
En este sentido, si bien el nivel de sufrimiento está contemplado relativamente a nivel conceptual, cabe la pregunta acerca de los modos en que los procesos de relocalización toman en consideración las incertidumbres múltiples de quienes están afectados y qué mecanismos se proponen para dar lugar a que las mesas de diálogo sean realmente tenidas en cuenta en las decisiones oficiales, según veremos más adelante.
Finalmente, observamos que estas definiciones tienen sentidos renovados a la hora de contextualizar los riesgos considerados en el lugar geopolítico que ocupa el continente:
“Esta ‘nueva’ dependencia está marcada por la continua inyección de préstamos y créditos que atan, de forma renovada, al continente a las disposiciones de los —alguna vez— bautizados como ‘países desarrollados’. Con el correr de las décadas y, más allá de los cambios de tonalidad, el cariz extractivista de la economía regional se ha profundizado. ... Dichas explotaciones quiebran los ciclos de la naturaleza y, además, están insertos en comunidades que son sujeto de creciente represión, criminalización y estigmatización, dado que las movilizaciones sociales y las protestas atentan contra las posibilidades de sostener la acumulación capitalista de las grandes empresas transnacionales”. (
Es así que buscamos ahondar en la dinámica de los casos en análisis para poder observar de manera concreta cómo se desenvuelven estos procesos en los que la crisis habitacional y ambiental se retroalimentan a nivel de los argumentos y de las problemáticas. Cabe destacar, entonces, que más allá de la observación técnica acerca del riesgo como cuantificable y, así, relativamente controlable; desde una mirada crítica del “Sur Global” entendemos esta delimitación como una metáfora del sufrimiento humano causado por las grandes formas de opresión —el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado— y las varias formas de lucha y resistencia a esas formas de opresión. En este sentido, las llamadas “Epistemologías del Sur” intentan ampliar las posibilidades de repensar el mundo a partir de saberes y prácticas del “Sur Global”, desafiando los intentos de epistemicidio, lingüicidio o subalternización epistémica. En este escenario, las “Epistemologías del Sur” aportan instrumentos teóricos y metodológicos que permiten desarrollar un diagnóstico crítico del presente que tiene como su elemento constitutivo la posibilidad de reconstruir, formular y legitimar alternativas para una sociedad más justa y libre (
A partir de lo antedicho, se plantean, en lo que sigue, las cuestiones ligadas a la producción del hábitat para luego ponerlo en consideración y en cruce con la cuestión ambiental en los casos en análisis, insistiendo en observar de qué modos los sectores populares padecen la falta de acceso digno al hábitat en consonancia con el sufrimiento ambiental implicado en los espacios que sí pueden ocupar y habitar.
El hábitat humano está determinado por factores económicos, sociales, culturales y políticos, entre otros. Las facilidades o limitaciones para adquirir los bienes y servicios que la sociedad produce llevan a pensar que no todas las personas acceden a este en las mismas condiciones (
Las problemáticas asociadas al hábitat son múltiples y tienen diversas expresiones que son abordadas desde diferentes enfoques. Diversos autores (
La composición de estos grupos no es homogénea ni tampoco la forma de accionar para cada uno; es usual encontrar mecanismos de acción que están normados por lo que Abramo (
Al referir particularmente a “relocalizaciones” debemos, también, indagar en el sentido de las “intervenciones” de los aparatos del Estado. Retomando a Rodríguez y Di Virgilio (
Además, la ciudad actual está marcada por muros tanto visibles como invisibles que pueden ser sintetizados en el concepto de “segregación socioespacial”. Siguiendo a Rodríguez et al. (
Dicho esto, pasamos, ahora, a delimitar conceptualmente a lo que referimos con el término “relocalizaciones”. Retomando al ya clásico en el tema, “la reiteración de las situaciones de desplazamiento y relocalización poblacionales, a pesar de sus múltiples causas, obligan a tratarlos como un fenómeno social específico (
Luego, una primera distinción opera entre aquellas llamadas “compulsivas”, y las “voluntarias”. En el primer grupo, a la vez, encontramos las “erradicaciones”, posibles en cierto contexto sociopolítico (un ejemplo es el de la década del 1970 cuando se erradicaron villas en la ciudad de Buenos Aires en medio de un plan urbano ligado al Cinturón Ecológico y el paso a priorizar el uso del automóvil privado en detrimento del transporte público) y que responden a un modo particular de intervención y producción del espacio urbano. Dentro de esta categoría de relocalizaciones se encuentran aquellas que, si bien no fueron motivadas solamente por una mirada de “limpieza social”, fueron compulsivas, ligadas a grandes proyectos urbanos. Tal es el caso de ciudades relocalizadas por la construcción de represas, como refiere Bartolomé (
Según estos autores, se debe observar, también, que las relocalizaciones ya no son un fenómeno coyuntural, sino que hacen a la
Ante esto resulta central identificar los procesos sociales y de organización que emergen en torno a estas problemáticas. La característica de “voluntarias” también es pasible de construir durante los procesos de participación por lo que es importante visibilizarlos y reconstruirlos. La regulación de las sensaciones que mencionáramos más arriba ancla en estos procesos y en la iteración de la experiencia de la espera que, en muchos casos, genera, hasta cierto punto, la adecuación de las demandas de los sujetos involucrados a lo ofrecido por parte del Estado.
