Cuadernos de Marte

Año 10 / N° 19 Julio – Diciembre 2020

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Monumentalización y conmemoración en el paraje de Vuelta de Obligado. Análisis histórico crítico del proceso evocativo de una batalla

 

Monumentalization and commemoration in the area of ??Vuelta de Obligado. Critical historical analysis of the evocative process of a battle

 

Matías Warr*

 

Recibido: 30/6/2020 – Aceptado: 13/12/2020


Cita sugerida: Warr, M. (2020). Monumentalización y conmemoración en el paraje de Vuelta de Obligado. Análisis histórico crítico del proceso evocativo de una batalla. Cuadernos de Marte, 0(19), 62-99. Recuperado de https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/cuadernosdemarte/article/view/6278 

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Resumen

El 20 de noviembre del año 1845, la confederación liderada por Juan Manuel de Rosas enfrentó en una cruenta batalla a una coalición de tropas anglo-francesas. En el lugar del enfrentamiento, paraje Vuelta de Obligado, Provincia de Buenos Aires, en el año 1934 se inició un proceso de monumentalización que continua hasta nuestros días.

El presente trabajo propone un análisis histórico crítico de las diferentes etapas acontecidas en este proceso de construcción de monumentos y las diferentes conmemoraciones en torno a los mismos. Mediante el análisis histórico contextualizamos las diferentes etapas fundacionales de las estructuras monumentales y sus principales actos conmemorativos. Luego esbozamos un análisis crítico, donde intentamos acceder a las ideologías que subyacen detrás de estas estructuras. Este proceso de más de ochenta años permite una observación privilegiada de los cambios producidos año tras año en la evocación de un mismo evento. Por último intentamos una evaluación de este recorrido histórico con nuestro trabajo arqueológico acontecido en el sitio Vuelta de Obligado.

 

Palabras Clave: monumentos, conmemoración, ideologías, batalla, evocación. 

 

Abstract

On November 20, 1845, the confederation led by Juan Manuel de Rosas faced in a bloody battle a conjunction of Anglo-French troops. In the place of the confrontation, Vuelta de Obligado province of Buenos Aires, in 1934 a process of monumentalization began that continues to this day.

The present work proposes a critical historical analysis of the different stages that occurred in this process of construction of monuments and the different commemorations around them. Through historical analysis we contextualize the different foundational stages of monumental structures and their main commemorative acts. Through critical analysis we try to access the ideologies that underlie these structures. This process of more than eighty years allows a privileged observation of the changes year after year of the evocation of the same event. Finally we try an evaluation of this historical journey with our archaeological work that took place at the Vuelta de Obligado site.

 

Key Words: monuments, commemoration, ideologies, battle, evocation.

 

Introducción

 

En el siguiente escrito, tratamos sobre las representaciones que se fueron realizando desde las primeras décadas del siglo XX en el sitio arqueológico del simbólico y mítico evento de la historia nacional. Esas obras materiales representaban expresiones de homenaje a aquellos hombres y mujeres que participaron de la batalla y brindaban un testimonio en cada contexto por el que transitaban a través del tiempo. Además se orientaban a conservar y destacar aspectos identitarios de una memoria que pretendía ser colectiva.

Asimismo, desarrollamos perspectivas de carácter epistemológico, teórico y abordamos aspectos arqueológicos, históricos y sociales de un proceso que se fue gestando a través del tiempo durante diferentes contextos sociales y políticos.

Desde la perspectiva de los objetivos y las expectativas que planteamos, hacemos un análisis crítico acerca de la presencia y función de algunas estructuras y objetos evocativos de la batalla -monumentos, monolitos, placas, etc.-.

Finalmente, evaluamos aspectos del método utilizado y los resultados obtenidos luego del empleo que brindan varias fuentes de información y la aplicación de variados recursos para la investigación.

La finalidad no es sólo hacer un aporte al avance del conocimiento sino evaluar y contribuir a un análisis crítico de las manifestaciones de la cultura material y simbólica en un lugar tan particular como lo es un campo de batalla pero en especial este campo de batalla que no sólo es militar. Esto representa circunstancias de otro campo de batalla que se encuentra por fuera de seres humanos, cosas o armamento bélico.

Nuestra aproximación a los mismos, procede de una larga labor arqueológica que iniciamos en el año 2000 que se enmarca en el proyecto desarrollado por el Programa de Arqueología Histórica y Estudios Pluridisciplinarios (ProArHEP) del Departamento de Ciencias Sociales radicado en la Universidad Nacional de Luján (UNLu), denominado: “Investigación interdisciplinaria acerca de una batalla: la Vuelta de Obligado en el marco de la Guerra del Paraná”, (Proyecto SO 124 –actualmente 235- UNLu), dirigido por el Dr. Mariano Ramos, se inicia una serie ininterrumpida de excavaciones arqueológicas.

Los complejos monumentales que tratamos aquí, fueron construidos en tiempos posteriores al evento, en diferentes etapas de la historia argentina, por vías oficiales. Estas construcciones humanas son legitimadores territoriales que juegan un importante papel en la certificación de un grupo[1]. A nuestro entender monumentos y arqueología en el sitio de Vuelta de Obligado se relacionan en dos planos: el territorial y el simbólico. En el primer caso, los complejos monumentales se construyeron ocupando el mismo sitio que los núcleos de la batalla, sobre el lugar del evento. Los monumentos se refieren de manera directa a lo que allí  ocurrió. En el segundo plano, simbólicamente el monumento crea un paisaje con una memoria material permanente, con valor simbólico ligado a la identidad. Pero como explica Niven[2] el monumento lejos de ser inmutable representa una historia que es muy vulnerable al cambio, y estos cambios significan cambios políticos y culturales, sobre todo visibles en los monumentos de guerra. En los mismos existe una tensión entre el acontecimiento y lo representado. El monumento expresa una tensión entre el acto acaecido en el pasado y la manera como se representa en el ahora.El desarrollo de estas tensiones opera como factor continuo de cambio en la supuesta inalterabilidad de los monumentos[3]. La guerra genera memoria entre diferentes colectivos. Estos son los que inician los procesos de monumentalización. Representan marcas evocativas en el territorio. Cuando estas referencias se encuentran en el mismo lugar de la batalla la conexión del sitio con el significado es directa y el propio sitio se constituye en monumento[4].

Elizabeth Jelin, propone un método para analizar los cambios en las conmemoraciones y monumentos oficiales. Define a los monumentos, al igual que las conmemoraciones, como constructores de la memoria social. Los primeros son marcas materiales que se apropian de los espacios públicos y remiten a un hecho o figura del pasado; las segundas, son prácticas que se instalan como rituales repetitivos que evocan también un evento histórico o una persona significativa del pasado. Tanto las marcas territoriales como las fechas de conmemoración cambian y son apropiados por diversos actores sociales, emprendedores de la memoria, que las resignifican constantemente. Son elementos identitarios. En estos eventos de recuerdo y olvido puede observarse tensión porque estas diferentes subjetividades se remiten a procesos del pasado que cobran sentido con su vinculación con el futuro. Historizar la memoria es la acción metodológica de analizar los cambios tanto en las conmemoraciones como en los monumentos visibles en actos públicos y discursos cuando se los analiza año tras año. Estos cambios son tan grandes que Jelin se pregunta si es posible separar pasado de presente, y entiende a estos actos conmemorativos como vehículos de una lucha política coyuntural[5]. Los monumentos son  definidos  como la acción de grupos humanos que se apropian de un espacio físico. Estas marcas son una manifestación de la soberanía territorial. Este soporte de la memoria está cargado de subjetividades. No necesariamente los sentidos de los constructores de monumento están relacionados con los actores sociales del evento recordado. Si bien estas marcas son producidas para que perduren, los cambios de sentidos son inevitables con el paso del tiempo y los significados de los que generaron el monumento también pueden no corresponder con los actores sociales que en la actualidad se apropian de la marca. La autora define estas marcas entonces como ligadas a discursos hegemónicos, hechos ideológicos y proyectos políticos[6].

