El presente artículo de revisión tiene como objetivo analizar la significación de cultura organizacional para la gestión desde un enfoque estratégico. A partir de la definición de los nodos conceptuales que la componen, se devela la necesidad de orientar la gestión de la cultura organizacional a la estrategia organizacional, tomando en cuenta la organización laboral, el grupo y el individuo (personalidad). Se demuestra la diversidad en la definición conceptual, características, funciones, niveles y posibilidades de cambio. El análisis crítico de la bibliografía permite concluir que existe disenso en la caracterización de la variable que limita la creación de una teoría general para su estudio y se presentan elementos básicos para la construcción del basamento teórico para la gestión estratégica de la cultura organizacional.
The purpose of this review article is to analyze the significance of organizational culture for management from a strategic approach. From the definition of the conceptual nodes that compose it, the need to orient the management of the organizational culture to the organizational strategy is revealed, taking into account the labor organization, the group and the individual (personality). Diversity in the conceptual definition, characteristics, functions, levels and possibilities of change is demonstrated. The critical analysis of the bibliography allows concluding that there is dissent in the characterization of the variable that limits the creation of a general theory for its study and basic elements are presented for the construction of the theoretical foundation for the strategic management of the organizational culture.
El siglo XXI le impone a la organización cubana nuevos retos en el orden económico, político, social y ambiental. Se desarrolla en un contexto dinámico, cambiante, tendiente a la inestabilidad, que demanda cambios y que se aprovechen los resortes organizacionales conducentes al logro de los objetivos.
A pesar de ello,
como refieren Almuiñas, González, Morales y Capote
Para comprender la dinámica de la organización laboral, sus grupos e individuos y cumplir con el encargo social, es imprescindible el estudio de la cultura organizacional. Es una temática indispensable que tiene sus antecedentes en la primera mitad del siglo XX, cobró auge alrededor de la década del setenta y continúa en ascenso. Surge por la necesidad de romper con los paradigmas tradicionales que explican la realidad organizacional, agotados y con insuficiencias para demostrar el lugar de las dinámicas internas de grupos e individuos en el éxito laboral.
No
obstante lo anterior, después de más de medio siglo de estudios, es
insuficiente el número de investigaciones relacionadas con la gestión
estratégica de la cultura organizacional, aunque crecen exponencialmente las
asociadas con su diagnóstico (caracterización, descripción). Es una
contradicción evidente que parte de reconocer que la cultura constituye un
factor de éxito o fracaso en la implementación de la estrategia organizacional
(
Ello denota que en muchos casos la cultura organizacional es espontánea, no se gestiona, ni se orienta a la estrategia organizacional. La manera de pensar, sentir y actuar de los sujetos organizacionales no es una consecuencia de la gestión del ápice estratégico, sino resultante de procesos de socialización previos (en la familia, la escuela, la comunidad, y centros de trabajo previos). Atendiendo a lo anterior, es importante presentar los elementos básicos necesarios para gestionar la cultura organizacional con un enfoque estratégico, que dé sentido al ejercicio de la dirección y garantice la sinergia entre el individuo, el grupo y la organización.
El presente artículo constituye una revisión bibliográfica, y tiene como objetivo analizar la significación de cultura organizacional para la gestión desde un enfoque estratégico. Para su elaboración se aprovecharon las potencialidades de métodos de investigación del nivel teórico como análisis-síntesis, inducción-deducción e histórico-lógico. De igual manera, se utilizó el procedimiento revisión bibliográfica, examinando literatura científica que incluyó artículos, libros y tesis referenciados en bases de datos especializadas como Web of Science (WoS), Scopus, Directory of Open Access Journal (DOAJ), Scielo, fundamentalmente del período 2010-2020. Se presentan artículos anteriores al período citado, cuyos autores son considerados clásicos en la ciencia de la administración. Las fuentes utilizadas están, esencialmente, en castellano, aunque se revisó literatura en idioma inglés y portugués.