Se reconoce la presencia de movimientos y nuevas culturas políticas nacidas al calor de resistencias y luchas ligadas a relocalizaciones. Volviendo a (
En este sentido, Carman, Demoy et al. (
La relocalización es un proceso que comienza mucho antes de que la población se reasiente en el nuevo territorio y termina mucho después del acceso a una nueva vivienda. (...) Consideramos que un proceso de relocalización democrático ha de incorporar, tanto en su formulación como en su implementación, los múltiples significados y valoraciones del reasentamiento para los involucrados.
Así, recomiendan tener en cuenta la comunicación, el derecho a la información, el derecho a un censo responsable, el derecho a un ambiente sano, el derecho a un proceso participativo, seguimiento de las condiciones sanitarias y edilicias con “condiciones adecuadas de habitabilidad”, teniendo en cuenta, también, el factor del desarraigo y sufrimientos a nivel emocional. De este modo, toma lo expresado la ONU para colocar al Estado como garante de estos derechos.
Sin embargo, en estos procesos el Estado funciona en sentido opuesto:
El accionar del Estado desorganiza y desestabiliza la vida de las personas, que se ven imposibilitadas de realizar, por ejemplo, planes a mediano y largo plazo como obras y mejoras en sus viviendas por no saber cuándo deberán mudarse. La falta de información resulta un factor central en la confusión e inestabilidad en la que viven los vecinos, cuestión que se relaciona tanto con la falta de comunicación desde las entidades estatales, como con que concretamente muchas cuestiones ni siquiera están planificadas todavía (
A partir de lo antedicho, se expone a continuación la metodología propuesta, en pos de afinar la definición de los actores sociales intervinientes, en la aproximación y análisis a los casos de estudio.
Las relocalizaciones de poblaciones que habitan en barrios populares, ubicados en zonas que presentan altos niveles de exposición a las llamadas “catástrofes”, son procesos usualmente llevados adelante por el Estado, aunque, en muchas ocasiones, impulsados por otros actores, como pudiera ser el sector privado, en la búsqueda de llevar adelante un proceso de transformación territorial que le permita realizar desarrollos de negocios inmobiliarios o casos en los que la misma población vulnerable, se manifiesta y exige su propia relocalización en pos de mejorar sus condiciones de habitabilidad. Ante esto, queda claro que son procesos complejos desde múltiples aspectos.
A estos niveles de complejidad, se suma la cada vez mayor recurrencia de estos procesos, acrecentados por la crisis habitacional que atraviesa la región de estudio y los riesgos asociados a eventos climáticos cada vez más frecuentes, ambas problemáticas desarrolladas anteriormente.
Ante esto surge la necesidad de generar aportes que escapen de la cuestión binaria en torno a la posibilidad de llevar un proceso de transformación territorial en forma exitosa o fracasada. Procesos donde resulta difícil y, quizá erróneo, preguntarse cuándo comienzan y cuándo terminan.