 

Historización de los complejos monumentales

 

El monumento a los caídos

El 20 de noviembre del año 1934, se inauguró la primera estructura monumental en el lugar de la batalla de Vuelta de Obligado. La construcción estuvo a cargo del entonces Museo Colonial e Histórico de la Provincia de Buenos Aires, hoy Complejo Museográfico Enrique Udaondo de Luján. Fue costeado casi en su totalidad por la familia Obligado que al mismo tiempo donó las tierras donde se había emplazado la batería Manuelita en la barranca norte del campo de batalla. Se sumaron a la iniciativa otros vecinos notables como el Coronel Evaristo Ramírez Juárez, uno de sus principales impulsores. También fue apadrinado por el Círculo Militar y el Centro Naval, instituciones que colocaron placas alusivas.

 

Figura I. Fotografía del Monumento a los Caídos construido en 1934.

Fuente: Fotografía  del autor, año 2004

 

La estructura instalada se trata de un monolito de 3,50 metros, confeccionado con piedra, en cuya cúpula se encuentra una bala de cañón inglesa, recogida en el sitio y en su interior reposan cenizas de los caídos. Fue diseñada en el museo provincial, creemos que por el director del museo Enrique Udaondo, como inferimos de estos bocetos a mano alzada que encontramos en el Archivo de dicho museo. 

 

Figura II. Plano a mano alzada de Enrique Udaondo.


Fuente: Archivo del Museo Nacional de Luján, Monumento 1934, carpeta 9-10.

 

En el mismo archivo encontramos el folleto de invitación oficial a la inauguración del monumento, el que creímos útil su reproducción porque realiza un buen resumen de las gestiones realizadas:

 

Figura III. Folleto de Invitación de la inauguración del monumento de 1934.


Fuente: Archivo del museo Nacional de Lujan, Monumento 1934, folleto p 1-2.

 

El acto conmemorativo comenzó con la inauguración del monolito por la mañana, los discursos de rigor, misa y recepción en la residencia de la familia Obligado. Participaron del evento, delegaciones de los Círculos Militar, Expedicionarios del Desierto y del Museo Histórico Provincial. Damas descendientes de Patricios y Delegaciones de la Armada y del Ejército[7]. También se formó una Comisión Colaboradora formada por académicos reconocidos de la época, como Leopoldo Lugones, los hermanos Irazusta, Federico Ibarguren, Ernesto Palacio entre otros; algunos de los cuales estuvieron presentes en el acto[8].

La inauguración, en 1934, del monumento a los caídos del 20 de noviembre representa el primer reconocimiento oficial en el sitio de la batalla de Vuelta de Obligado. Nos parece pertinente, para iniciar el análisis, formularnos dos interrogantes: ¿por qué recién 89 años después se realizó el primer acto oficial en Vuelta de Obligado?; ¿qué motivó la construcción y el acto conmemorativo de la batalla durante ese año?

El análisis de Norberto Galasso[9] resulta de gran utilidad para comprender algunas cuestiones. Según el autor, la Historia Oficial, liberal, mitrista había hegemonizado los estudios académicos, desde la victoria en la batalla de Caseros (1852) hasta la primera década del siglo XX. Esta Historia es oficial porque se enseña desde hace décadas en distintos niveles de enseñanza; predomina en los medios masivos de comunicación; representa de forma indiscutible la iconografía oficial por intermedio de estatuas, calles, plazas. A su vez, es liberal porque propicia el libre mercado y la apertura económica, pro británica; analiza el pasado a través de las elites. La Historia Oficial, postuló como sus principales héroes a San Martín, Sarmiento y Belgrano, relegando a los caudillos federales como representantes del atraso y la barbarie. Sus principales representantes son Bartolomé Mitre, Vicente López, Luis Domínguez y Alfredo Grosso. Esta Historia Oficial empieza a ser cuestionada primero por los que Galasso llama francotiradores de la Historia oficial. El más destacado fue Ricardo Rojas quien en 1909 denuncia la existencia de una superestructura cultural que imponía la historia de la oligarquía, generando una mentalidad colonial. A Rojas se le suman otros como Ernesto Quesada quien en el año 1912 publica las “Guerras Civiles argentinas” donde rebate la idea liberal de civilización y barbarie, explicando la historia nacional por la puja de intereses entre Buenos Aires y el interior. A partir de estos autores comienza el interés por lo propiamente nacional. La figura de los caudillos federales empieza a tomar relevancia, en especial Juan Manuel de Rosas. Estas nuevas reivindicaciones son tomadas también por representantes de la Corriente Liberal de Izquierda como José Ingenieros y Alfredo Palacios. Luego con la irrupción de la Unión Cívica Radical a la historia nacional se produce la aparición de la Nueva Escuela Histórica. En sus inicios, el radicalismo era un partido de masas, mostraba una fuerte presencia en las provincias y también atraída a las nuevas olas inmigratorias de las grandes urbes. En el plano historiográfico se mostraba heterogéneo. Oscilaba entre la reivindicación del rosismo pero también daba lugar a algunos de los viejos referentes de la Historia Oficial. Uno de sus principales referentes fue Emilio Ravignani, una persona que supo caracterizarse por su ferviente inclinación por Rosas. Paralelamente, la Historia Oficial seguía siendo hegemónica y contaba con el poderío económico que le permitía mantenerse vigente en la actualidad. Sus representantes más destacados fueron Ricardo Levene y Alberto Palacios. En un contexto mundial, de crisis económica, el pensamiento liberal conservador se ve decididamente debilitado. En el año 1928 llega -nuevamente- al poder a través de elecciones Hipólito Yrigoyen y este es derrocado en un golpe militar por el general Félix Uriburu. En palabras del autor “El predominio de uriburismo septembrino en política se corresponde con el surgimiento de un rosismo reaccionario”[10]. En paralelo a un gobierno despótico surge una nueva línea de pensamiento en el campo historiográfico, de fuerte impronta antiliberal y conservadora que verá en Rosas el arquetipo de patrón y de alguna manera, intenta legitimar su gobierno. Sus principales representantes son Carlos Ibarguren, Julio Irazusta y Ernesto Palacio quienes representaron un revisionismo desde una óptica de derecha[11].

