123PSOCIAL2422-619XUniversidad de Buenos AiresArgentinapsocial@sociales.uba.ar1231854005ArtículosEl modelo psicobiológico de la personalidad y los estilos de apego en
adultos de Buenos Aireshttp://orcid.org/0000-0001-9108-8658GiaquintoLucas GerardoLucasGerardo.Giaquinto@uai.edu.arhttp://orcid.org/0000-0003-3666-8427De GrandisCarolinaMaria.DeGrandis@UAI.edu.arhttp://orcid.org/0000-0001-5993-3866Gago-GalvagnoLucas Gustavolucas.gagogalvagno@cogpub.orgFacultad de Psicología y Relaciones Humanas, Universidad Abierta InteramericanaFacultad de Psicología y Relaciones Humanas, Universidad Abierta Interamericana ArgentinaFacultad de Psicología y Relaciones Humanas, Universidad Abierta Interamericana Facultad de Psicología y Relaciones Humanas, Universidad Abierta Interamericana ArgentinaInstituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires ArgentinaConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y TécnicasConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y TécnicasArgentinaLaboratorio de Cognición y Políticas PúblicasLaboratorio de Cognición y Políticas PúblicasArgentinaFacultad de Psicología y Relaciones Humanas, Universidad Abierta Interamericana Facultad de Psicología y Relaciones Humanas, Universidad Abierta Interamericana ArgentinaInstituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires ArgentinaConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y TécnicasConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y TécnicasArgentinaLaboratorio de Cognición y Políticas PúblicasLaboratorio de Cognición y Políticas PúblicasArgentinaJulio-Diciembre20206248583012202013092020Resumen
Este trabajo se propuso como objetivo analizar las relaciones entre los estilos de apego y las dimensiones del modelo Psicobiológico de la personalidad y comparar según las variables sociodemográficas, en una muestra de 300 adultos de CABA (38%) y GBA (62%) de entre 18 a 71 años. El apego fue medido por la Escala de Estilos de Apego en vínculos Románticos y No Románticos de Casullo y Fernández Liporace (2005), la personalidad desde el inventario de Eysenck en su validación Argentina, EPQ-RA, por Squillace, Janeiro y Schmidt (2013). Entre los principales resultados obtenidos se evidenció que: los estilos de apego se correlacionaron de manera positiva con neuroticismo; el apego seguro se correlacionó de manera negativa con la extraversión. También hubo una mayor incidencia del neuroticismo, apego romántico evitativo y no romántico ansioso en personas que realizaban tratamiento psicológico. Se concluye que dichas vinculaciones avalan las hipótesis de que, los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad se relacionan ya que comparten bases biológicas análogas como es en el caso del neuroticismo y, que las personas que realizan psicoterapia podrían presentar un predominio de estilos de apego evitativo o ansioso.
Abstract
The objective of this work was to analyze the relationships between attachment styles and the dimensions of the Psychobiological model of personality and to compare with sociodemographic variables, in a sample of 300 adults from CABA (38%) and GBA (62%) aged 18 to 71 years. Attachment was measured by the Scale of Attachment Styles in Romantic and Non-Romantic ties by Casullo and Fernández Liporace (2005), the personality from the Eysenck inventory in its Argentine validation, EPQ-RA, by Squillace, Janeiro and Schmidt (2013). Among the main results obtained it was evidenced that: attachment styles were positively correlated with neuroticism; secure attachment was negatively correlated with extraversion. There was also a higher incidence of neuroticism, avoidant romantic attachment, and anxious non-romantic attachment in people undergoing psychological treatment. It is concluded that these links support the hypothesis that attachment styles and personality dimensions are related since they share analogous biological bases, as is the case with neuroticism, and that people who perform psychotherapy could present a predominance of attachment styles avoidant or anxious attachment.