A consecuencia de esta lectura, se expone la construcción y aplicación de una protoherramienta que permita analizar este tipo de procesos, enfocando en los aspectos que resultan difíciles de mesurar, haciendo hincapié en el rol de los diversos actores intervinientes, y en el nivel de agresividad que representó el proceso para la población afectada.
En concreto se analizan cuatro dimensiones cuyas definiciones están sujetas a las características particulares de los casos. Específicamente, se refiere a los aspectos topográficos y climáticos de cada caso, las circunstancias que dan origen a cada proceso, la participación de ciertos actores y al desenlace. Estos aspectos representan las dimensiones que componen la matriz, desarrollados en detalle, a continuación.
Se entienden los casos con valoración alta como procesos poco agresivos para la población, en tanto los casos con valoraciones bajas se interpretan como procesos muy agresivos. La metodología de rastreo y construcción de información está basada en el análisis de bibliografía académica, notas periodísticas y otras fuentes accesibles desde la red.
La protoherramienta propuesta apunta al análisis de relocalizaciones de poblaciones que habitan en barrios populares, ubicados en zonas que presentan altos niveles de exposición a amenazas de tipo ambiental, particularmente, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Las relocalizaciones, tal como se dijo, implican procesos que pueden tener su origen en diversas causas, no siempre asociados directamente a la necesidad de abordar tal problemática en concreto. En este artículo se trabaja en torno a dos casos, la villa 21-24 y el barrio Toba. Es importante señalar que, para el desarrollo de la herramienta propuesta, es necesario analizar un número mayor de casos, lo cual enriquecerá el análisis. Es por eso que se entiende que, en esta instancia, se están mostrando avances y no una herramienta definitiva.
La elección de los casos está sustentada en que ambos forman parte de procesos de intervención territorial mayores que resultaron emblemáticos para la región de estudio. Por un lado, la ejecución del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA) de la Cuenca del Río Matanza-Riachuelo, y por otro, la obra hidráulica llevada adelante en el Arroyo del Gato iniciada en 2014.
Este tipo de proceso ha tomado gran relevancia en los últimos años. Reflejo de esto han sido los procesos de judicialización mencionados, entre los que se destaca el que dio origen en el año 2006 a la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) [
En el caso del barrio Toba, se trata de un proceso que se dio en el marco de una intervención de gran envergadura en torno al sistema hidráulico de la ciudad de La Plata. Esta intervención tuvo su origen después de la trágica inundación que se dio en el sector a principios del año 2013, dejando un saldo de, al menos, 89 muertos.
La complejidad de ambos casos puede comprobarse en la multiplicidad de actores que participaron y en los diversos cambios que se fueron dando en las diferentes posturas a medida que se iba desarrollando los hechos. Resulta de gran interés su comparación y análisis, por ser casos que resultaron emblemáticos, no solo por los resultados a los que se llegó, sino por el proceso que atravesaron, generando en la práctica nuevas formas de intervención y diálogo entre partes.
El Río Matanza Riachuelo es el principal curso del sistema, funciona como límite entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires comprendiendo los municipios de Almirante Brown, Avellaneda, Cañuelas, Esteban Echeverría, Ezeiza, General Las Heras, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Marcos Paz, Merlo y San Vicente. En el sector viven cerca de 6 millones de personas, lo que representa alrededor de un 15 % de la población a nivel nacional (
Cuenca hidrográfica Río Matanza Riachuelo.
Se encuentra localizada al suroeste de la provincia de Buenos Aires y tiene una superficie aproximada de 2017 km². Tiene una longitud aproximada de 64 km a lo largo de cuyo recorrido podemos encontrar 3 áreas: llanura alta, llanura intermedia y llanura baja.
A diferencia de las poblaciones que se asientan más alejadas de la ribera, quienes habitan en este sector sufren gran cantidad de complicaciones que se expresan en términos socioeconómicos y ambientales, siendo una zona donde se observa de manera clara un proceso de segregación socio espacial (
Como punto de partida, al referir a esta zona geográfica, debemos remitir a la fuerte exposición a la contaminación por metales pesados a la que está sometida la población de los barrios y asentamientos, así como los riesgos implicados en ocupar el llamado “Camino de Sirga”, como es el caso de la villa 21-24, aquí analizado.
