núm. 4 (Nov.2014-Oct.2015): Ciudades en disputa: Estudios urbanos críticos sobre conflictos y resistencias


Quid 16 N°4 (Nov.2014-Oct.2015)
Junto a una abundante literatura sobre el neoliberalismo urbano y la ciudad neoliberal como disposición materializada de las políticas arraigadas en el pensamiento único contemporáneo, los últimos años han visto el despertar de importantes debates sobre los movimientos sociales urbanos, la ciudadanía y la resistencia a estas políticas. Las diferentes reivindicaciones, desde la indignación a las políticas de austeridad que recorrieron el Sur de Europa en 2011 a las luchas por la vivienda y la toma de edificios, así como los múltiples ejemplos de resistencia de los excluidos en América Latina, tienen en común que imponen en la agenda pública una nueva forma de plantear las consecuencias negativas del neoliberalismo urbano, proponiendo a la vez alternativas a las políticas urbanas hegemónicas. Desde los estudios urbanos, podemos afirmar la existencia de un nuevo ciclo de debates que prioriza las condiciones conflictivas en la ciudad contemporánea. El dossier de QUID 16 irá articulando esa relación, enfatizando en las Ciudades en disputa, con el fin de promover los estudios urbanos críticos sobre conflictos y resistencias.

En el marco del presente dossier, interesa propiciar la reflexión no solo sobre la reconfiguración de los individuos y los grupos como activos formadores de políticas, sino también sobre aquellos casos de resistencias mínimas, de menor visibilidad social, que también forman parte de nuestra contradictoria experiencia urbana. Entre las diversas modalidades que asumen los procesos de resistencias en nuestras ciudades, encontramos, en términos de Laclau, la consolidación de una lógica equivalencial de las demandas de ciertos grupos; el “tiempo de espera” en hábitats de máxima relegación con el fin de ser considerados “merecedores” de ciertas políticas, o la impugnación práctica de los modos legítimos de habitar o permanecer en la ciudad vinculados con la ocupación de espacios. A esto se suman un sinnúmero de prácticas culturales o ambientales de contestación, como iniciativas murales o huertas urbanas en defensa de espacios públicos.Así como las políticas urbanas se transfieren y viajan a través de las diferentes naciones y ciudades, las críticas, los movimientos y los grupos anti-gentrificación pueden también viajar y aprender unos de otros para luchar de manera activa. En este sentido, es interesante investigar de qué modo los actuales movimientos de protesta desarrollan redes conectadas que reclaman nuevos espacios de ciudadanía, creando geografías alternativas de la ciudadanía. Alentamos entonces la participación de aquellos trabajos que exploren los diversos conflictos, cartas de ciudadanía y resistencias en nuestras ciudades a partir de abordajes teóricos y empíricos.