En la actualidad es difícil encontrar una organización laboral exitosa que no aproveche las potencialidades de su cultura organizacional como una ventaja competitiva. Es una temática imprescindible, máxime cuando se implementan cambios organizacionales, que ponen en evidencia la necesidad de su gestión y alineación con la concepción estratégica de la organización que se trate.
No obstante, es una temática que muestra divergencias en su construcción teórica y metodológica, lo cual lleva al investigador a afiliarse a una visión coherente con su postura epistemológica y en algunos casos, señala la necesidad de construir una perspectiva propia que supere los sesgos de las anteriores.
El término cultura organizacional es polisémico. Se le atribuye el sentido de paradigma, símbolo, creencia, comportamiento, normas, reglas, valores, filosofía, clima, forma de conducirse y sistema de significados compartidos (
Autores como Ostroff et al.
Para la investigación, es importante ubicar tempo-espacialmente el inicio de los estudios sobre la temática. Reyes y Moros (2019, p.158) afirman que su abordaje “como factor que influye de manera directa en el funcionamiento de la organización, comienza a ser relevante desde las contribuciones de la Escuela de las Relaciones Humanas” y lo asocian a los experimentos de Hawthorne desarrollados por Elton Mayo en la década del cuarenta. Esta idea es refrendada por Pérez, Naranjo y Roque (2009), Isaza
Existe consenso en que se produjo un incremento en el interés por estudiar la cultura organizacional en la segunda mitad del siglo XX, aunque la disensión está en el periodo señalado, identificándose tres posturas. El primer grupo de autores señala la década del setenta del pasado siglo y entre ellos se encuentran: Isaza (2013), Navarro, Ochoa y Esparza
Ostroff, Kinicki y Tamkins
El aumento de los estudios sobre cultura organizacional se atribuye a la comparación en la productividad de las empresas japonesas con las norteamericanas y otras (
Un autor imprescindible en la construcción de las bases teóricas de la variable es Edgar Henry Schein. Una revisión, al azar, de veinte fuentes bibliográficas (tesis, artículos científicos) publicadas entre el 2015 y 2019, en revistas de alto impacto
Sobresalen, además, los aportes realizados por clásicos del campo de la administración como Stoner, Freeman y Gilbert (1996), Robbins
El análisis de las definiciones conceptuales sobre cultura organizacional de los precitados autores permite arribar a las siguientes coincidencias:
Es una construcción sociopsicológica, resultante de la interacción de los sujetos organizacionales en la actividad
Mantiene una relación dialéctica con otros niveles de cultura
(supra y sub).
Explica aspectos cognitivos, afectivos y volitivos de los sujetos
organizacionales.
Se visualiza a través de elementos materiales y espirituales.
Su contenido es considerado válido y por ende, se transmite a las
nuevas generaciones de trabajadores, adaptándose a los cambios
provenientes del medio (exterior e interior).
Identifica a la organización laboral y la diferencia
de otras.
Brinda sentido de pertenencia, cohesión y hace que sus
miembros se sientan parte de ella.
No obstante, es importante que las definiciones conceptuales, continúen develando cómo la cultura organizacional se refleja en la personalidad del individuo y viceversa. La pluralidad de sujetos que laboran en la organización conlleva a que en la relación individuo-grupo-organización exista congruencia (e incongruencia) entre factores individuales (sentidos psicológicos) y los contenidos de la misma. ¿Cómo vivencia un individuo las incongruencias entre sus necesidades, motivos, intereses, actitudes, concepción del mundo con las presunciones básicas subyacentes del grupo-organización? Aún más importante ¿qué nivel de conocimiento tienen los líderes para evaluarlo? ¿Cómo hacen para resolverlo? Garantizar la compatibilidad entre el individuo y su organización es una tarea que atañe a todos, en tanto, es beneficioso para ambos.