En el mismo sentido, Alejandro Cattaruzza plantea el carácter heterogéneo de lo que se conoce hoy como revisionismo. Esta revisión de la historia o cuestionamiento de la historia, venía siendo realizado desde comienzos del siglo XIX por diferentes tendencias políticas como marxistas o los integrantes de la Nueva Escuela Histórica afines al radicalismo. La exaltación de Rosas no era definitivamente un punto de encuentro de todas estas tendencias. Lo que si puede observarse es que, a través de la crítica a la Historia Oficial, surgen y se van desarrollando ideas nacionalistas en casi todos los partidos. A principios de los años treinta, Ibarguren e Irazusta entre otros, serán representantes de una tendencia revisionista nacionalista y en su mayoría católica, la que se constituirá en el soporte intelectual del golpe de Uriburu. Paradójicamente se buscaba recuperar las instituciones a través del ordenamiento propio del ejército. Este grupo pensaba que ejército y religión debían ser elementos relevantes en la política. Uriburu no puede desarrollar sus proyectos políticos y en el año 1931 llama a elecciones[12]. En febrero de 1932 asume Agustín Justo a través de comicios donde el radicalismo se abstuvo por la proscripción de su candidato Marcelo Alvear. Justo representaba otro de los grupos implicados en el golpe, con un conservadurismo moderado y un perfil más liberal que los antiguos nacionalistas cercanos a Uriburu[13].

En cuanto a la relación catolicismo-Fuerzas Armadas,esta simbiosis excede el plano nacional. En la encíclica publicada por Pío IX en 1864 se explicita una condena al liberalismo y al socialismo. Ante esta perspectiva muchos grupos católicos vieron en los nacionalismos emergentes una alternativa. La Argentina de los años treinta, con la instauración del primer golpe cívico-militar, fue del todo favorable para muchos intelectuales católicos que comenzaron a ocupar cargos de jerarquía en el aparato estatal. Intelectuales que representaban la vanguardia estética del veinte como Palacio e Irazusta, pasaron a ser orgánicos del uriburismo. En noviembre de 1934 se desarrolló en Buenos Aires el XXXII Congreso Eucarístico Internacional. El presidente Justo pese a ser agnóstico, dio apoyo oficial al evento. En dicho congreso se intentó mostrar a la Argentina como ejemplo de la movilización católica de masas tras los fundamentos religiosos de Roma como alternativa a Moscú[14].

En el Archivo del Museo Histórico de Luján pudimos acceder, entre otra información, a un conjunto epistolar entre diferentes autoridades de San Pedro y el director del museo en 1934, Enrique Udaondo. Estas correspondencias remiten a la organización y planificación del evento de inauguración del monumento con participación de diferentes actores locales y nacionales. Creemos que este material, más allá de la información técnica, nos permite abordar el universo de sentidos propio de la época. Por ejemplo, dos cartas dirigidas al Director del Museo Enrique Udaondo, con fecha de octubre de 1934, se inician remitiendo al Congreso Eucarístico. Transcribimos en forma literal: “Lo supongo absorbido por sus funciones en el Congreso Eucarístico por lo que le ruego me disculpe si distraigo su atención con estas líneas”[15]. Otra epístola comienza así: “Lo sé a Ud. ocupado y preocupado con motivo del Congreso Eucarístico, en la sesión que le corresponde”[16].

De los párrafos anteriores, podemos inferir no solo la participación activa de Enrique Udaondo en el Congreso Eucarístico, sino también el grado de importancia que le otorgaba la sociedad a este evento. Como explicábamos en los párrafos anteriores el desarrollo de ideologías que intentaban definirse como verdaderamente nacionales venía siendo un problema central en la discusión política a principios de la década de 1930. Entre estas ideologías nacionalistas, como ya dijimos heterogéneas, un grupo sostenía a la religión católica como propia de la cultura argentina, colocándose en las antípodas de nacionalismos de izquierda traídos por las nuevas camadas migratorias. Seleccionamos otra carta del director del diario El Criterio, que consideramos resume bien este conflicto propio de la época:

 

El que esto le escribe es un modesto cura de aldea y al mismo tiempo periodista, que tiene un fervor patriótico por todas nuestras tradiciones que, hoy desgraciadamente se van debilitando y que, si esto sigue su marcha progresiva, amén de la avalancha de razas tan heterogéneas, como se vuelcan en nuestro suelo, del cual va desapareciendo todo lo típico nuestro, camino del suicidio, porque creo como el Conde de Valdegama, ´Para aquellos pueblos que, abandonan el culto austero de la Verdad, por la idolatría de ingenio, no hay esperanza ninguna; en pos de los sofismas vienen las revoluciones, y en pos de los sofistas, los verdugos`. Y lo mismo ocurre con los pueblos que abandonan sus tradiciones. Disculpe esta digresión[17].

 

Queremos destacar y repetir nuevamente que estas cartas tenían funciones organizativas, los comentarios políticos y filosóficos de los autores eran, como indica esta correspondencia una digresión, la que nos permite acceder a parte del universo de sentidos de la época.

Creemos importante también extraer unos fragmentos del discurso pronunciado por Udaondo en el acto de inauguración que relevamos del mismo Archivo:

 

En cuanto al hecho histórico que hoy rememoramos, es sabido que fue ocasionado, por la política de violencias del dictador para con los extranjeros, lo que motivó la intervención franco-inglesa al Río de la Plata, y como consecuencia de ella, se siguió la ofensiva con los opositores de Rosas, cuyo hecho constituyó una grave ofensa a nuestra nacionalidad [18].

 

El hecho que en contenido del discurso oficial pronunciado en el primer acto inaugural del monumento, se responsabilice del conflicto armado a Rosas por sus políticas de violencias hacia los extranjeros, lo consideramos altamente importante. Siguiendo a Galasso[19], el Rosas que reivindicaba este primer revisionismo era el Rosas que, en cuanto a expresión del orden, representaba la resurrección del espíritu colonial. En el mismo sentido, Coudannes Aguirre interpreta este interés de los nuevos conservadores en el período de Rosas, transcribimos textual: “...su gobierno resultaba atractivo por su capacidad de crear un fuerte liderazgo por encima de los grupos sociales, y así mantener un fuerte orden jerárquico”[20].

A partir de la segunda mitad de la década de 1930 comienza un proceso de institucionalización del revisionismo. Se funda FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) cuyos principales representantes son Arturo Jauretche y Homero Manzi entre otros. Esta agrupación intentaba devolverle el carácter revolucionario al partido radical, de tradición fuertemente antiimperialista, denunciando la opresión de Inglaterra sobre la economía argentina. Este revisionismo se posicionaba en una tendencia de izquierda ubicándose en las antípodas del revisionismo uriburista. Desde FORJA se reivindicaba a Rosas por su política exterior, pero se le criticaba por su política interna.

Por su parte, en el año 1938 se funda El Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel De Rosas (IIHJMR) y El Instituto de Estudios Federalistas (IEF). El primero estaba integrado por los mismos nacionalistas uriburistas que en el año 1934 habían formado la junta de repatriación de los restos de Rosas y habían contribuido a generar el monumento en Vuelta de Obligado, sumando algunos miembros provenientes del radicalismo. La fundación del IIHJMR formó un espacio que perdura hasta la actualidad. En sus inicios posibilitó a sus miembros la publicación de una revista donde diferentes intelectuales intentaban demoler la llamada Historia Oficial. Parte de esta estrategia también fue generar una agenda de conmemoraciones, actos y la realización de monumentos relacionados con eventos que ellos consideraban importantes, como es el caso de Vuelta de Obligado y también denunciaban y cuestionaban conmemoraciones oficiales como Los Libres del Sud o la batalla de Pago Largo.El segundo, aunque menos estudiado por su efímero tiempo de actividad (1938-1943), funcionó en el Litoral y aglutinó otras instituciones rosistas que empezaban a formarse en el interior del país. Aunque el IEF mantenía estrecha vinculación con el IIHJMR no era un mero anexo de este último. Poseía una mirada más amplia y menos centrada en la figura de Rosas, buscando conciliarla con los caudillos del interior como López, figura tradicional del federalismo santafecino. El IEF mantuvo un debate permanente con historiadores más conservadores de la Universidad del Litoral una de las más antiguas del país, llegando a provocar una ruptura “escandalosa” con la  Historia Oficial, a mediados de los años treinta[21].

