Hipólito Yrigoyen, apóstol de la Nación.
Resumen
El presente artículo se propone ahondar en la relación entre política y religión en los albores de la democracia argentina. Para ello se detiene en el estudio del lenguaje religioso y la simbología mística que rodea la construcción del liderazgo político de Hipólito Yrigoyen y la idea de partido político como religión cívica. Si bien el Radicalismo nace como un partido de principios esencialmente impersonal, como recita su Carta Orgánica de 1890, para Hipólito Yrigoyen el radicalismo no era un partido político sino un movimiento; la Nación misma. Desde el principio esta idea está unida a la comprensión de la política como un apostolado. Yrigoyen aparece, así, como el héroe restaurador enviado por la Providencia.
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PDFDOI: https://doi.org/10.62174/aei.1080
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ISSN/ISSN-L: 2250-4982
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