Chiavenato
En este sentido, Chiavenato
Se debe comprender cabalmente, como la visión del fundador, líder o inspirador, su manera de resolver los problemas organizacionales, devienen en un conjunto de definiciones aceptadas, validadas y compartidas, al punto, de ser defendidas como la forma correcta de pensar, sentir y actuar en la entidad
En la actualidad, los estudios de cultura organizacional comienzan a reconocer la necesidad de su gestión y aun cuando no se encuentra una base teórica estructurada, es importante mostrar análisis, valoraciones, que contribuyan con ello.
Las evidencias constatadas de investigaciones sobre gestión estratégica de la cultura organizacional se encuentran en los primeros años del siglo XXI en América Latina, con énfasis en Brasil (
Está establecido que la cultura organizacional debe estar alineada con la estrategia de la institución y matizar la gestión de cada sujeto y grupo, lo que se sustenta en los postulados de Schein (
Se necesita comprender la relación dialéctica que se produce entre el individuo y el grupo, las interacciones que dan lugar a la transformación de ambos, en un continuo proceso de formación (educación). Se debe reconocer que, en la organización laboral, esta interacción no es lineal, necesariamente equilibrada, sino que está permeada por los roles y estatus de los interactuantes, por la estructura y la actividad grupal que influye en los anteriores. Por ende, la gestión de la cultura organizacional va a estar permeada de conflictos (intrapsíquicos e interpsíquicos), como sucesos dinámicos del comportamiento individual-grupal-organizacional.
Es importante advertir el lugar que ocupa el individuo en la configuración de la cultura organizacional y de esta en la educación de la personalidad del individuo. Se coincide con Leyva (
Hofstede (1991, como se citó en Arias,
Atendiendo a lo anterior, se considera que la gestión estratégica de la cultura organizacional es el proceso en que los directivos (líderes e inspiradores) conceptualizan (puede ser diseñan), ejecutan y controlan las presunciones básicas subyacentes que dan sostén al comportamiento organizacional, garantizando sinergia con la concepción estratégica de la organización y una relación cada vez más armónica entre el individuo (visto como personalidad), el grupo y la institución laboral.
Implica un reto para la dirección, en tanto, exige altos niveles de conocimiento de la cultura en su nivel (la real y la deseada), la proyección estratégica y de la base teórica-conceptual para relacionarlas dialécticamente. Por un lado, la cultura dicta la manera de “pensar, sentir y actuar” para garantizar los objetivos estratégicos de la entidad, contribuyendo a resolver los problemas que aparecen (en la organización y en su relación con el entorno). En la misma medida que ocurre lo anterior, estos patrones comportamentales se acentúan, ganan valor y se sedimentan como la forma correcta de comportarse. Ello conduce a una cultura organizacional distintiva, fácilmente identificable, condición indispensable para una organización altamente exitosa (
Drucker (2007, como se citó en
Russi (2011, como se citó en
La gestión sostenida de la cultura organizacional con enfoque estratégico, debe conducir a la formación de una cultura organizacional estratégica, término acuñado por do Nascimento (
Lo anterior implica que, si bien la cultura organizacional es una categoría ubicada en el nivel sociopsicológico, encuentra un espacio de concreción en el nivel psicológico. El análisis debe darse en las dos direcciones: individuo-grupo-organización y viceversa. Significa que no es suficiente que exista una cultura organizacional, sino que sea congruente con el individuo. No es suficiente que el sujeto “conozca” (en referencia al componente cognitivo) que su comportamiento debe estar orientado a los fines estratégicos de la organización, sino que “sienta” (se refiere al componente afectivo) que así debe ser. Lo que a nivel organizacional se da como presunciones básicas, en el individuo debe verse como una necesidad, motivo, en relación con sus intereses, actitudes, rasgos del carácter, concepción del mundo, valores.
Por otra parte, el grupo refuerza, positiva o negativamente, los comportamientos individuales. Los reconocimientos o sanciones persiguen la coherencia de las actuaciones de los sujetos con los valores y presunciones básicas de la cultura organizacional deseada. Esta visión redimensiona el funcionamiento de los sistemas que operan en la organización laboral, con énfasis en el capital humano.