Por otra parte, intentó a través de uno de sus principales representantes, José María Rosa, generar un nuevo calendario para las fechas patrias en las escuelas provinciales. Conocido como Pepe Rosa, este autor es uno de los grandes referentes del revisionismo argentino, y muy vinculado a la historia de Vuelta de Obligado por ser el creador del día de la soberanía. En el año 1939, el IEF construyó un monumento en Punta Quebracho, Provincia de Santa Fe, en uno de los lugares donde sucedió la última otra batalla de la Guerra del Paraná.

 

Complejo Monumental Morro de las Cadenas

 

En el año 1940 miembros el IIHJMR consiguen la aprobación del Poder Ejecutivo Nacional para la construcción de otro monumento. El entonces presidente Roberto Ortiz aprobó el proyecto, a concretarse vía Dirección Nacional de Navegación, que consistía en revestir el morro de tierra donde se habían fijado las famosas cadenas que cruzaron el Paraná el día de la batalla, ante el inminente peligro de su desaparición por acción de las aguas. El nuevo monumento fue inaugurado en 20 de noviembre de ese mismo año y se procedió con los actos de rigor. Tomamos esta imagen del libro de Rodríguez[22], considerándola de un gran valor documental, debido al hecho que la fisonomía de este monumento que aquí se muestra ha sido modificada completamente por la acción constante de las crecidas del Paraná:

 

Figura IV. Fotografía de la década de 1940 del Morro de las cadenas

 


 

También se encuentra desaparecida la placa que se colocó ese día, pero en la obra de Piccagli y Taurizano, encontramos editado su contenido textual que consideramos importante transcribirlo, por ser la primera placa en donde aparece la palabra soberanía: 

 

Batalla La Vuelta de Obligado

Por Decreto del Poder Ejecutivo de la Nación Argentina el Ministerio de Obras Públicas- a solicitud del Instituto de Investigaciones Históricas ´Juan Manuel de Rosas`- ha ejecutado esta obra de protección y embellecimiento para conservar esta reliquia histórica en que se amarraron las cadenas que atravesaban el río, y en homenaje a los heroicos defensores que en un gesto radiante de sacrificio ofrendaron sus vidas en defensa de la Soberanía Nacional[23].

 

También en la obra encontramos un análisis detallado de los actos conmemorativos. Se dividieron las actividades en seis etapas: la primera actividad fue una misa de campaña, al pie del morro; seguidamente se inauguró la defensa ornamentada; luego hubo una lectura del Decreto del Poder Ejecutivo; posteriormente el Teniente Coronel Evaristo Ramírez Juárez realizó una breve explicación de los hechos históricos ocurridos en la batalla; después se dio una sucesión de discursos; posteriormente el Teniente Coronel Ramírez recorrió el campo de batalla prosiguiendo con la explicación histórica; se realizó un almuerzo y se finalizó con una retirada entonado la canción a la bandera[24].

Según Stortini[25] en estos años el IIHJMR comienza una sucesión de actos conmemorativos. Estos rituales siempre contaban con la participación del instituto, autoridades nacionales y provinciales, el Ejército y la Iglesia. Con la sacralización del espacio físico se buscaba diseñar una memoria colectiva.

 

Figura V. Arriba. 20 de noviembre 1940 (Rodríguez 2011). Abajo. 20 de noviembre 1947.


Fuente: Rodríguez, C. Vuelta de Obligado. Historia de un pueblo, vidas y costumbres, op. cit., p. 95.

 

En el año 1942, por pedido de la Comisión Nacional de Museos Monumentos y Lugares Históricos, organismo creado en 1938, el Poder Ejecutivo Nacional dicta el Decreto Nº 120.411 donde se le otorga el status de Lugar Histórico al sitio donde se realizó la batalla. En estos momentos los emprendedores de la memoria que habían comenzado sus celebraciones en 1934, se habían consolidado como un grupo institucional y habían iniciado una corriente de pensamiento dentro de la historia argentina. Pero como explica Jelin[26] los sentidos cambian y esto puede reflejarse en los monumentos y actos conmemorativos si se los estudia dentro de un proceso que abarca año tras año. Si analizamos comparativamente los monumentos en cuestión, de 1934 o los de la década de 1940 y sus actos conmemorativos, vemos que son ejecutados por una raíz común, que podemos definir de manera amplia como la unión entre ciertos autores revisionistas de derecha, del ejército y del Poder Ejecutivo, unidos todos por la religión católica. Esta matriz nunca fue ajena al contexto nacional e internacional. A nivel global, la Guerra Civil Española comenzada en 1936 y el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939, operaban como factores importantes en el desarrollo de los diferentes grupos nacionalistas en la Argentina. En el proceso histórico que se va dando en el país, entre otros factores, pueden mencionarse la sucesión crónica de fraudes electorales, la aplicación de un nuevo tratado comercial con Inglaterra y el crecimiento industrial que generaba la llegada de grandes masas de trabajadores alrededor de los centros urbanos. Como explica Cattaruzza[27] en los comienzos de la década de 1930 los nacionalismos asumían una posición más elitista que desconfiaba de las grandes masas. En el inicio de la década de 1940 los nacionalismos se tornaron más sociales, más genéricos y compatibles con las nuevas ideologías.

Por nuestra parte, creemos que estos cambios sociales que operaron a lo largo de la década de 1930 e inicios de la década de 1940 también pueden verse reflejados en la construcción de monumentos y actos conmemorativos. Los grupos revisionistas de derecha que habían realizado el austero monumento a los caídos en el año 1934, en el año 1940, por ejemplo, pusieron el foco en reforzar el punto exacto donde se colocaron las cadenas que impidieron el avance imperialista. Creemos que la elección de este punto está cargada de un fuerte simbolismo que representa la discusión política de la época. En el mismo sentido consideramos altamente significativa la aparición de la palabra soberanía que comenzara desde ese momento a ser un concepto fundamental en el desarrollo de la monumentalidad en Vuelta de Obligado.

El golpe de estado de junio del año 1943 que derrocó al presidente Ramón Castillo, e impuso a Arturo Rawson volvió a cambiar el escenario de la historia nacional. Según Coudannes Aguirre[28] a una política proteccionista de nacionalizaciones le acompañó en el plano educativo la restauración de la educación católica en las escuelas, el rosismo y los valores hispanos. Como señala la autora, si bien esta coyuntura parecía favorecer a los autores revisionistas, estos tuvieron acalorados debates con los representantes de la Historia Oficial. Por ejemplo, el intento de Rosa en el año 1942 de remplazar los bustos de Sarmiento de todas las escuelas fue rechazado y el IEF cesó sus actividades. A nivel internacional como señala Cattaruzza[29] el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial tenía gran importancia. La posición de neutralidad que asumía la Argentina generaba un conflicto entre los actores del momento. Católicos nacionalistas simpatizaban con el eje, mientras tanto conservadores y liberales que formaban parte del gobierno, tenían operaciones comerciales con el bando aliado.

