Este estudio introductorio al dossier especial
This introductory study to the special issue
作为本期主题《中国与阿根廷跨学科交流》的卷首语,本文將对中国与阿根廷,特别是拉普拉搭河地区的间接接触进行历史分析。结合阿根廷国家人口普查中的纪录,我们把分析时间定为,从十七世纪到中国移民开始进入阿根廷的十九世纪末。分析从三个历史时期展开。首先,考察17世纪上半叶耶稣会传教士在中国制作的地图和地理著作,这些材料为中国介绍了美洲许多地区的地理信息和原住民的风土人情。第二阶段分析从18世纪末至19世纪初在摆脱西班牙殖民统治时期,中国形象如何通过欧洲语言文献的介绍在拉普拉搭河流域产生的影响。第三个时期聚焦19世纪后半叶,因该阶段中阿间缺乏接触,本节主要讨论该时期英国在世界各地殖民扩张如何促使20世纪一些地区知识分子將中国和阿根廷纳入他们的全球化视野。最后將逐一介绍本期主题的8篇文章。
Una mirada histórica en torno a las relaciones entre China y partes del actual territorio argentino, en este caso el espacio rioplatense, se enfrenta no sólo con los límites que impuso la distancia geográfica, sino también con las propias lógicas de los Océanos Pacífico y Atlántico respectivamente. No obstante, son espacios que, aún de modo indirecto, encontraron formas de conectarse a partir de la llamada “primera globalización del siglo XVI”, cuando no solo crece la consciencia de la existencia de otros mundos, sino que también surge la necesidad de pensar la propia sociedad dentro de un contexto mayor
Los estudios desde distintas disciplinas sobre las relaciones entre China y Argentina generalmente toman como punto de partida los contactos directos que tuvieron lugar a lo largo del siglo XX en adelante, a partir de flujos migratorios, relaciones diplomáticas y comerciales, e intercambios intelectuales, entre otros aspectos. Este estudio introductorio propone complementar estos enfoques mediante un análisis histórico de aquellos contactos indirectos, a menudo mediatizados por Europa, que condujeron a que una parte del mundo tuviera conocimiento de la otra, de distintas formas. En este sentido, un estudio precursor es el del historiador argentino José M. Mariluz Urquijo, “La China, utopía rioplatense del siglo XVIII”, donde analiza distintos aspectos de la presencia de China en la región del Río de la Plata, especialmente durante el Virreinato del Río de la Plata
El análisis aquí propuesto se extiende hasta finales del siglo XIX, cuando comienzan – si bien tímidamente – a materializarse los contactos entre estas dos partes del mundo, a partir de un incipiente ingreso de migrantes chinos a la República Argentina, registrados en el Segundo Censo Nacional de 1895
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Durante gran parte del siglo XVI, el Río de la Plata comprendía un espacio que incluía el litoral rioplatense, así como territorios que se extendían entre la costa brasileña y los ríos Paraná y Uruguay, incluyendo una parte considerable de la llanura chaqueña. Había sido bautizado como “Río Solís” por exploradores y conquistadores españoles en la segunda década del siglo XVI. Posteriormente, debido a una presunta riqueza metalífera, el Río Solís se convirtió en el Río de la Plata, nombre que se cristalizó en torno a 1530. En ese espacio en los confines de lo que los europeos consideraban un
En ese entonces, China era gobernada por la dinastía Ming (1368-1644), una dinastía sinítica que había vencido a otra de origen mongol – la dinastía Yuan – durante la cual se habían organizado viajes exploratorios liderados por el navegante Zheng He 鄭和 (1371–1433), el primero en 1405 y el séptimo – y último– en 1433, con expediciones que se extendieron hasta las costas orientales de África. A pesar de ciertas restricciones, hoy sabemos que las redes comerciales en el período Ming eran particularmente activas, una actividad que se acentuó aún más con las rutas establecidas mediante el “Galeón de Manila”. La ruta recorrida por los galeones, sobre todo a partir de 1572 y hasta 1815, conectó indirectamente China – a través de Manila, en las islas Filipinas, posesión hispana desde el reinado de Felipe II – con el espacio americano mediante el intercambio de plata americana por porcelana y sedas chinas, entre los bienes principales. Asimismo, permitieron la llegada a China de ciertos alimentos propios del espacio americano, tales como la patata y el maíz
Como mencionamos más arriba, la primera globalización del siglo XVI despertó en ciertos actores históricos la necesidad de pensar su propio espacio en conexión con otros, en un mundo donde se engrandecen las escalas que conectan las distintas partes del mundo, a la vez que se aceleran los contactos entre ellas. En este sentido, podríamos decir que las distancias geográficas perdieron fuerza frente al ejercicio de cercanía analítica. Aún más, ese ejercicio intelectual que comienza en el siglo XVI no se detiene; por el contrario, estará permanentemente estimulado. Pongamos como ejemplo la pregunta sobre el origen del hombre americano, motivo de reflexión de muchos hombres en la modernidad temprana