Particularmente, en la zona de Villa Inflamable, Avellaneda, se inició la causa y judicialización del caso —en términos de Cuenca—, bajo la causa “Mendoza”, que originó la creación de la ACUMAR. En julio del año 2008, la Corte Suprema dictó sentencia.
Ubicada en la comuna 4 de la ciudad de Buenos Aires, es la villa más grande y con mayor población de la capital argentina. Tuvo sus orígenes en los años 40, llegando a tener, en la actualidad, una superficie aproximada de 64 hectáreas y una población estimada en 30000 habitantes (
Villa 21-24 sobre el Riachuelo.
En septiembre de 2010, se firmó el Convenio marco para el cumplimiento del Plan de Urbanización y Asentamientos Precarios en Riesgo Ambiental de la Cuenca Matanza Riachuelo, segunda y última etapa, entre el Estado nacional, la ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y los 14 municipios que integran la Cuenca Matanza Riachuelo. El citado convenio contempla la asistencia a 17771 familias radicadas a lo largo de la cuenca que viven en condiciones de alto riesgo ambiental. Del total de las familias, 2527 familias están radicadas en jurisdicción de la ciudad de Buenos Aires (
De las 220 familias que serían reubicadas en el Conjunto Urbano Padre Mugica, a diciembre de 2016 se habían relocalizado, 187 familias, lo que representa el 85 % del total propuesto (
El Gran La Plata se encuentra al sur del Gran Buenos Aires, es el sexto aglomerado urbano en cuanto a población en Argentina con 787294 habitantes según el censo del año 2010. Posee una superficie de 228 km2 (Consultado en “Demographia World Urban Areas & Population Projections”) que abarca los municipios de La Plata, Berisso y Ensenada.
Se encuentra en la Cuenca hidrográfica Vertiente Intermedia del Río de la Plata, compuesta por las subcuencas Martn-Carnaval (79,82 km2) Rodríguez-Don Carlos (41,6 km2), del Gato (92,2 km2), Maldonado (35,68 km2) y El Pescado (356,7 km2). Este grupo de cuencas, a excepción de El pescado, conforman lo que usualmente se llama la “cuenca alta”; entre ellas y el río se encuentra la “cuenca baja” conformada por los bañados de Ensenada y Berisso. A diferencia de las cuencas, que tienen la función de conducir las aguas hacia puntos más bajos, los bañados las retienen durante un periodo que puede variar según la época del año.
Cuenca hidrográfica vertiente intermedia del Río de la Plata.
Este sector cuenta con escasa pendiente lo que dificulta el correcto escurrimiento de las aguas frente a las precipitaciones. En la región se da un fenómeno climático conocido como “grandes tormentas”, llamadas así por ser precipitaciones poco usuales, que no responden a ciclos o momentos particulares del año, volviéndose imprevisibles. Se caracterizan, principalmente, por la cantidad de milímetros que precipitan en poco tiempo (
Este tipo de tormentas tienen antecedentes muy tempranos en la región; el primer registro data del año 1911. Existen investigaciones que muestran un aumento de las tormentas con precipitaciones extraordinarias tanto en frecuencia como en intensidad (
Como consecuencia de esto, murieron 89 personas según los números oficiales, aunque es posible que la cantidad de víctimas haya sido mayor [
El 11 de Julio de 2013 la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires sancionó la Ley N.° 14527 que permite al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires endeudarse con el Gobierno nacional por un monto de 1973 millones de pesos con el objetivo de financiar la reconstrucción de las infraestructuras dañadas el 2 de abril del mismo año y realizar obras que ayuden a mitigar futuras inundaciones.
La obra que se llevó adelante tuvo injerencia en 14 de los 22 kilómetros totales del arroyo. La intervención implicó el ensanchamiento del cauce, entre su desembocadura en el Río de la Plata hasta las vías del Ferrocarril General Roca, y luego, un revestimiento en hormigón armado, desde las vías del tren hasta la intersección del canal con la calle 143. La intervención estuvo dividida en 11 etapas que estuvieron a cargo del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos [
Este barrio está ubicado sobre el Arroyo del Gato a la altura de la calle 141 y fue afectado por la obra llevada adelante por el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos después de la inundación del año 2013 en la región. Coincide con la etapa XI de la obra que abarca el tramo del Arroyo que va desde la avenida 137 hasta la avenida 143.