La llegada del peronismo al gobierno, volvió a marcar un punto de inflexión para los revisionistas. El IIHJMR seguía en funciones y muchos de sus miembros se adhirieron a las ideas peronistas, es el caso de entre otros, de Ibaguren y Rosa. Otros como Irazusta, no comulgaron con el nuevo movimiento. En este primer período de Perón, muchos de los autores consultados señalan que el gobierno no buscó definirse como revisionista. Cattaruzza[30] sostiene que el peronismo intentó acercarse a una genealogía más tradicional para definirse históricamente y evitar los debates asociados al revisionismo. La figura de Perón es asociada a San Martín, figura del procerato que no admitía discusión. Galasso[31] interpreta que en el periodo 1945-1955, la política oficial intentó no involucrarse con la discusión revisionista. Aunque se otorga peso en la universidad a los nacionalistas católicos, en el nivel primario paradojalmente se inculcaba la Historia liberal. También se reconoce a todos los próceres del liberalismo otorgándoles sus nombres a los nuevos ferrocarriles nacionalizados, como Mitre o Sarmiento. También en el mismo sentido, Stortini[32] señala que la relación entre el IIHJMR y el gobierno peronista era tensa por la renuencia de este último a abrir nuevos campos de batalla simbólicos. Esta relación difícil puede observarse, según el autor, en los actos conmemorativos en Vuelta de Obligado. Por ejemplo, no fue aceptado el pedido al gobierno nacional para declarar el 20 de noviembre día de la Soberanía. Recién en 1953 esta conmemoración tuvo una presencia oficial con la visita del gobernador de Buenos Aires, Carlos Aloé. En su discurso Aloé comparó los 2500 combatientes con los descamisados. Este acto fue, según Stortini, un caso extraño de identificación rosista, dentro del primer peronismo. En líneas generales este último se había mantenido ajeno al debate revisionista y como indican Cattaruzza o Galasso, eran los enemigos del peronismo los que intentaban asociar a Perón con Rosas poniendo énfasis en sus rasgos autoritarios.

Con un nuevo golpe cívico-militar en el año 1955 finaliza el gobierno de Perón. En este periodo de facto, es donde el peronismo inicia su proceso de identificación con los autores de ideología revisionistas. En este momento según Galasso[33] las grandes masas comienzan a identificarse con el revisionismo en contraposición a los enemigos del peronismo. Estos últimos se definían en la línea Mayo-Caseros y se identificaban con Urquiza. Así dentro de las filas peronistas empezaron a formar una línea histórica que asociaba a Rosas con Perón. También Cattaruzza[34] propone en el mismo sentido, que la clara identificación de los enemigos de Perón con la línea Mayo-Caseros provocó que muy tempranamente los peronistas, a partir del año 1957, adoptaran una posición revisionista. En este contexto, la identificación entre Rosas y Perón cobró una importancia mayúscula.

Los actores de este nuevo golpe prohibieron, por decreto en el año 1956, toda propaganda y simbología peronista. Este decreto afectó todo el país, sobre todo a los símbolos que se vinculaban más directamente con la figura de Perón. También se vieron afectados símbolos con una vinculación con el peronismo más indirecta, como es el caso de la monumentalidad en Vuelta de Obligado. Como indican tanto los registros orales relevados por Salerno[35] como los registros documentales relevados por Stortini[36] el monumento inaugurado en 1940 fue parcialmente destruido, por un atentado en el año 1957.

Ante estos hechos parecía que el monumento del morro había llegado a su fin, con su deterioro físico; pero las fuerzas y actores sociales que habían generado y desarrollado actividades conmemorativas en esa marca territorial no se quedarían quietas. Como podemos observar en los registros del archivo de la CNMMLH, tanto en el año 1963 como en 1967, el IIHJMR pidió autorización para celebrar el acto conmemorativo en el lugar histórico. También pudimos observar en estos pedidos de autorización que los actos constaban en izamiento de la bandera, palabras alusivas y misa, ritual que se repetía desde 1934. También los revisionistas se dedicaron a la difusión y, aunque en un clima político adverso, pudieron generar debates y mantenerse en vigencia.

Con el retorno definitivo de Perón en 1973, como indica Stortini el gobierno se apoyó en las figuras revisionistas más tradicionales como Palacio, Ibarguren, Sierra, entre otros. El acto conmemorativo acaecido en Vuelta de Obligado en 1973 es altamente relevante. Creemos que ese acto nos muestra la dinámica de los monumentos y los actos memorables. A los representantes de las tres fuerzas armadas, representantes del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial -ministro de defensa y gobernador-, revisionistas tradicionales como Rosa y representantes de la Iglesia, se le suman nuevos actores como la Juventud Peronista e integrantes de Montoneros. Todos repitieron el tradicional rito de la misa y las pompas militares, pero esta vez el ritual conmemorativo se había complejizado y reflejaba la tensión entre estos actores sociales tan disímiles. El acto representó la oficialización del revisionismo, que es incorporado al Partido Justicialista. Los diarios más importantes a nivel nacional hicieron referencia a cánticos combativos producidos por la columna de Montoneros[37]. Revisamos las fuentes seguidas por Stortini y pudimos notar que tanto La Prensa como La Nación cubrieron ampliamente el tema dedicándole considerable cantidad de páginas. El primero a diferencia del segundo diario se explaya sobre los conflictos generados por Montoneros. Esto no era de extrañar ya que ambas publicaciones eran de tendencia conservadora y reaccionaria. También en estos registros periodísticos, observamos solicitadas en apoyo a Rosas producidas por el IIHJMR. Indudablemente la conmemoración de Vuelta de Obligado pasó a ser un hecho de repercusión nacional. Como venimos sosteniendo estos períodos de conmemoración tienen disparadores internos y externos. El regreso del gobierno democrático en el plano interno y el crecimiento de grupos revolucionarios en las décadas de 1960 y 1970 pueden ser tomados como puntos de referencia. Los actores cambian, los significados también y también las conmemoraciones. El oficialismo hizo suya definitivamente la causa de Vuelta de Obligado. Al ritual que había surgido modestamente en 1934, se le sumaron todos los recursos disponibles para hacer de la conmemoración una reivindicación de la ideología oficial. Hubo una suelta de palomas y se otorgaron medallas al presidente Perón en ausencia. Por otro lado, se depositó una ofrenda floral como podemos ver en este registro inédito tomado del Archivo General de la Nación.

 

Figura VI.


Fuente: Archivo General de la Nación, DDF/Consulta 257, 5.1, Documento 336573/Archivo M64, ofrenda floral, 20 noviembre de 1973.

 

Tres años después un nuevo golpe cívico-militar se apropiará de manera sangrienta el poder en la Argentina, es el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, en realidad la dictadura más cruenta de toda la etapa independiente. Las atrocidades cometidas durante este período de facto exceden el alcance de este trabajo son de público conocimiento tanto en el ámbito académico como extra-académico. Haciendo esta aclaración, nos focalizaremos en la monumentalidad en Vuelta de Obligado.