A mediados del XX, esta cuestión está aún presente en ciertas figuras que reflexionan sobre estos dos espacios, el americano y el asiático. Entre los años 1950-1960, Argentina organizó delegaciones a la joven república china, conformadas especialmente por intelectuales, periodistas y escritores independientes o militantes vinculados al Partido Comunista Argentino (
Porque las analogías con esta nuestra América saltan continuamente a los ojos, confirmándonos la teoría sobre el nexo que debió unir al Asia con nuestro continente en época prehistórica…Mas sin ser historiador, etnólogo o arquélogo, es fácil advertir el origen común, tanto en el aspecto físico y manera de moverse, como en algunos rasgos del carácter
Centrémonos ahora en el análisis de distintas instancias de contactos indirectos entre el espacio rioplatense y China, desde el siglo XVII hasta fines del siglo XIX, cuando – como señalamos más arriba – comienza una incipiente inmigración China – al menos registrada en los censos nacionales – en el actual territorio argentino.
A principios del siglo XVII, en el período Ming tardío, China recibió información del continente americano y, específicamente, según lo que nos interesa aquí, información sobre ciertas partes del actual territorio argentino, mediante la cartografía producida por la Compañía de Jesús en China durante el período Ming tardío.
El jesuita Matteo Ricci (1552-1610) – Li Madou 利瑪竇 su nombre en chino –, y su correligionario Michele Ruggieri (Luo Mingjian 羅明堅, 1543-1607), fundaron la primera residencia jesuita en China, en la prefectura de Zhaoqing, en la provincia de Cantón en septiembre de 1583, lo que dio origen a un ininterrumpido intercambio de conocimiento entre europeos y chinos durante casi dos siglos.
Recién llegados, la exposición de un mapamundi en la sala de su residencia despertó el interés de sus visitantes locales, lo que estimuló la composición de distintas ediciones de mapamundis por parte de Ricci
Ricci había llevado un mapa como regalo al Emperador Wanli (r. 1573-1620) en su primer viaje a Pekín en 1598, pero no logró entregárselo. Cuando el misionero se dirigió a Pekín por segunda vez a principios de 1601, llevó nuevamente libros de obsequio al emperador, entre ellos un “gran volumen” con detalles de montañas, ríos, fronteras, así como costumbres locales. La biblioteca que dependía de la llamada Iglesia del norte –
En la edición de 1602 de su mapamundi, Ricci divide a América del Sur (
Años después, el jesuita Giulio Aleni (Ai Rulüe 艾儒略,1582-1649) editó y publicó en Hangzhou en 1623 el
La obra publicada por Aleni, un tradado integral de geografía, se inspiró en el mapamundi ricciano – sobre todo en las ediciones de Pekín de 1602 y 1603–, pero también amplió y/o modificó la información contenida en él, especialmente a nivel de la descripción de los distintos pueblos, su organización social, sus productos y costumbres, entre otros aspectos. Su estructura toma el modelo de obras geográficas europeas del período: un mapa por cada continente descrito, una breve descripción general del continente, seguida de una de cada país. América (
El
En el sur [de Brasil] se encuentra el Río de Plata [
Según el traductor de Aleni al italiano, Paolo de Troia, ese “ramal” seguramente se trate del Río Paraná el cual, cerca de su estuario confluye con el río Uruguay, y toma el nombre del Río de la Plata (
En los últimos años, ciertas investigaciones analizaron el impacto del mapamundi ricciano y del
…En Castilla del Oro hay cuatro minas [tan ricas en oro y plata que] el precio del oro y de la plata es muy bajo. En Brasil se ubica el Río de la Plata, cuya corriente inunda la ribera, dejando arena plateada en la tierra
Según la académica Cao Jin, el hecho de que Ricci y Li Zhizao incluyeran información sobre minas de oro y plata en el mapamundi de 1602 probablemente revele que percibieron un interés respecto de este tipo de información entre los lectores chinos. Sostiene, además, que tanto del lado de los jesuitas como de estos lectores, nunca se estableció la conexión entre estas minas de plata con la plata que circulaba en China en este período, transportada en el Galeón de Manila (1572-1815), ni con el comercio que generó