Barrio Toba.
A finales de marzo de 2015, tras varios meses de disputa con los vecinos afectados y los actores del reclamo, quienes planteaban que la solución que se proponía era inadecuada, entró en escena la Comisión de Conflictos Habitacionales de la Subsecretaría Social de Tierras y Acceso justo al Hábitat, encargada de trabajar en este tipo de procesos bajo los lineamientos de la Ley N.° 14449 de Acceso Justo al Hábitat. Esta intervención se dio en consecuencia del fortalecimiento del reclamo por una intervención que mejorará realmente las condiciones de vida de los habitantes del barrio.
Existen testimonios que plantean que, ante los cortos plazos para finalizar las obras, la empresa avanzó de manera indiscriminada, vulnerando los derechos de muchas familias del barrio.
En el marco de una de las reuniones del Consejo Social posteriores a la visita al barrio, la mayoría de los asistentes acordaron en que, como sostuvo uno de los participantes: “La empresa parece estar manejándose como si la vera del arroyo estuviera libre”. En este marco, uno de los trabajadores sociales miembro del Consejo sostuvo que parece haber una definición de afectación que solo incluye a las viviendas o parcelas que se superponen con el trazado de la obra. Dijo que la empresa está suponiendo que ahí no hay nadie y que pretende trabajar en consecuencia; que “externaliza” el problema “sin hacerse cargo”. Registro de campo 8 de abril de 2015. (
Lo anterior tuvo su reflejo en que el malestar por la relocalización no solo era de las familias que serían relocalizadas, sino también, de quienes se quedaban en el barrio, pero con fuertes roturas en su tejido social (
Por parte de la Universidad Nacional de la Plata está el Consejo Social, donde se aglutinan diversos actores (funcionarios, referentes de organizaciones, miembros de algunas facultades, etc.) que discuten problemáticas generales y puntuales asociadas al hábitat de la región. A esto se suma el proyecto de extensión perteneciente a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación que trabaja en el barrio desde 2009, abocado a tareas relacionadas a la integración sociocomunitaria en el barrio (
El Movimiento Justicia y Libertad fue la organización que mayor participación tuvo en el proceso; la inserción previa que tenían en el barrio fue clave para que su rol fuera esencial en el proceso. Coordinaron con los otros actores del reclamo ya fuera convocándolos o impulsando tareas en conjunto, lo que permitió generar herramientas para disputar con el estadio condiciones alternativas de relocalización que se adecuaran a las necesidades planteadas por los residentes del barrio. Otra organización que participó del proceso, no de manera tan influyente como en el caso anterior, fue el Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), una organización política que trabaja en la promoción y protección de los derechos humanos desde el año 2004.
Por parte del Estado, hubo diversos sectores involucrados en un rol de reclamo o vigilancia, el caso de la Comisión Bicameral de Fiscalización y Control de las Obras Hidráulicas en La Plata es uno de ellos. Este grupo estuvo abocado a la totalidad de la obra y fue creado para darle “transparencia al proceso”. Otro sector del Estado que podemos ubicar en el grupo del reclamo, es la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, quienes, a partir de ser convocados por el Movimiento Justicia y Libertad, comenzaron a seguir de cerca y aportar en el proceso.
Por último, aparecen los residentes del barrio, quienes terminaron por conformar un espacio que los convocaba regularmente: una asamblea vecinal. En este espacio se discutían las necesidades a plantear y se volcaba la información que surgía de las reuniones con otros actores participantes.
En una primera instancia, la intervención del IVBA consistía en la relocalización de 6 familias en el barrio El Mercadito a 6 kilómetros del sector original. Al final del proceso, podemos decir que solo una familia aceptó la relocalización (
Tras la revisión bibliográfica y comprensión de las diversas características y participación de actores en los casos de estudio, se construyeron las matrices síntesis que permiten valorar el nivel de agresividad que significó cada proceso para la población afectada (
Comparación de los resultados del análisis de Villa 21-24 (arriba) y Barrio Toba (abajo).