El concepto de apego desde la psicología experimental y clínica, ha comprobado que las interacciones entre los agentes cuidadores significativos con el infante, pueden generar vínculos que faciliten el desarrollo del sistema cognitivo emocional. Esta vinculación cuando se realiza de manera positiva es crucial para el desarrollo saludable de la persona, debido a que estos patrones vinculares acompañarán al sujeto de por vida; aunque en el devenir histórico de las personas, estas formas de relacionarse podrán ir modificándose (Casullo & Fernández Liporace, 2005). El investigador John Bowlby (1990) en la década de los 60s publicó su libro "El vínculo afectivo", en el cual plasmó la noción de apego, su desarrollo y características. En la siguiente década la investigadora Mary Ainsworth (Barroso, 2014), a través del paradigma de la “Situación Extraña”, clasificó 3 tipos de apego; 1) apego seguro, niños que logran un equilibrio emocional rápidamente ante una situación adversa. Dicho apego predispone al desarrollo de la moral, emociones positivas y resiliencia (Finn, 2012; González Ospina & Paredes Núñez, 2017). Con respecto a los adultos y su vinculación de pareja, presentan una tendencia a las relaciones de largo plazo (Barroso, 2014); 2) apego ansioso/evitativo, muestran indiferencia. Este apego junto a traumas en el desarrollo está asociado a cuadros psicopatológicos (Finn, 2012). Y en vinculación de pareja, tienden a desplegar expectativas negativas hacia el apoyo brindado por su pareja, lo que se traduce como una menor satisfacción en el vínculo amoroso (Barroso, 2014); 3) apego ansioso/ambivalente, presentan gran ansiedad imposibilitándoles el jugar o cualquier conducta de distracción. Las personas que presentan este apego podrían sentirse interesados en vincularse socialmente, pero no se sienten confiados para hacerlo (Genise, 2015). Estos adultos en su relación de pareja suelen presentar celos, obsesiones y posible dependencia emocional (Barroso, 2014). Más adelante Main y Solomon (1990) describieron al apego desorganizado, niños que presentaban conductas extrañas o bizarras.
En el campo clínico, Cozolino
(2010) comprende a la psicoterapia como una relación de apego que guía con el
objetivo de reprocesar las representaciones de los esquemas de apego evitativo
o ansioso que el paciente manifiesta en la sesión. Los sujetos con apego seguro
tienden a lograr mejores resultados en los tratamientos, construyen fuertes
alianzas terapéuticas y consiguen un mayor cambio con tratamientos más breves,
a diferencia de los tipos de apego ansioso y evitativo (Sangiao
Novio, 2015). El éxito terapéutico radica en construir un vínculo de apego
seguro, de esta forma la interacción interpersonal a nivel neurobiológico se
llevaría a cabo desde hemisferio derecho a hemisferio derecho, manifestándose
así un vínculo empático y no verbal que permite la regulación de afectos
negativos. La base neurobiológica que procesa las experiencias de apego y
afectivas, es el hemisferio derecho, en sus conexiones recíprocas con el
sistema límbico y las áreas subcorticales (Finn, 2012).
El concepto de personalidad en la psicología
posee distintos abordajes teóricos y empíricos, para este trabajo se decidió
utilizar el modelo psicobiológico de H. Eysenck, que define a la personalidad
como “una organización más o menos estable y duradera del carácter,
temperamento, intelecto y físico de una persona que determina su adaptación
única al ambiente” (Eysenck & Eysenck, 1985, p.9). Este modelo se
caracteriza por poseer una jerarquía de conductas (respuestas específicas y
habituales, rasgos y dimensiones) y, 3 dimensiones; Neuroticismo (N),
Extraversión (E) y Psicoticismo (P), que se ubican en un continuo y no son
excluyentes las unas de las otras (Schmidt et al, 2010). La dimensión N
responde a la predisposición a padecer trastornos de ansiedad o del estado de
ánimo (Schmidt et al.,2010), una persona con un puntaje elevado en N suele ser:
ansiosa, deprimida, tensa, irracional, tímida, triste, emotiva, posee
sentimientos de culpa, baja autoestima, suele tener mayor susceptibilidad al
malestar psicológico, propensa a la preocupación, fácilmente perturbable y, de
inestabilidad emocional (Delgado et al., 2018; Listanti et al., 2016). Sus
bases biológicas se ubican en el sistema límbico, compuesto por el hipocampo,
amígdala, septum medial, hipotálamo y el cíngulo (Schmidt, 2010). En la
dimensión E de un lado del continuo se encuentran los extravertidos, personas
que puntúan elevado en E y son sociables, activos, vivaces, buscadores de
sensaciones, asertivos, dominantes, despreocupados, aventureros y espontáneos
(Schmidt, 2010). Esta dimensión es conocida como la dimensión social del modelo psicobiológico. Del otro lado del continuo se encuentran los introvertidos,
aquellas personas que se presentan como tranquilas, introspectivas, poco
sociables y reservadas (Lisanti et al., 2016). La
explicación sobre sus bases biológicas se basa en la Teoría de la Reactivación,
la cual predice que las personas introvertidas poseen un mayor nivel de
reactivación en el sistema de activación reticular ascendente [SARA], generando
una activación general cortical, a diferencia de los individuos extravertidos.