El monumento inaugurado en el año 1940, como estructura, como marca territorial, quedó en el olvido. Hoy solo quedan estas ruinas abandonadas de lo que ayer fue el punto de homenaje a la soberanía.

 

Figura VII. Fotografía del Morro de las cadenas

Fuente: Fotografía Raies, A., 2017.

 

Complejo Monumental El Eslabón

En el año 1979, la Junta de gobierno militar, levantó un nuevo complejo monumental en el lugar de la batalla. En esta ocasión se ocupó con mayor despliegue el predio sur del área correspondiente a las dos primeras baterías defensivas. Sin embargo, en esos años colocaron pequeños monolitos en la zona de cada una de las cuatro baterías. El predio fue cedido de manera informal también por la familia Obligado en el año 1972 convirtiéndose en el “Parque de la Soberanía”. Si bien la Municipalidad de San Pedro ocupó físicamente el espacio desde entonces, la donación formal aconteció varias décadas después en el año 2008.

Eduardo Donatti y José Prado respectivos intendentes municipales de aquel período realizaron sucesivas gestiones a nivel provincial que contaron con el apoyo del entonces Gobernador de facto de la provincia Ibérico Manuel Saint Jean. La estructura de mayor envergadura se trata de una base de pirita de San Luis (canto rodado) de aproximadamente cinco metros cuadrados. En el centro se levanta otra base de hormigón que soporta un eslabón gigante de metal. La misma base de pirita soporta otra estructura de hormigón que poseía placas alusivas que hoy se encuentran extraviadas. Este eslabón contiene un recipiente al que se le coloca un combustible que al ser encendido genera una llama en su interior. Este homenaje debía funcionar los veinte de noviembre de cada año en conmemoración a los caídos en la batalla[38].

 

Figura VIII. Monumento del Eslabón.

Fuente: Fotografía Warr, 2004.

 

Aparte del eslabón, el complejo cuenta con siete muros de ladrillos de dos metros de alto que en su cara frontal cuentan con azulejos que contienen leyendas y proclamas de los oficiales de los sobre los diferentes cuerpos que tuvieron participación en la batalla: Infantería, Caballería, Artillería, Ingenieros y Artilleros. Los textos no son solamente de oficiales argentinos; entre ellos hay citas de extranjeros, como la del reconocimiento que hace el Capitán inglés Sulivan muchos años después –cuando es Almirante- de la batalla de 1845. Los dos muros restantes, remiten a la guerra de Malvinas librada en 1982. Si bien, son dos momentos diferentes (1845 y 1982), se destaca que el enemigo sigue siendo Gran Bretaña o si se quiere los imperialismos, aunque el gobierno de la Junta militar presentaba fuertes contradicciones respecto de su política exterior y la soberanía nacional no constituía uno de sus objetivos.

Observamos que si bien de características similares, los paneles de azulejos que remiten a Malvinas posen algunas pequeñas diferencias. Estos son más grandes y su letra no es texturada. Observamos la pequeña firma de Donatti en uno de ellos. Conseguimos contactarnos con el autor. Donatti nos comentó que estos dos muros de azulejos fueron completados en el año 1983[39].

Por lo que pudimos observar en los registros del CNMMLH, el nuevo gobierno de facto mostró interés en investigar dos cosas: ubicar el lugar exacto de las baterías y conocer la cantidad de bajas y los posibles enterratorios que hubiese en el lugar. Por el mismo archivo sabemos que este último punto generó mucha dificultad y no se pudo arribar a conclusiones relevantes al respecto. Con respecto a la ubicación de las diferentes baterías la comparación de los monolitos identificadores con los lugares de concentración del material arqueológico muestra que se ubican en los lugares correctos. Aunque el complejo ocupa un extenso lugar y posee una gran visibilidad, no creemos que sea un elemento representativo ideológico del proceso militar, como ya lo anticipamos. Esa dictadura mostró una apertura mercantil a capitales y mercaderías extranjeras poniendo en jaque a la industria nacional. Por otro lado incrementó el nivel de deuda externa llevándolo a niveles nunca antes alcanzados en la historia argentina. En este panorama se reestructuró totalmente la relación entre la industria y el Estado y se detuvo el proceso iniciado décadas atrás de sustitución de importaciones[40]). Creemos que este tipo de monumentos fue hecho por los interventores de la Junta militar a nivel local. Aunque imponente, su importancia no se trasladó a nivel nacional y no encontramos registros de sus correspondientes inauguraciones en los principales diarios del país, como La Nación, Clarín o La Prensa.

Los primeros gobiernos democráticos no construyeron monumentos en Vuelta de Obligado. Creemos importante aclarar que mientras que en el período gobernado por el radical Raúl Alfonsín, la batalla no ocupó agenda en las actividades estatales, todo lo contrario ocurrió con el gobierno del justicialista Carlos Menem. Este último, repatrió los restos de Rosas desde Southampton -Inglaterra- hasta Rosario -Argentina- y una vez allí fueron trasladados en una caravana náutica por el río Paraná hasta su descanso final en el cementerio de la Recoleta. En el trayecto el presidente realizó un alto en Vuelta de Obligado donde arrojó una ofrenda floral. Creemos importante mencionar el análisis de Stortini[41], cuando indica que una semana después de esta repatriación, Menem indultó a 277 militares y civiles condenados e involucrados en crímenes de terrorismo de Estado.

 

Complejo monumental en memoria de los caídos

 

Figura IX. Monumento en Memoria de los caídos.

Fuente: Raies, A., 2015.

 

En el año 2010 se produjo sin lugar a duda el reconocimiento oficial más importante en Vuelta de Obligado. La inauguración del monumento a la memoria de los caídos significó el posicionamiento de la batalla como parte de la prédica política del gobierno. Nunca antes un estado nacional se había comprometido de esta manera con el reconocimiento del enfrentamiento. El hecho más significativo consideramos que fue la presencia por primera vez, de la primera mandataria en funciones -Cristina Fernández de Kirchner- en el lugar de la batalla el 20 de noviembre del 2010. Luego la presidenta asistió a los mismos actos en los años 2012 y 2013, interviniendo en todos ellos con los discursos inaugurales. La repercusión de estas nuevas conmemoraciones puso a la batalla de Vuelta de Obligado en el centro de la discusión política nacional. En 2010 el monumento se emplazó en el Parque de la Soberanía, sitio que corresponde al sector sur de la batalla y coincide con el complejo monumental construido en el año 1979. Siguiendo la pasarela de monolitos azulejados de los anteriores monumentos se llega a la estructura central, de abstracción geométrica, creada por el artista Rogelio Polesello. Se trata de una estructura metálica en forma de semicírculo, construida sobre una gran estrella federal de cemento que soporta unas cadenas alegóricas. Completa el conjunto una efigie metálica roja de Juan Manuel de Rosas. El proyecto fue realizado por el Ministerio del Interior y para su ejecución se llevó a cabo un estudio de impacto integral que, entre otras perspectivas, tuvo la previsión de ejecutar tareas de impacto arqueológico antes de realizada la obra.