En este trabajo se dieron los primeros avances en la construcción de una protoherramienta que busca generar aportes para la evaluación de intervenciones donde se proponen procesos de relocalización como solución a problemas relacionados a las condiciones habitacionales de poblaciones ubicadas en sectores que las exponen a altos niveles de riesgo ambiental. Con esta herramienta, se pretende llegar a una comprensión del rol y la injerencia de los diferentes actores participantes en estos procesos y el nivel de agresividad al que se ve expuesta la población afectada por tal intervención. De este modo, se busca clarificar cómo la “cuestión ambiental” puede funcionar como argumento para las relocalizaciones, sin por eso asegurar remediación ni mejores condiciones ambientales para las poblaciones afectadas.
La selección de los casos se dio a partir de seleccionar el AMBA como región de estudio. A partir de esto y del análisis de diversas fuentes, se llegó a la conclusión de que muchos de estos procesos son inherentes a intervenciones territoriales y ambientales de gran magnitud, como es el caso de la villa 21-24 y su relación con el PISA ejecutado por ACUMAR; o el caso del barrio Toba, relacionado con la obra hidráulica llevada adelante en el Arroyo del Gato con el fin de mitigar las inundaciones en la región del Gran La Plata.
En particular, la revisión del material periodístico permitió profundizar en el análisis de los actores participantes, confirmando las características citadas acerca de estos procesos. Fundamentalmente, se observa la propiedad referida de estos procesos en cuanto a la línea temporal: no es claro el inicio ni el final de los procesos de relocalizaciones lo que genera incertidumbre en quienes se ven afectados por estas decisiones y, a la vez, por la exposición a riesgos ambientales declarados.
Además, respecto de la villa 21-24 se observa el impacto de ser una zona declaradamente contaminada: parte de la cuenca más contaminada del país donde el Estado legisló y planteó intervenciones concretas. En un sentido similar, se destaca la situación del barrio Toba con respecto al Arroyo del Gato, donde es evidente la condición problemática de las viviendas en relación a ser afectadas por posibles inundaciones.
En los dos casos, se destaca la importancia de la participación de organizaciones como la ACIJ o el Movimiento Justicia y Libertad, en tanto articuladoras de la demanda local, por una parte, y el grado de injerencia estatal en relación con los intereses económicos sobre esos terrenos, por otra.
Se evidenció la centralidad de la mirada jurídica y en términos de justicia social. Tal como se mencionó al inicio, los efectos de la judicialización, tanto de lo ambiental como de las demandas habitacionales, son clave para continuar con los análisis de estos procesos.
La construcción de los cuadros síntesis posibilitó aunar e interpretar la información recabada. Se plantearon cuatro dimensiones: soporte físico, origen del proceso, actores y desenlace. En cada una se propusieron otras subdimensiones que permitieron profundizar en el análisis. En la asignación de valores se presentaron algunas dificultades dadas, principalmente, por la complejidad actual de conseguir testimonios de las comunidades afectadas que facilitarán conocer su propia valoración sobre ciertos aspectos del proceso que se consideran determinantes.
Por las condiciones planteadas para esta publicación, el análisis se restringió a dos casos. Sin embargo, resulta necesario ampliar la cantidad de casos de estudio a futuro, lo cual permitirá detectar de manera más clara las potencialidades y dificultades de la herramienta planteada. Luego, se ampliará la cantidad de casos y la aplicación de entrevistas y encuestas.