En la primera mitad del s. XVI, cuando se descubre que el espacio del Río de la Plata no ofrecía riquezas metalíferas, Lima concentró el poder, según las ideas mercantilistas de la monarquía española que identificaban la riqueza de una nación con su caudal de metales preciosos. Su relación con Buenos Aires nunca había sido fácil. Fundada por primera vez en 1536, Buenos Aires cobró importancia como base para el establecimiento de otras colonias a partir de su segunda fundación en 1580. Históricamente, Lima siempre había acusado al puerto de Buenos Aires de ser una de las más frecuentadas puertas de entrada del contrabando extranjero al imperio español. Porque, en teoría, con su puerto cerrado al comercio directo con España, las importaciones llegaban a Buenos Aires a través de Lima.
Respecto de la presencia de artículos chinos en Buenos Aires, y el espacio rioplatense en general, el comercio promovido por el galeón de Manila explica en parte la presencia de artículos originarios de China en Buenos Aires, la cual no formaba parte de este circuito comercial. En este sentido, Lima constituyó un punto de redistribución de las mercancías chinas que llegaban vía el galeón de Manila a ciudades como Córdoba y Buenos Aires, sobre todo seda y otro tipo de tejidos (
Hacia mediados del siglo XVIII, la orientación del vasto espacio sudamericano hacia el Pacífico se debilitó, concentrando gran parte de su economía en el puerto de Buenos Aires. En este sentido, su rol dominante en el Atlántico como punto importador y exportador, y de almacén de mercaderías para proveer a las economías del interior – cuestionando seriamente la función de Lima –, se manifestaría con fuerza sobre todo en la segunda mitad del siglo XVIII
Sin duda, entre los factores que motivaron esta nueva configuración espacial también se encuentra el de la protección de Buenos Aires contra las incursiones lusas, a la vez que se acusaba al Brasil portugués del fomento del contrabando. Miguel José de Lastarria (1759-1827), nacido en Arequipa, Perú, doctor en Cánones y Leyes, fue asesor del gobernador Gabriel de Avilés y del Fierro (1735-1810), conocido como el Tercer marqués de Avilés, con quien se trasladó a Buenos Aires cuando el marqués fue designado Virrey del Río de la Plata en 1797. Un modelo del burócrata bajo los Borbones, Lastarria se involucró en los problemas de frontera entre la América lusa y la española, en un contexto donde el espacio rioplantese convivía con la presencia de ingleses y portugueses. Defensor de este espacio, Lastarria señala el fomento del comercio de contrabando desde Río de Janeiro. Denuncia que el objetivo era el de “proporcionar a los brasileños el más lucroso contrabando de géneros de la India o asiáticos, que llaman también de la China, y que son muy apetecidos de los habitadores del Virreinato del Río de la Plata”
El Príncipe Regente de Portugal, queriendo fomentar el comercio de la importante colonia de Macao, se ha servido declarar libres de todo derecho de entrada en las aduanas del Brasil, los géneros de China que fueren conducidos en buques nacionales y pertenecientes a portugueses
Este contrabando de productos asiáticos sin duda estimuló su consumo. En tiendas y casas particulares se observan platos, tazas y tazones de porcelana, teteras, telas de
El impacto y consumo de estos artículos fue tan alto en el espacio rioplatense que, cuando faltaban productos originales de China, se reemplazaban por imitaciones
Abundante literatura ha examinado de qué modo los hombres del Iluminismo en Europa manifestaron lo que Jonathan Israel denominó “Sinofilia filosófica”
En América, y especialmente en el Río de la Plata, el contacto con las ideas iluministas se da no solo a través de libros impresos sino también de escritos que circulan en España. En el siglo XVIII, la ciudad de Cádiz se convirtió en un activo centro de comercio de libros que involucraba la importación de obras al continente americano. Asimismo, ciertos círculos letrados en la ciudad de Buenos Aires promovían estas nuevas ideas. Tal era la situación del canónigo Juan Baltasar Maziel (1727-1788), quien había realizado estudios en el Colegio de Córdoba. y en Santiago de Chile. Contaba con una imponente biblioteca en la que podían encontrarse las obras de los filosófos y economistas “ilustrados”, la cual atraía a los adeptos del fisiócrata François Quesnay (1694-1774) y de Voltaire, entre otros. También podían encontrarse obras como la