Al haber menor activación en la estructura neuronal, los extravertidos
necesitarían una mayor estimulación del ambiente para lograr niveles óptimos de
activación cortical (Schmidt, 2010). La última dimensión, P, se manifiesta en
individuos que presentan conductas hostiles, sexistas, agresivas, objetivas,
realistas, frías, egocéntricas, antisociales, irresponsables, impulsivas,
competitivas, poco empáticas, aunque también en sujetos curiosos, creativos y
originales (Bringas-Molleda et al., 2016). En
puntuaciones elevadas dicha dimensión predispone a padecer trastornos
psicóticos o antisociales. Un individuo con un puntaje bajo en P es empático,
altruista, socializado, convencional y responsable (Lisanti
et al., 2016). Con respecto a sus bases biológicas, se relaciona con niveles bajos
de serotonina y de enzima monoaminoxidasa (MAO), esta
última se vincula con el consumo de sustancias psicoactivas, con síntomas
positivos de la esquizofrenia, conductas psicopáticas o búsqueda de
sensaciones, dicha enzima se encarga de la degradación de la dopamina, lo cual
en estos casos no se puede llevar a cabo, presentándose así niveles elevados de
dopamina, un neurotransmisor que está fuertemente relacionado a los cuadros
esquizofrénicos. También P posee un arousal cortical bajo, y niveles elevados
de testosterona, vinculados con la impulsividad (Morán et al., 2016; Schmidt et al., 2010).
Como antecedentes de las variables mencionadas, se encontraron investigaciones que trabajaron sobre; el estilo de apego y la personalidad del terapeuta (Genise, 2015), entre sus resultados se hallaron que la extraversión se vinculó significativamente de manera inversa y de intensidad mediana-baja con el apego no romántico ansioso; otro antecedente llevado a cabo por los autores Lacasa, Mitjavila, Ochoa y Ballurenka (2015) relacionó a los estilos de apego con los síntomas externalizantes e internalizantes en población adolescente. Entre sus resultados hallaron los autores que el apego preocupado presentó una tendencia a síntomas internalizantes y externalizantes, tales como agresividad verbal, quejas somáticas, problemas de pensamiento y conductas ansiógenas; otro trabajo relacionó a los estilos de apego y la sensibilidad paternal con la capacidad empática y variables sociodemográficas (Nieri, 2017), entre sus resultados se halló una correlación positiva entre sensibilidad paterna y apego seguro; una investigación indagó sobre alianza terapéutica y estilos de apego, donde se encontró que la alianza se fortalecía con el paso de las sesiones, con respecto a la ansiedad se observó una relación inversa a medida que el tratamiento avanzaba, sin embargo el apego evitativo no presentó resultados significativos (Rossetti & Botella, 2017); y por último se cita una revisión teórica sobre el apego en la práctica clínica, llevada a cabo por la autora Benlloch Bueno (2020), quien planteó como objetivo actualizar los conocimientos vinculados a dichas variables y ofrecer recomendaciones para la práctica psicoterapéutica. Entre los resultados encontró la autora, la importancia de la teoría del apego para complementar la práctica clínica con adultos, como así también la formación de una base segura para el desarrollo de la alianza terapéutica, además a dicha alianza la favorece que el terapeuta y el paciente posean apegos opuestos. Con respecto a las recomendaciones enuncia la importancia de evaluar el estilo de apego del consultante, contemplar cambios en el apego del paciente y evaluar el estilo de apego del terapeuta entre otras. Estos antecedentes brindan evidencia de las vinculaciones entre los estilos de apego y la alianza terapéutica (Benlloch Bueno, 2020; Rossetti & Botella, 2017) o con la personalidad del terapeuta (Genise, 215). Es escaza la evidencia de la vinculación de la personalidad con los estilos de apego, teniendo en cuenta que los niveles elevados de N predisponen a una elevada preocupación, a niveles elevados de ansiedad, tensión muscular, a una mayor susceptibilidad al malestar psicológico e inestabilidad emocional (Delgado et al, 2018; Lisanti et al, 2016) y, a su