Es en este punto, donde la organización cuestiona si el aspirante a un puesto determinado reúne los requisitos, no desde el punto de vista del conocimiento o la habilidad, sino desde su configuración personológica, para lograr la sinergia con la cultura organizacional (no solo con la actual, sino con la deseada). Pero no se limita al reclutamiento y la selección, sino que impacta la formación y el desarrollo de carreras. Con esta postura, el individuo aparece, en toda su dimensión, como un sujeto psicológico.
El impacto de gestionar estratégicamente la cultura organizacional, teniendo como centro el individuo, favorecerá la motivación laboral, en tanto, el individuo encontrará tareas, cargos y una organización laboral que encaja consigo. Implica considerar el grupo como el espacio ideal para valorizar las presunciones básicas subyacentes que viabilizan la concepción estratégica de la organización laboral. El grupo es la célula básica donde la organización legitima las soluciones a los problemas de integración interna y adaptación externa que aparecen. Esta visión exige coherencia en el comportamiento directivo, tanto en el nivel vertical como horizontal.
De acuerdo a lo expresado en la presente revisión las investigaciones sobre cultura organizacional se circunscriben al pasado siglo, con un incremento sostenido en el interés por su caracterización (
La gestión de la cultura organizacional con un enfoque estratégico es un proceso complejo, inherente al ápice estratégico, que se apoya en el liderazgo, la socialización, la gestión del talento humano y la comunicación. De su implementación depende que se logre una alineación entre los objetivos organizacionales e individuales, garantizando la realización de los primeros a partir de los segundos, de una forma natural. Facilita la realización del sujeto individual como sujeto laboral, en tanto, la tarea, la actividad y el puesto de trabajo, la organización laboral, serán percibidos como fuentes de satisfacción de necesidades.
Este proceso entiende al grupo como un espacio simbólico básico, fundamental, donde se encuentran de manera equilibrada el individuo y la organización laboral. Constituye el espacio ideal de realización de ambos, legitimando las prácticas, garantizando la educación de la personalidad del individuo, orientándolo hacia la manera de pensar, sentir y actuar dentro de la organización.
Considera al sujeto como un ser activo, portador de una configuración psicológica que lo regula y autorregula en el contexto laboral como un espacio fundamental de vida. Reconoce al individuo como portador de una experiencia vital y una proyección futura; además, aprovecha las aportaciones de la familia, la comunidad y los grupos informales. Lo anterior impone al directivo nuevas y profundas exigencias, competencias que rebasan las perspectivas clásicas de la administración, e imponen retos novedosos a la formación de los directivos responsables de gestionar estratégicamente la cultura organizacional.
La relación bidireccional que se produce entre el individuo, el grupo y la organización está mediatizada por la cultura organizacional, y debe favorecer una relación sinérgica, armónica, conducente al logro de las metas organizacionales e individuales. Esta idea realza el papel del grupo como espacio de formación, y transformación, de la cultura organizacional y de educación de la personalidad individual. La cultura organizacional, vista como un emergente sociopsicológico que delimita formas de pensar, sentir y actuar en la organización laboral, tributa a la cohesión grupal (entendida esta como la unidad manifiesta del grupo en torno a las metas).
Gestionar cultura en el contexto organizacional facilita la identificación de los objetivos grupales (organizacionales) y las formas de alcanzarlos, a la vez que brinda sentido de pertenencia. Esto último constituye un elemento básico para la construcción de equipos de trabajo, para alcanzar consenso en la toma de decisiones, y por tanto, facilita el cumplimiento de la estrategia organizacional.
Se coincide con Mendez (
El Ministerio de Educación Superior en Cuba emitió normas para registrar y reportar publicaciones científicas, en aras de unificar criterios. Se consideran publicaciones de alto impacto las indizadas en la Web of Sciences (WOS) y Scopus; además, se reconocen bases de datos especializadas de reconocimiento internacional como SciELO, DOAJ, Redalyc, Medline, entre otras.