La filosofía del Iluminismo estaba estrechamente entrelazada con el pensamiento económico, así como con los debates sobre reformas económicas en Europa en las décadas de 1770 y 1780. En este sentido, la riqueza y prosperidad agrícola de China fue un aspecto que cobró gran importancia en las polémicas antimercantilistas. Como es sabido, la fisiocracia consideraba a la agricultura como la madre de todas las riquezas, contra la extendida idea mercantilista de identificar la riqueza de un país con su caudal de metales preciosos. Era este precepto mercantilista el que había relegado a la región del Río de la Plata, otorgándole un lugar marginal en el imperio español – una marginalidad que se había redimido mediante el comercio de contrabando. En Europa, particularmente en Francia, uno de los mayores exponentes de esta corriente de ideas fue François Quesnay (1694-1774), quien publicó su
Quesnay era un admirador de la China, pues ella había construído su economía sobre la base de la agricultura. Y esto tenía un correlato politico. En su obra
En el contexto rioplatense, el conocimiento de estas nuevas doctrinas económicas que circulaban en la colonia se orientaba a proveer respuestas para los problemas que la llamada “generación de Mayo” buscaba resolver. Inspirados por los exponentes del pensamiento fisiócrata, estos jóvenes enaltecieron el mundo agrario y su potencialidad económica. Asimismo, también plantearon medidas concretas según este marco de pensamiento. Una de ellas era, por ejemplo, la de asegurar plena libertad al comercio de granos
Los letrados que formaban parte de la burocracia ilustrada reformista bajo los Borbones también se involucraron en esta corriente de pensamiento, que tomaba a China como un modelo a seguir. Por ejemplo, Francisco Bruno de Rivarola (1752-1825), sacerdote y jurista nacido en Buenos Aires subraya que, de la agricultura…
…cimentada sobre la protección del gobierno y con reglamentos favorables a su localidad depende la fuerza interior y esencial de la Nación. Todo otro poder que tiene origen distinto es precario y artificial; está sujeto a la voluntad o a la presa de los extranjeros que pueden disputárselo por emulación, o quitárselo por envidia
Rivarola señala que Europa es un ejemplo de la importancia de la agricultura en distintos países tales como Dinamarca, Suecia e Inglaterra. Asimismo, la metropolis, España, otorgaba un lugar enaltecedor a la agricultura gracias al aporte del “sabio” Conde de Floridablanca (1728-1808), Secretario de Estado entre 1777 y 1792, y presidente de la Junta Suprema Central, creada en 1808. Respecto de China, Rivarola señala que:
…la China, esa industriosa nación para quien son de labor todos los días del año (exceptuando el primero, destinado a las visitas reíprocas de las familias, y el ultimo, consagrado a la memoria de sus mayores) nada honra tan religiosamente como la agricultura, pues el mismo Emperador que se vanagloria de titularse Hijo del Cielo y Único Señor del Mundo, no se desdeña en labrar la tierra con sus manos en la primavera, ceremonia respectable que se hace con la mayor pompa y magnificencia. Lo propio practican los virreyes o cabezas de las provincias
Aquí Rivarola seguramente se refiera a la ceremonia que tenía lugar cada año en el quinceavo día de la primera luna – que generalmente se corresponde con los primeros días de marzo según el calendario solar – en la cual el emperador surcaba y sembraba los campos.
El análisis de contactos indirectos entre China y Argentina en el período entre mediados y fines del siglo XIX está marcado por ausencias. No obstante, hay una presencia que estimuló lo que aquí llamamos "miradas globalizadoras" que reúnen a China y Argentina: la de Gran Bretaña. Tanto China como Argentina tuvieron en común la incómoda cercanía del Imperio británico, si bien con diferentes características, estableciendo una interacción con estas distintas partes del mundo que habilitaron estas miradas por parte de ciertos autores e intelectuales del siglo XX.