vez, esta dimensión posee al sistema límbico como su base biológica al igual que los estilos de apego, los cuales se presentan susceptibles a los cambios en el tratamiento psicoterapéutico (Finn, 2012; Sangiao Novio, 2015; Schmidt, 2010). Se planteó como objetivos analizar las relaciones significativas entre los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad, como así también se comparó ambas variables, entendidas como variables dependientes, con variables sociodemográficas tales como; género, edad, residencia y si actualmente está en tratamiento psicoterapéutico. La primer hipótesis de esta investigación conjeturó que los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad se relacionarán, en especial con la dimensión N debido a que la misma posee bases biológicas análogas al apego (Finn, 2012; Schmidt, 2010) y; teniendo en cuenta que uno de los objetivos de la terapia del apego es construir una base segura, a lo largo del tratamiento para lograr el cambio que necesita el paciente (Cozolino,2010), la segunda hipótesis planteo que los estilos de apego evitativo y ansioso predominarán en personas que realizan tratamiento psicológico. Este trabajo posee como relevancia teórica contribuir al acopio de conocimientos vinculados con las dimensiones de la personalidad y su relación con los estilos de apego, a su vez desde una dimensión práctica de la relevancia, esta investigación brindará información sobre el plano clínico, en especial sobre la dimensión N y los estilos de apego evitativo y ansioso.
MetodologíaDiseño
Se realizó una investigación de enfoque
cuantitativo, correlacional, descriptivo comparativo, a través de un diseño no
experimental y de corte transversal retrospectivo (Hernández
Sampieri et al., 2006).
Participantes
La muestra estuvo formada por 300 adultos de
entre 18 a 71 años, de CABA (38%) y GBA (62%) de los géneros femenino (68%) y
masculino (32%), de los cuales 184 (61%) estaban en pareja y 116 (39%) no, 64
(21%) participantes se encontraban realizando tratamiento psicológico y 236
(79%) no.
Como criterios de inclusión se optó por
personas mayores de 18 años de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el
conurbano bonaerense que accedan a participar de la investigación. Y como
criterios de exclusión fueron contemplados los cuestionarios incompletos y
personas bajo tratamiento psiquiátrico.
El tipo de muestreo fue no probabilístico de
tipo intencional.
InstrumentosCuestionario Revisado de Personalidad de Eysenck
El Cuestionario Revisado de Personalidad de Eysenck (EPQ-RA; Eysenck & Eysenck, 2001) evalúa
las 3 dimensiones propuestas por Eysenck: Neuroticismo (N), Extraversión (E) y
Psicoticismo (P), también posee una dimensión, Sinceridad (S), para la
confiabilidad. Se empleó una versión adaptada el contexto local (Squillace et al., 2013). Los coeficientes Alpha de Cronbach de dicho instrumento son: α =
.84 para N, α = .77 para E, α = .71 para S y α = .66 para P. La fiabilidad de
esta muestra fue de: α = .83 para N, α = .77 para E, α = .72 para S y, α = .60
para P.
Escala sobre Estilos de Apego en vínculos Románticos y No Románticos
La Escala sobre Estilos de Apego en vínculos Románticos y No Románticos (Casullo & Fernández Liporace, 2005),
evalúa el estilo de apego en 2 contextos: Románticos y No Románticos, el
primero hace referencia a las vinculaciones de pareja y el segundo a las
afectivas. Ambas escalas contienen tres dimensiones: Seguro, Temeroso Evitativo
y Ansioso. Su coeficiente Alpha de Cronbach es de α = .45 para los vínculos No
Románticos y α = .52 para los vínculos Románticos “aceptables en virtud del
bajo número de reactivos que el instrumento posee, recordando que la fiabilidad
de una técnica psicométrica se ve afectada, en parte por la cantidad de ítems
que la componen” (Casullo & Fernández Liporace, 2005, p.78). La fiabilidad
de esta muestra fue de α = .79 para los estilos No Románticos y, α = .77 para
los Románticos.
Cuestionario sociodemográfico
Cuestionario sociodemográfico se indagó sobre edad, género, residencia, si estaba en
pareja y, si realizaba tratamiento psicológico y psiquiátrico.