Entendida como el proceso de extracción de recursos naturales y materias primas de la tierra para vender en el mercado mundial en detrimento del impacto que esto pudiera tener en las condiciones del ambiente (
Excedería los objetivos de este artículo discutir dicha terminología, ampliamente considerada en la literatura en ciencias sociales. A efectos de este escrito, tomamos la definición oficial: aquellos comúnmente denominados
“Si hemos dicho que no han sido las reformas propias del campo institucional de la política pública las que han desencadenado este proceso progresivo de protagonismo político de las demandas ambientales, entonces, ¿cuáles son los principales acontecimientos que permiten explicar este giro hacia la emergencia de la cuestión ambiental como asunto público?” (
Si bien excedería estas páginas entrar en detalles del caso “Costanera Sur”, lo citamos a modo de ejemplo dado que sintetiza las variables referidas en esta dinámica. En la disputa por la salida al río de la ciudad y los humedales, intervienen grandes empresas ligadas a los desarrollos inmobiliarios privados, como Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima (IRSA), intereses de un club de fútbol, la Reserva Ecológica y el barrio Rodrigo Bueno. A su vez, es un caso con una inscripción récord para una audiencia pública, evidenciando la centralidad que estos temas van tomando. [
“En este territorio, [Buenos Aires] conviven los sectores más excluidos del país en una situación de sufrimiento ambiental, soportando las peores ‘externalidades’ de las empresas más poderosas con la venia explícita de los Estados nacional, provincial y municipal. En el marco de la pandemia, esto ha recrudecido a causa del impacto desigual en los barrios más vulnerables, donde se multiplican los contagios debido al déficit estructural de vivienda, acceso a servicios básicos, desempleo y cobertura social insuficiente” (
En palabras de J. Auyero: “La marginalidad es, para parafrasear a la geógrafa Doreen Massey, construida espacialmente y ese espacio está más o menos cargado con contaminación y riesgos. Tal organización espacial de la marginalidad hace una diferencia entre cómo funciona y cómo es experimentada. En otras palabras, dado que vivir en constante peligro y bajo el asalto lento de tóxicos deja a veces marcas indelebles en las mentes y cuerpos de la gente pobre, la investigación sobre ciudades necesita, de manera urgente, una geografía social del peligro ambiental y del sufrimiento” (
“El marco internacional para relocalizaciones de las Naciones Unidas, señala, con un espíritu similar: ‘De cara a una situación que no es elegida por las personas involucradas, el Estado debe actuar de un modo que garantice el cumplimiento de una serie de derechos humanos internacionalmente reconocidos, en particular los derechos a una vivienda adecuada, a la alimentación, al agua, a la salud, a la educación, al trabajo, a la seguridad de la persona, a la seguridad de hogar, a la no sujeción a tratos crueles, inhumanos y degradantes y a la libertad de circulación’ (HIC AL- ONU, 2009)” (
Tomamos esta advertencia al referir al
Un ejemplo concreto de esto es el ya referido proceso de disputa que se dio entre múltiples actores en relación con la relocalización del barrio Rodrigo Bueno. [
Región de Argentina situada a orillas del Río de la Plata, donde habitan aproximadamente 15 millones de habitantes. [
No profundizaremos aquí sobre la relocalización de parte de la población de Dock Sud, la llamada “Villa Inflamable” que originara el recurso de amparo que diera origen a la citada causa. Sin embargo, es clave tener en cuenta ese caso en tanto emblemático del Estado que dictamina la contaminación ambiental de un territorio y, a la vez, el paso de décadas sin que eso tenga impacto significativo en la vida co pero sí, como escenario potencial y nunca concretado totalmente (
En torno a esta causa, se generaron revisiones y datos oficiales. En el año 2010, ACUMAR presenta la actualización del Plan Integral de Saneamiento Ambiental de la Cuenca Matanza Riachuelo (PISA). Una de las líneas de acción se refiere a la situación habitacional de la población residente en villas y asentamientos de la cuenca Matanza Riachuelo. Se demanda iniciar procesos de mejora urbana habitacional y priorizar a quienes se encuentren en situación de mayor vulnerabilidad. La urbanización implica tanto mejora de viviendas como el acceso a servicios urbanos (
“A partir de que la disputa estaba enmarcada en la arena judicial y del acompañamiento y patrocinio de organismos de la defensa pública, las formas de participación social y los sentidos de las mismas cambiaron y tomaron determinadas características específicas. (...) La creación del cuerpo de delegados del Camino de Sirga se relacionó, según los entrevistados, con las características —ya descriptas en este artículo— de la primera relocalización. Los delegados fueron elegidos por los vecinos y eran, en un principio, más de 50. Al día de hoy participan activamente y llevan adelante el conflicto, menos de 10. (En algún momento lxs vecinxs se plantean la necesidad de la relocalización para mejorar sus condiciones de hábitat y se organizan para participar, haciendo lo que nadie les pidió que hicieran desde el Estado: participar activamente)” (