Mientras que jóvenes e independientes naciones americanas como Argentina luchaban por consolidarse en un escenario internacional marcado por las rivalidades entre potencias europeas en su intención de ejercer control e influencia sobre aquellas naciones, la dinastía Qing (1644-1911) en China mantenía una relación asimétrica con las potencias europeas, sobre todo con Inglaterra, especialmente desde el tardío siglo XVIII. Cabe aclarar que no es el objetivo aquí privilegiar el rol de Gran Bretaña como un actor externo implicado en los procesos que cada país experimentó a lo largo de ese siglo. La construcción de los estados-nación, las actividades económicas, las producciones culturales y sociales constituyen procesos locales que pueden reflejar influencias y ejemplos externos, ciertamente, pero que se sustentan fundamentalmente en necesidades, reacciones y respuestas guiadas por circunstancias y condicionamientos locales. Si evocamos el rol de Gran Bretaña respecto de su impacto sobre dinámicas locales en estas dos partes del mundo es, como señalamos más arriba, por su función "globalizadora” en este período histórico, que permite establecer puntos de conexión entre China y Argentina.
En la historiografía – sobre todo anglosajona – del siglo XX, una categoría predominante para analizar el rol de Inglaterra en el siglo XIX ha sido la de “imperio informal”, esto es, no formalmente colonial en términos de soberanía, sino definido en términos económicos. Un estudio influyente que propuso este término es el de John Gallagher (1919-1980) y Ronald Robinson (1920-1999),
Estudios recientes retoman el concepto, ajustando la lente para analizar el “imperio informal” británico en regiones o países específicos, tales como China y Argentina, enfatizando el rol de actores y/o instituciones locales. En este sentido, Lane J. Harris analiza el caso de la Oficina de Correos en Shanghai como una institución que favoreció la emergencia de comunidades transnacionales en las ciudades-puerto abiertas al comercio británico –
No obstante, voces críticas en torno a este término también persistieron, ya sea como una exageración de un supuesto éxito económico de Inglaterra de este “control informal” (
Examinemos ahora los respectivos vínculos de Argentina y China con Gran Bretaña. En el caso de la actual Argentina, el vínculo con Inglaterra cobró impulso a partir de las Invasiones Inglesas en la región del Río de la Plata en junio de 1806
En el caso de China, se observa un debilitamiento general de la dinastía Qing, profundizado bajo el emperador Daoguang 道光 (r. 1820-1850), quien perdió la Primera Guerra del Opio contra Gran Bretaña, y bajo el emperador Xianfeng
En las negociaciones por escrito entre los oficiales de la dinastía Qing y los británicos en Tianjin en 1840, Mao Haijian señala que las “injusticias no reparadas” como parte de los reclamos de los británicos, no escondían otra cosa que la intención de penetrar los mercados de China para introducirla en un “sistema de comercio global”
Es en el contexto de la Primera Guerra del Opio cuando comienza una migración en gran escala de trabajadores chinos, cuya demanda crecía en distintas partes del mundo, y cuya oferta respondía a un progresivo empobrecimiento de China. Esta inmigración se dio en el contexto de una visible urbanización, junto con el surgimiento de nuevos centros industriales, tales como Shanghai. Si bien el sudeste asiático se mantuvo como una de las destinaciones más frecuentes de migrantes chinos de ultramar, sobre todo de las provincias de Fujian y de Guangdong, por primera vez, un número considerable de migrantes – sobre todo hombres solos, antes que de familias – se dirigió a las Américas y Australasia y, en menor medida, a África y Europa
Posteriormente, en la primera mitad del siglo XX, algunos intelectuales analizaron las dinámicas establecidas entre Gran Bretaña y estas partes del mundo respectivamente, desde lo que anteriormente llamamos una mirada "globalizadora”. En Argentina, un gran crítico de Gran Bretaña fue el ensayista y pensador argentino Raúl Scalabrini Ortiz (1898-1959). En una estadía en Francia, donde emigró por razones políticas, elaboró reflexiones sobre el rol de Gran Bretaña respecto de – sobre todo – la economía argentina o, mejor dicho, la de la región ríoplatense. Su obra,