Procedimiento
En un primer momento se realizó una prueba
piloto, donde el tiempo fue medido, con 15 adultos para observar, recabar y
responder a las inquietudes emergentes en la aplicación de los cuestionarios (EPQ-RA, Escala de Estilos de Apego, sociodemográfico y consentimiento informado),
la misma duró 12 minutos. En un segundo momento, se administraron 100
cuestionarios de forma presencial en diferentes lugares públicos y privados de
CABA y GBA, en donde se les comunicó a los participantes el fin de la
investigación, haciéndoles firmar el consentimiento informado el cual les
aclaraba lo que se les explicó de manera verbal, esta aplicación presentó una
fiabilidad de α = .69, al mismo tiempo a 185 personas se les envío a sus
casillas de e-mail el consentimiento informado y los cuestionarios a través del
formulario de Google, esta toma presentó una fiabilidad de α = .72. Y por
último, los datos fueron procesados por el Statistical Package for the Social Sciences
(SPSS) de IBM en su versión 22.
Análisis de datos
Con respecto a las pruebas estadísticas
utilizadas en dicho trabajo, primero se generó una prueba de normalidad, la
cual brindo resultados estadísticos (p<.05)
que predispusieron a la utilización de estadísticos no paramétricos como: la
prueba Rho de Spearman para las correlaciones entre personalidad y estilos de apego
y, para las diferencias de grupo se utilizó la prueba U de Mann-Whitney en
donde, las variables sociodemográficas fueron tomadas como variables de
agrupación y, las variables de personalidad y estilos de apego fueron
consideradas como variables dependientes.
Resultados
Los datos obtenidos de la variable edad arrojaron
las siguientes medidas de Tendencia Central: Media de 32, Mediana de 28, Moda
de 26. Desviación Típica de 12, Mínima de 18 y Máximo de 71.
La prueba de normalidad mostró una
distribución anormal (p<.05). Las
pruebas utilizadas fueron Rho de Spearman (véase Tabla 1) y U de Mann-Whitney
(véase Tabla 2).
Con respecto a las variables Edad y
Residencia, no se encontraron diferencias significativas, en cambio con la
variable Género, se obtuvo una diferencia
significativa de la dimensión N a favor del género femenino (U= 7539,5; p<.002).
En la Tabla I se observan las correlaciones
obtenidas: E correlacionó de manera inversa y débil con los apego romántico
temeroso evitativo y ansioso y, con los apego no romántico seguro, temeroso
evitativo y ansioso; N se correlacionó de manera positiva y débil con los apego
romántico seguro, ansioso y el apego no romántico seguro. De manera positiva y
moderada con los apego romántico y no romántico temeroso evitativo y, el no
romántico ansioso; P correlacionó de manera inversa y débil con el apego no
romántico seguro y, de manera positiva y débil con los apego romántico temeroso
evitativo y ansioso y, con el apego no romántico temerosos evitativo.
Correlaciones entre Apego y Personalidad
Tabla 1 Correlaciones entre Apego y Personalidad
Tabla 1.
Correlaciones entre Apego y Personalidad
Apego/
Personalidad
Extraversión
Neuroticismo
Psicoticismo
Apego
Romántico Seguro
.063
.184
-.085
p<
.278
.001**
.141
Apego
Romántico Temeroso Evitativo
-.148
.423
.189
p<
.010**
.000**
.001**
Apego
Romántico Ansioso
-.149
.351
.172
p<
.010**
.000**
.003**
Apego
No Romántico Seguro
-.124
.186
-.150
p<
.032*
.001**
.010**
Apego
No Romántico Temeroso Evitativo
-.222
.460
.197
p<
.000**
.000**
.001**
Apego
No Romántico Ansioso
-.169
.395
.105
p<
.003**
.000**
.070
Nota:
Prueba utilizada Rho de Spearman. *p<.05
**p<.01
Nota: Prueba utilizada Rho de Spearman. *p<.05 **p<.01
En la Tabla II se brinda una síntesis de los
resultados de la variable actualmente en tratamiento psicológico como variable
de agrupación, en donde la variable Neuroticismo y los estilos de apego
funcionan como variables dependientes; se observó un predominio en N, apego romántico
temeroso evitativo y, apego no romántico ansioso en personas que realizaban
psicoterapia.