 

Figura X. Plano de Rogelio Polesello del Monumento En Memoria de los Caídos

 


El acto conmemorativo inaugural contó con la presencia de las autoridades nacionales, provinciales y municipales. También estuvieron presentes representantes de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y diferentes organizaciones políticas como La Cámpora, Nuevo Encuentro, el Movimiento Evita, organizaciones sindicales, políticas y tradicionalistas nacionales y locales. Las Fuerzas Armadas, representada por el cuerpo de Patricios, tuvieron una participación activa en el acto, al igual que la Prefectura. Los primeros dispararon veinte salvas al inicio del acto. Los segundos organizaron fuegos artificiales para cerrar la inauguración. Luego de los disparos iniciales se procedió a descubrir el monumento, que había sido envuelto en una gran bandera argentina. Seguidamente se dio un concierto musical a cargo de la reconocida artista Teresa Parodi. La presidenta cerró el acto oficiando un discurso de unos diez minutos.

La agenda del acto fue radicalmente distinta a otras conmemoraciones. Si bien participaron muchas de las instituciones que siempre lo hicieron y se repitieron algunos rituales, se sumaron nuevos colectivos y nuevos rituales. La misa, que fue una constante de este tipo de actos, se eliminó. Los representantes eclesiásticos tuvieron una participación muy menor (fueron solo como invitados y no ocuparon el podio). El ejército si bien tuvo más participación, quedó totalmente en segundo plano. También estuvieron presentes hijos y nietos del antiguo revisionista José María Rosa[42]. El Poder Ejecutivo fue el dueño absoluto de la celebración con la primera mandataria a la cabeza y cientos de militantes que fueron a escucharla. También se sumaron al acto los Gobernadores de las provincias de Buenos Aires, Jujuy y Chaco, y la vicegobernadora de La Rioja.

El discurso presidencial hizo hincapié en la injusticia histórica que resultó el ocultamiento de la batalla, producto de enemigos internos que hoy siguen operando. También recordó los tratados pos batalla firmados por Francia e Inglaterra que reconocieron la intromisión ilegítima en las aguas del Paraná. Luego hizo especial referencia a las mujeres que pelearon de manera heroica. Posteriormente saludó a todos los argentinos y cerró su discurso convocándolos a nuevas gestas.

La batalla de Vuelta de Obligado pasó a ser un referente insoslayable para el nuevo gobierno. Pero la rendición de honores no se limitó al acto en in situ, la batalla fue escenificada en los festejos por el Bicentenario Nacional en la Avenida 9 de julio de la capital nacional. También se colocó el nombre de Rosas a la nueva estación de subterráneo de la línea B. Por otro lado, se generó un debate histórico a nivel nacional, que pudo verse y palparse en los medios de difusión. Historiadores locales reflotaron el tema, entre otros puede consultarse en link. También la popular serie televisiva infantil Zamba emitida por el Canal Paka-Paka, incluyó un debate sobre diferentes actores del procerato preguntándose cuál de todos ellos merecen un monumento. Allí la figura de Sarmiento fue denostada[43].

 

Discusión y consideraciones generales

 

Identificar los cuatro grandes complejos monumentales, que describimos anteriormente, no fue una tarea sencilla. Dichos complejos no siempre aparecen separados de una manera taxativa unos con otros. La observación en el campo nos enfrentó con límites difusos entre las diferentes construcciones evocativas. Recurrimos entonces a un minucioso análisis histórico material y simbólico que nos esclareciera cada uno de los procesos que llevaron a sus inauguraciones.

            En este recorrido histórico que llevamos a cabo pudimos observar las diferentes ideologías que mostraron interés en la reivindicación de la batalla. Estas ideologías, como afirmamos anteriormente subyacen, o sea, no están explicitadas en los monumentos.

            En el primer período conmemorativo, observamos la emergencia de factores nacionalistas como ideología central. Los grupos conservadores con una fuerte impronta católica en su mayoría, fueron los principales colectivos sociales de esas conmemoraciones.

            Luego, con la inauguración del complejo monumental en el año 1940 las corrientes de pensamiento nacionalista asumen posiciones más populares y abandonan posturas elitistas.No fue hasta luego del inicio del exilio de Perón, después de septiembre de 1955 que éste incorporó y mantuvo afirmaciones claramente revisionistas, como puede observarse en el gran acto del año 1973. En este acto podemos decir que grupos de la izquierda armada como Montoneros y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) – Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), se suman por primera vez, como agrupaciones político-militares, en la reivindicación. De ellos el que se ubica en la extrema izquierda es el PRT-ERP.

            Posteriormente, en el año 1979 el gobierno de facto, al que podemos calificar a grandes rasgos, como liberal-conservador con sectores de ultra-derecha, también erige monumentos en el área de la batalla, generando su propio lugar de monumentalización en paralelo a las antiguas construcciones de las décadas de 1930 y 1940.

Por último, un gobierno de ideología justicialista genera el mayor de los monumentos erigidos en Vuelta de Obligado, incluso por sobre los memoriales del último gobierno de facto. Por primera vez, el Poder Ejecutivo se involucra abiertamente en su construcción y hace de la batalla en cuestión, un símbolo de la lucha popular, nacional y anti-colonianista.

La batalla de Vuelta de Obligado fue reivindicada por diferentes ideologías, desde la extrema derecha a la extrema izquierda.

El Poder Ejecutivo en sus diferentes niveles –municipal, provincial y nacional- fue aumentando su grado de participación en los distintos actos conmemorativos en Vuelta de Obligado.

Cuando analizamos el contenido expresado en los monumentos vemos que estos muestran una simplificación, una síntesis, de los eventos ocurridos en la batalla. Esta lectura acotada sobre el evento se arraiga en contextos ideológico-políticos que buscan, sobre la base de determinada selección de símbolos, sostener y consolidar aspectos de una identidad nacional.

Cuando analizamos los contextos materiales, históricos y arqueológicos, nos enfrentamos a un recorrido más amplio. El contexto arqueológico muestra que en el lugar de la batalla, donde se erigen los monumentos, la actividad humana fue mucho más antigua que los hechos ocurridos en relación con la batalla. La cerámica indígena aparece en todos los lugares donde se realizaron las diferentes intervenciones arqueológicas realizadas entre los años 2000-2019 (Proyecto SO 124 –actualmente 235- UNLu) y es muy probable que ese tipo de restos correspondan a ocupaciones humanas muy anteriores a la batalla.No tenemos hallazgos en el contexto arqueológico para afirmar que formaciones originarias –conocidas como indios amigos- participaron directamente en el conflicto armado. Aunque, la cantidad de elementos de cerámica indígena es aproximadamente ¼ de todos los hallazgos del registro arqueológico, esto nos muestra la ocupación del sitio por grupos originarios pero previos a la batalla en una cronología que aún no hemos determinado [44]. Con relación a la información incluida en el contexto histórico -documental- encontramos las referencias directas en el libro de Piccagli[45] que describe con precisión los grupos de indios amigos que participaron de la batalla incluso dando una lista de nombres. También encontramos en el contexto histórico muchas referencias indirectas de la participación de los grupos indígenas en las batallas de las fuerzas confederadas bajo la categoría de indios amigos.

            El contexto monumental de Vuelta de Obligado, entendido por nosotros como el conjunto de diferentes acciones humanas para recordar y reforzar la memoria en general, omite muchos significados que generen conflictos en cuanto a las condiciones de la batalla. Es decir, subyace en su expresión material un mensaje que parecería presentarse como relativamente neutro. Información como ¿quiénes participaron? y ¿en qué condiciones lo hicieron? por ejemplo, son cuestiones totalmente omitidas.Estas preguntas son propias de las Ciencias sociales y corresponde a antropólogos, arqueólogos, historiadores, sociólogos, entre otros, la tarea de buscar sus respuestas.