En una escala mayor, Scalabrini Ortiz denuncia tanto la generación de deuda por parte de Gran Bretaña como su rol de acreedora, como puntos de apoyo para su intervención en el manejo de la política interior en cada país. Atribuye al ferrocarril, íntimamente ligado a la presencia de Gran Bretaña, un rol “disgregador” tanto en China como en Argentina, así como en otras partes del mundo tales como Tonkín, Persia, Arabia, y Afganistán. En el caso de Argentina, el ferrocarril fue “concedido a los extranjeros sin restricción de ninguna clase”
Otra mirada que, mediante el rol de Gran Bretaña a nivel mundial, acerca a China no específicamente con Argentina, sino con América Latina, es la del jurista alemán Johannes Stoye (1900-1948), quien publicó un libro en Munich en 1935 sobre el imperio inglés,
Los contactos indirectos entre China y el espacio rioplatense entre los siglos XVII y XIX, analizados en estas páginas, adoptaron diversas formas, ya sea tangibles y materiales como ideales. Pudimos vislumbrar cómo el espacio rioplatense pensó a China, y cómo China obtuvo información geográfica de ciertas partes del actual territorio argentino – tales como el Río de la Plata –, de las cuales no tenía conocimiento alguno, mediante la cartografía elaborada por misioneros jesuitas en el período Ming tardío.
Entre los siglos XVIII y XIX, la “sinofilia” de ciertos hombres representantes del Iluminismo europeo también se expresó en el espacio rioplatense, en el ocaso del Imperio español. Sobre todo la escuela de los fisiócratas, admiradora de China, ofrecía soluciones para enaltecer y activar el mundo agrario, como era el propósito de los hombres de la “generación de Mayo”. Hacia mediados del siglo XIX, cuando Argentina era una joven nación que aún luchaba por conservar su independencia en medio de la rivalidad de las potencias europeas, y China se encontraba en una relación ciertamente asimétrica, especialmente respecto de Gran Bretaña, esos contactos indirectos entre ambas partes del mundo se debilitaron. Es en este contexto, tal como analizamos aquí, donde la presencia de Gran Bretaña habilita – sobre todo desde la mirada retrospectiva de ciertos hombres del siglo XX – una mirada “globalizadora” que permite ponerlas en perspectiva.
En términos generales, podemos concluir que, hasta gran parte del siglo XIX, China estuvo más presente en el Río de la Plata en un sentido material, de ideas e inclusive como un modelo a imitar (específicamente en el caso de la agricultura), con un impacto en la región que no se observa en el sentido inverso, esto es, en una presencia rioplatense en China. En todo caso, para evaluar este impacto debemos pensar en este espacio dentro de un contexto más amplio, el americano, que despertó la curiosidad de ciertos letrados chinos, tal como analizamos en el caso de Fang Yizhi.
A lo largo de estas páginas también observamos que los contactos indirectos entre China y Argentina desde el siglo XVII hasta el XIX fueron posibles, en gran medida, gracias a la mediación de Europa. No obstante, ello no impidió las respectivas selecciones y apropiaciones de todo lo transmitido a través de esos contactos, según intereses, curiosidades y necesidades locales.
Los
La primera parte de este dossier se focaliza en
La segunda parte se centra en
La tercera parte de este dossier está dedicada a los
La cuarta y última parte se centra en los
Este dossier especial
Agradezco a todos/as los/as evaluadores/as externos/as de cada uno de los artículos aquí reunidos, así como a sus autores/as, por su compromiso con este dossier.
Por último, mi reconocimiento especial a María Juliana Gandini, Paula Zagalsky y Pablo Blitstein, quienes leyeron la introducción a este dossier y/o respondieron a mis inquietudes sobre ciertos temas.
Otro ejemplo para estudiar estas conexiones es la
Cabe resaltar que, previamente a estos intercambios, pueden observarse viajes aislados de ciertas figuras, como es el caso del artista de la provincia de Sichuan, Zhang Daqian 张大千 (1899-1983), quien emprendió años de viaje en Beijing, Shanghai, India, Hong Kong, Taiwan y Argentina luego de la guerra sino-japonesa desencadenada en 1937.