Síntesis de las diferencias de Actualmente en
tratamiento psicológico
Tabla 2 Síntesis de las diferencias de Actualmente en
tratamiento psicológico
Tabla 2
Síntesis de las diferencias de Actualmente en
tratamiento psicológico
Apego Personalidad
Tratamiento
Psicológico
Rango
Promedio
Significación
Asintótica
U.
Mann-Whitney
Z
Neuroticismo
Sí
170.79
.034*
6253.5
-2.118
No
145
Apego Romántico Seguro
Sí
151.45
.919
7491
-0.102
No
150.24
Apego Romántico Temeroso
Evitativo
Sí
177.94
.004**
5796
-2.87
No
143.06
Apego Romántico Ansioso
Sí
160.45
.283
6915
-1.073
No
147.8
Apego No Romántico Seguro
Sí
160.67
.278
6901
-1.084
No
147.74
Apego No Romántico Evitativo
Sí
166.33
.098
6539
-1.654
No
146.21
Apego No Romántico Ansioso
Sí
178.87
.003**
5736.5
-3.008
No
142.81
Nota: Prueba utilizada. U de
Mann-Whitney *p<.05 **p<.01
Nota: Prueba utilizada.
U de Mann-Whitney *p<.05
Conclusiones
Retomando con el objetivo de este trabajo,
analizar las relaciones entre los
estilos de apego y las dimensiones de la personalidad y comparar ambas
variables considerando variables sociodemográficas, se citan los principales
resultados: la dimensión N se relacionó de manera directa con una intensidad
moderada-baja con todos los estilos de apego, también se encontraron
correlaciones inversas con intensidad baja entre E y los estilos de apego
evitativo y ansioso romántico y, los estilos de apego seguro, evitativo y
ansioso no romántico. La dimensión P se correlacionó de manera directa y con
intensidad baja con los estilos de apego romántico evitativo y ansioso, como
así también con el apego evitativo no romántico y, obtuvo una correlación
inversa y con intensidad baja con el apego no romántico seguro. A su vez la
dimensión N, al igual que los apegos romántico temeroso evitativo y no
romántico ansioso obtuvieron una mayor predominancia en personas que realizaban
psicoterapia.
Con respecto a la primera hipótesis de esta
investigación, los estilos de apego y las dimensiones de la personalidad se
relacionarán, en especial con la dimensión N debido a que la misma posee bases
biológicas análogas al apego (Finn, 2012; Schmidt, 2010). Esta hipótesis fue
corroborada parcialmente. Los resultados y sus interpretaciones serán
desglosados por dimensión de personalidad en los siguientes párrafos.
La dimensión N obtuvo relaciones
significativas y directas con intensidades bajas y moderadas con todos los
estilos de apego. Las correlaciones de N fueron interpretadas de la siguiente
manera. En el caso del apego seguro, el rasgo sentimiento de culpa (Schmidt,
2010) estará relacionado con las funciones psicológicas de la moral (Finn,
2012) y la sociabilización (González Ospina & Paredes Núñez, 2017) y, en el plano del
amor predominarán emociones positivas y la emotividad (Finn, 2012; Schmidt,
2010). Con respecto a los apego temeroso evitativo, poseerán tendencias a la indiferencia, irracionalidad y negatividad, que la persona demostrará en
sus relaciones de amistad como en las de pareja (Barroso, 2014). En relación a los apego ansioso, estas personas desarrollarán vinculaciones con el medio atravesadas desmedidamente por el factor emocional
(Schmidt, 2010), el cual dificultará una relación equilibrada con la capacidad
racional, predominando así la irracionalidad y la dependencia emocional, tanto
en las vinculaciones de pareja como en las de amistad (Barroso, 2014).
La dimensión E obtuvo relaciones significativas e inversas con intensidad baja entre E con los apegos romántico temeroso evitativo y ansioso y, con los no románticos seguro, temeroso evitativo y ansioso. Las relaciones obtenidas se interpretaron de la siguiente manera, con el apego seguro no romántico, estas personas tenderían a tener una postura activa y dominante sobre los demás (Schmidt, 2010), al mismo tiempo, no serían empáticos con sus pares o semejantes, dejando entrever la constitución de vínculos superficiales y no duraderos (González Ospina et al, 2017). En relación a los estilos de apego temeroso evitativo, se interpretó que estas personas mostrarán una gran actividad sobre el medio (Schmidt, 2010) y, no presentarán aquellos patrones de indiferencia que intervienen en la fluidez del vínculo (Barroso, 2014). Y con lo que respecta al estilos de apego ansioso en ambos contextos, se interpretó que estas personas son activas ante el medio, sociables y se sentirán cómodos estando rodeados de personas (Lisanti et al., 2016), presentarán vinculaciones libres de obsesiones o ansiedad excesiva que facilitarán las vinculaciones sociales (Barroso, 2014). Estos últimos resultados coinciden con los hallados por Genise (2015).