 

Bibliografía

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* Universidad Nacional de Rosario.

[1] Gil García, F. (2003). “Manejos espaciales, construcciones de paisajes y legitimación territorial: En torno al concepto de monumento”. Complutum, Vol. 14 (pp. 19-38), Madrid.

[2] Niven, B. (2007). “War memorials at the intersection of politics, culture and memory”. Journal of War & Culture Studies, Vol. 1, nº 1 (pp. 39-45).

[3] Doldán, M. y Landa, C. (2015). “La batalla en el monumento de batalla” en Arte y Psicoanálisis. Disponible en: http://www.elsigma.com/arte-y-psicoanalisis/la-batalla-en-el-monumento debatalla/12940 [visitado marzo de 2017].

[4] Landa, C. y Umaño, M. (2018). “Monumentos de guerra espejos del olvido y del recuerdo”. La Descomunal. Revista iberoamericana de patrimonio y comunidad, nº 4 (pp. 86-100).

[5] Jelin, E. (2002). “Los sentidos de la conmemoración”. En Jelin, E. (comp.). Las conmemoraciones: las disputas en las fechas “infelices” (pp. 245- 242). Madrid: Siglo XXI.

[6] Jelin, E. y Langland V. (2003).Introducción: Las marcas territoriales como nexo entre el pasado y el presente”. Monumentos, memoriales y marcas territoriales, Vol. 5 (pp. 1-18).

[7] Piccagli, A. y Taurizano, Z. (1990). Historia documental de San Pedro (provincia de Buenos Aires). Tomo: II de la villa al pueblo. Buenos Aires: Rafael de armas & asociados.

[8] Stortini, J. (2015). “Fervores patrióticos. Monumentos y conmemoraciones revisionistas en la historia reciente”. En Eujanian, A., Pasolini, R. y Spinelli, M. Episodios de la cultura histórica argentina. Celebraciones, imágenes y representaciones. Siglos XIX-XX (pp. 85-104). Buenos Aires: Biblos.

[9] Galasso, N. (2004). De la Historia Oficial al Revisionismo Rosista. Corrientes historiográficas en la Argentina. Buenos Aires: Centro Cultural “Enrique Santos Discépolo”. www.dicepolo.org.ar

[10] Ibidem, p. 29.

[11] Ibidem, pp. 2-43.

[12] Cattaruzza, A. (2003). “El revisionismo: itinerarios de cuatro décadas”. En Cattaruzza, A. y Eujanian, A. Políticas de la Historia. Argentina 1860-1960. Buenos Aires: Alianza.

[13] Cattaruza, A. (2016). Historia de la Argentina 1916-1955. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

[14] Catoggio, M. (2016). Los desaparecidos de la Iglesia. El clero contestatario frente a la dictadura. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

[15] Carta dirigida a Enrique Udaondo remitida por el presidente del Circulo Tradición Nacional, con fecha octubre de 1934. Archivo del Complejo Museográfico de Luján, Monumento 1934, carpeta 6.

[16] Carta dirigida a Enrique Udaondo remitida por el director del diario El Criterio de Sam Pedro, con fecha septiembre de 1934, Archivo del Complejo Museográfico de Luján, Monumento 1934, carpeta 5.

[17] Carta dirigida a Enrique Udaondo por el director del diario El Criterio de San Pedro, con fecha 29 de mayo de 1934, Archivo del Complejo Museográfico de Luján, Monumento 1934, carpeta 2-3.

[18] Discurso inaugural de Enrique Udaondo, 20 de noviembre 1934, Archivo del Complejo Museográfico de Luján, carpeta 12b.

[19] Galasso, N. De la Historia Oficial al Revisionismo Rosista…, op. cit.

[20] Coudannes Aguirre, M. (2010). “El 'escándalo revisionista' en Santa Fe: debates y controversias en torno a la acción del Instituto de Estudios Federalistas. 1938- 1943”. Revista de la Escuela de Historia, nº 9 (1), p. 4.

[21]Ibidem.

[22] Rodríguez, C. (2011). Vuelta de Obligado. Historia de un pueblo, vidas y costumbres. Buenos Aires: Dunken, p. 89.

[23]Piccagli, A. y Taurizano, Z. Historia documental de San Pedro (provincia de Buenos Aires), op. cit., p. 524.

[24] Ibidem.

[25]Stortini, J. “Fervores patrióticos. Monumentos y conmemoraciones revisionistas en la historia reciente”, op. cit.

[26] Jelin, E. “Los sentidos de la conmemoración”, op. cit.

[27] Cattaruza, A. Historia de la Argentina 1916-1955, op. cit.

[28] Coudannes Aguirre, M. “El 'escándalo revisionista' en Santa Fe: debates y controversias en torno a la acción del Instituto de Estudios Federalistas. 1938- 1943”, op. cit.

[29] Cattaruza, A. Historia de la Argentina 1916-1955, op. cit.

[30] Ibidem.

[31] Galasso, N. De la Historia Oficial al Revisionismo Rosista…, op. cit.

[32] Stortini, J. “Fervores patrióticos. Monumentos y conmemoraciones revisionistas en la historia reciente”, op. cit.

[33] Galasso, N. De la Historia Oficial al Revisionismo Rosista…, op. cit.

[34] Cattaruza, A. Historia de la Argentina 1916-1955, op. cit.

[35] Salerno, V. M. (2014). Trabajo arqueológico y representaciones del pasado en la provincia de Buenos Aires. Buenos Aires: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.

[36] Stortini, J. “Fervores patrióticos. Monumentos y conmemoraciones revisionistas en la historia reciente”, op. cit.

[37]Stortini, J. “Fervores patrióticos. Monumentos y conmemoraciones revisionistas en la historia reciente”, op. cit.

[38] Rodríguez, C. Vuelta de Obligado. Historia de un pueblo, vidas y costumbres, op. cit.

[39] Donatti, José. Comunicación personal, 27 de noviembre 2017.

[40]Basualdo, E. M. (1999). Acerca de la naturaleza de la deuda externa y la definición de una estrategia política. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes. Azpiazu, D., Basualdo, E., Schorr, M. (2000). La reestructuración y el redimensionamiento de la producción industrial argentina durante las últimas décadas. Buenos Aires: Instituto de Estudios y Formación de la CTA. flacso.org.ar.

[41]Stortini, J. “Fervores patrióticos. Monumentos y conmemoraciones revisionistas en la historia reciente”, op. cit.

[42] Hernández, P. (2011). Cristina, los Setenta y la Vuelta de Obligado. Buenos Aires. Ediciones Fabro.

[44] Ramos M. (2015). “Un estudio de Arqueología Histórica. Procedimientos de Investigación para el sitio Vuelta de Obligado”. En; Palacios O., Vázquez C. y Ciarlo N (eds.). Patrimonio Cultural: la gestión, el arte, la arqueología y las ciencias exactas aplicadas (pp. 67-81). Buenos Aires: Ediciones Nuevos Tiempos.

[45]Piccagli, A. y Taurizano, Z. Historia documental de San Pedro (provincia de Buenos Aires), op. cit.

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