A su vez P, se correlacionó
significativamente y de forma directa con intensidad baja con los apego romántico temeroso evitativo y ansioso y, temeroso
evitativo no romántico, también se correlacionó P de manera inversa con intensidad
baja y significativa con el apego seguro no romántico. Las relaciones obtenidas
se interpretaron de la siguiente manera, con respecto al apego seguro no
romántico, las personas de esta muestra que presenten rasgos como frialdad en
lo vincular o conductas agresivas (Lisanti et al.,
2016), y que no desarrollaron un apego seguro, el cual brinda capacidad moral,
social y empática (Finn, 2012), llevarán a cabo formas de vincularse en donde
la frialdad emocional y vincular predominará. En relación a los apegos temeroso evitativo, se interpretó que estos sujetos se presentarán como indiferentes, poco empáticos y fríos (Lisanti et al., 2016) y, tenderán a relaciones amorosas negativas con poca satisfacción
(Barroso, 2014). Y con el apego ansioso romántico, se
interpretó que estas personas en las
relaciones amorosas presentarán baja empatía, frialdad, predominarán
vinculaciones relacionadas a celos, obsesiones (Barroso,
2014) y conductas sexistas (Bringas-Molleda et al.,
2016).
Retomando con la segunda hipótesis la cual planteó que, los estilos de apego evitativo y ansioso predominarían en personas que realizan tratamiento psicológico. Esta hipótesis fue corroborada parcialmente, ya que los estilos de apego que predominaron fueron el romántico temeroso evitativo y el no romántico ansioso. Estos resultados se podrían interpretar como que dichas personas presentarán comportamientos de indiferencia (Barroso, 2014) o ambivalentes en lo vincular, perjudicando así la constitución de vínculos como el terapéutico por su falta de confianza (Genise, 2015) dificultando los cambios terapéuticos (Sangiao Novio, 2015). Estos resultados concuerdan con las investigaciones y teorizaciones de Cozolino (2010) debido a que estos estilos de apego son los que poseen una tendencia a la consulta psicoterapéutica.
Con respecto a la predominancia de N en
personas que realizan tratamiento, se interpretó que estas personas poseerían
una inestabilidad emocional características de las puntuaciones elevadas de N
(Schmidt, 2010), lo que predispone a la consulta terapéutica.
Como
limitación esta investigación presentó un muestreo no probabilístico y de tipo
intencional, esto genera que los resultados no puedan generalizarse a la
población general. También al poseer una secuencia de tiempo transversal, no se
permite observar si los estilos de apego obtienen resultados diferentes, ya que
estos son susceptibles a las experiencias, como es en el caso de la
psicoterapia. Otra limitación que presentó fue la escaza cantidad de
publicaciones que correlacionen ambas variables, esto repercutió en las
conclusiones al momento de las interpretaciones, en especial entre las
relaciones de la dimensión P con los estilos de apego.
Se resalta la importancia de trabajar con estas variables ya que el apego predispone al tipo de vínculo y las dimensiones de la personalidad al procesamiento del medio. Se sugiere que para futuras líneas de investigación se utilice una mayor rigurosidad metodológica y la aplicación de abordajes Multimétodo, para recabar información no solo de autoregistros sino también de técnicas gráficas, para incrementar la validez de las vinculaciones de ambos constructos.
Para finalizar se retoma la relevancia de este trabajo la cual permitió contribuir al acopio de conocimientos teóricos y empíricos vinculados con las dimensiones de la personalidad y su relación con los estilos de apego, así también este trabajo brindó una relevancia práctica vinculada al plano clínico al hallar datos estadísticamente significativos entre N, los estilos de apego evitativo y ansioso vinculados con las personas que realizan psicoterapia.
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{PSOCIAL} Journal of Research in Social Psychology. Faculty of Social Sciences | University of Buenos Aires (UBA)
ISSN 2422-619X. Semiannual publication (January-June and July-December).
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